— ¿Cosas como estar encerrada en tu habitación en la mansión de tu padrastro al que no quieres? Niña, te investigamos, solo vas de tu casa a tu trabajo y viceversa, a veces paras por alguna librería, pero eso es todo. No hay vida social, y aparentemente tampoco vida amorosa y en tu trabajo eres solo una más del montón al que estoy seguro no extrañarán porque según mis fuentes ya encontraron tu reemplazo en los dos días que no te presentaste, entonces no te pierdes de mucho allá afuera.
Aquello fue un golpe de gravedad a mi autoestima y mi orgullo, cada palabra que dijo Damián, cada una de esas palabras fue letal para mi pobre corazón. Todo lo que dijo era cierto, no tenía amigos porque curiosamente solo me había rodeado de gente que veía la apariencia como algo prioritario, todas las amistades de mi padrastro, de madre y de mi hermanastra eran así, todas preocupadas por las apariencias, por esa razón había dejado de asistir a esas fiestas, porque aprovechaban cada oportunidad que tenían para burlarse de mi físico, había pasado mucho tiempo, pero esas burlas seguían en mi cabeza hasta ahora y por eso no había podido conseguir amistades ahora que era adulta, porque en el fondo tenía miedo de encontrar a gente con el mismo pensamiento, por eso mismo me autoaislé, en el trabajo solo cumplía con lo que debía, no era mala en lo que hacía, de hecho era muy buena solo que no me relacionaba con mis colegas, iba a las reuniones que tenía que ir, me quedaba cuando tenía que quedarme, hablaba cuando debía hablar, ni mas ni menos, por eso mismo me sentía fuera de lugar siempre, como si estuviera en un trabajo nuevo y no llevara tres años en esa empresa, eso causó muchos malos entendidos porque mis compañeros pensaban que era orgullosa y soberbia, porque además sabían quiénes eran los miembros de mi familia, porque mi hermanastra se encargó de difundir rumores extraños en mi lugar de trabajo, porque el lugar que debía ser mi pequeño santuario se convirtió en una olla de grillos y en un pequeño infierno para mí, porque para ellos yo era la malvada hermana y Lizz era la buena, la delicada y frágil niña que era intimidada por la hermana mayor gorda por envidia. Y ni hablar de su vida amorosa, ahora no existía, nuevamente Lizz se encargó de hacer trizas otro aspecto de mi vida, “Jason también tuvo la culpa”.
Mi mirada bajó a sus piernas, de pronto sentí como toda mi vida fue una farsa, una mentira, las palabras de Damián hicieron que me diera cuenta cuán dañada estaba mi vida, siempre callada, siempre con el rostro escondido entre libros y el trabajo, haciendo de la vista gorda todo lo que hacían y decían los demás, siempre justificando las acciones de la que se suponía era mi familia de la boca hacia afuera, solo para guardar las apariencias. El saber que no estaría viviendo en esa mansión, que ya no trabajaría en ese lugar, no fue tan malo como pensé, no sentí la indignación que pensó que sentiría, entonces me di cuenta que, en vez de enojo, una sensación de alivio llenó mi alma. Alivio porque al fin cortaría relaciones con mi familia, que al fin no tendría que ir al trabajo, que no tendría que escuchar comentarios fuera de lugar. Todos estos años sentí que no encajaba con nada ni con nadie y las únicas personas con las que sentía una conexión ya no existían en este mundo, ¿era esto una sensación de pertenencia?
— Gatita, lo que quiso decir el sensible de Damián es que no debes preocuparte, tendrás todo lo que quieras, pero si no te sientes a gusto con eso, puedes incluso buscar un trabajo por internet. Ya sabes, ¿trabajo desde casa? Y si deseas comprar algo y no quieres pedirlo por internet, puedes pedirnos a algunos de nosotros que te acompañe. De hecho, sería un placer estar contigo todo el día, será… estimulante.
¿era eso un ronroneo? ¿Adrián había ronroneado? ¿lo que escuchó después fue un gruñido proveniente de C? mis mejillas estaban rojas, no entendía porqué Adrián le coqueteaba, ni porqué C estaba de tan mal humor.
Suspiré como si estuviese perdiendo algo muy importante cuando vi que C estaba colocándose nuevamente el polo n***o. “es una pérdida para la vista” pensé. Nuestras miradas se encontraron y por un segundo sentí como si algo más nos uniera, algo más fuerte, algo más divino, como si mi alma lo reconociera, sentí que por primera vez lo vi correctamente, como si todo encajara en su lugar. Esa sensación me desconcertó tremendamente, ¿qué era esa sensación?
— Adrián tiene razón, podrás hacer lo que deseas, si sales puedes pedirle a él que te acompañe. Por ahora él te ayudará a comprar ropa para que uses, te daremos una laptop especial con la que podrás hacer lo que desees, Damián te dará tus cosas luego. Ahora que todo está resuelto vayamos a comer.
Mi corazón se hundió un poco, C dio las órdenes, pero en ninguna de ellas se nombraba a él mismo, lo que significaba que no tenía planeado pasar tiempo conmigo ¿porqué eso hacía que mi corazón doliera? Con esa pregunta en mi mente, vi la espalda de C alejarse y desaparecer tras la puerta.