Capítulo 11 parte 4

667 Palabras
“es un hombre asqueroso, vicioso y asqueroso” limpiando mi mente de ese asqueroso recuerdo, pude llegar a la oficina que se suponía era la de C, acomodé mi bata de dormir a tirantes y solo ahí me di cuenta que estaba un poco descubierta como para hacer una visita nocturna a un hombre, pero luego descarté ese pensamiento, después de todo, a quién le gustaba una chica como yo. Soltando un suspiro toqué la puerta y luego de escuchar un “pase” bajo entré. Si antes pensaba que C era un hombre brutalmente apuesto, verlo tras su escritorio sentado, con papeles en sus manos y unos lentes redondos descansando sobre el puente de su nariz, concentrado en lo que estaba leyendo, lo hacía ver con ese atractivo crudo, sino que le daba un toque de sensualidad intelectual que yo también amaba en un hombre. Cerré la puerta intentando no interrumpir su concentración y me quedé ahí mirándolo atentamente. No sé cuánto tiempo pasó, pero C subió su mirada al ver que la persona que había tocado su puerta no dijo nada. Nuestras miradas se cruzaron y segundos después bajó lentamente su mirada, recorriendo mi cuerpo lentamente, una mirada así debería ser prohibida para simples mortales como yo porque no estoy preparada para hacer como que no pasa nada, sentí que mi centro comenzaba a palpitar y a humedecerse, presioné mis piernas ahogando un gemido en el proceso. Por un segundo creí ver que esos ojos que tanto me gustaban se volvían dorados, pero supuse que fue una ilusión o vi mal porque de inmediato esos ojos marrones volvieron a la normalidad. — Abigail… ¿Su voz era más ronca que de costumbre o era solo mi mente jugándome una mala pasada? Solté el aire que había estado acumulando y que hasta ahora no di cuenta que lo estaba reteniendo. — C, yo… — Caesar — … ¿qué? — Caesar, mi nombre es Caesar. — Ah, sí. Caesar… “cerebro conéctate conmigo por favor” supliqué mentalmente, no podía ser que con solo saber su nombre mi mente estuviera repitiéndolo una y otra vez, diciendo lo bonito que era y lo bien que le quedaba ese nombre. Porque por muy tonto que parezca, ansiaba tanto poder conocer el nombre de ese hombre misterioso que ponía mi cuerpo en problemas y ahora que lo sabía, estaba toda alborotada por la excitación y alegría. “respira Nora, recuerda respirar” inhalé y exhalé, agradecí mentalmente que Caesar me diera el tiempo suficiente para poder hacerlo. — Yo… tengo algo que hablar contigo, ¿puedes darme un minuto, por favor? Caesar solo asintió lentamente, tenía pensado caminar con naturalidad y tomar asiento, pero mis pies no se movían, seguía apoyada sobre la puerta con mis manos tras mi cuerpo, mirándolo desde lejos. “tal vez sea mejor mantener la distancia, no estoy lista para estar tan cerca de Caesar” Si, mantener la distancia me parecía un buen plan, pero, ¿cómo comenzaba la conversación? ¿Debería ser sutil al hacer las preguntas? — ¿Eres uno de los representantes de Olympus SAC? “Bien hecho querida, eres la reina de la sutileza” mi cerebro traidor está molestando nuevamente y yo solo desearía poder meter mi cabeza bajo tierra para pasar la vergüenza que estoy sintiendo en este momento. — Cierto, no te lo dijimos, no solo soy uno de los representantes, soy uno de los fundadores. Junto con mis hermanos decidimos hacer algo con nuestra inmortalidad, así que lo hicimos. Y como sabrás, al ser inmortales nuestros rostros no se pueden ver mucho por los registros así que solo contratamos gente para que dé la cara a la prensa. — Pero ¿nunca han dado la cara al público luego de hacerse conocidos? — Cada cierto tiempo damos la cara, la gente piensa que es por la genética nuestro parecido con los fundadores, pero ¿por qué preguntas? Y ¿cómo te enteraste de eso?
Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR