Capítulo 14 parte 3

560 Palabras
Rocé mi nariz contrala suya, abrazándola en ese proceso. Ella me lo permitió y me devolvió el abrazo. — ¿cómo te sientes, ninfa? ¿te duele algo? Esos segundos que estuvo callada fueron un suplicio para mí, si bien estaba contento, estaba igual de preocupado, sabia que las primeras veces era algo dolorosa, no quería que mi ninfa experimentara más dolor del normal, por lo que por unos cuantos segundos me arrepentí por exigirle demasiado. Rápidamente ella calmó mis miedos — No dolió tanto como me imaginaba, me cuidaste bien así que ya no duele. Mas que eso… Vi en su mirada vacilación, como si dudara en decirme algo por lo que le di unos cuantos besos para que se tomara su tiempo en continuar. — Sobre lo que hablamos cuando entré en tu oficina antes de que… ya sabes… — ¿Lo que hablamos antes de que hiciéramos el amor? El dulce sonrojo en esas mejillas se hizo más potentes y yo solo quería morderlas lentamente, me conformé con besarla mientras esperaba que mi hermosa ninfa dijera lo que tenía que decir. — ¿recuerdas lo que dije sobre los mensajes de mi madre y el deseo de Franklin por querer tener una conexión con Olympus SAC? Asentí lentamente cuando me di cuenta hacia donde se dirigía nuestra conversación. — Tenía la intención de romper por completo mi relación con esa familia, solo necesitaba un mensaje, pero vi que mi madre se intentó comunicar conmigo para reclamarme y pedirme que llevara a algún representante de Olympus a la fiesta de compromiso de mi hermanastra. — No entiendo, ¿quieres cortar lazos con tu familia, pero quieres que vaya al compromiso de quienes te hicieron daño? — No es eso, Franklin tiene mucha influencia en este estado ¿y si hace algo para perjudicarte? ¿no sería mejor hacer acto de presencia y luego irnos? Solté un pequeño suspiro mientras abrazaba a mi ninfa, según Damián Abigail era como un paria en su familia, alguien que no era bienvenida en sus círculos sociales y familiares, no tenía permitido comer con ellos, ni estar en una misma habitación con ellos sin ser criticada. Cuando supe que ella era la que prácticamente se mantuvo sola desde que cumplió quince, algo dentro de mi hirvió ¿cómo era posible que su madre, la tratara de esa manera? No solo su madre la trataba mal, todos en esa familia la humillaba y como la servidumbre veía que sus maestros cometían abusos con mi ninfa, ellos hicieron lo mismo, así que prácticamente tenía un nivel más bajo que el de una sirvienta dentro de esa mansión. No me imaginaba qué pasaría si ella fuera sola a esa fiesta. — Bien, iremos juntos, pero no estaremos mucho tiempo y no me pidas que colabore con él, Damián ha investigado a tu padrastro y no es trigo limpio. — Lo sé, a mí tampoco me da buena espina. Besé delicadamente su frente y respiré su delicioso aroma a fresas frescas, mi mente estaba a mil pensando en las cosas que tenía que hacer. Primero tendría que hablar con mis hermanos, debía informarles sobre la reunión, aun no era tiempo para mostrarnos al público y usualmente solíamos ponernos de acuerdo todos, pero no podía dejar ir a mi ninfa sola, después de todo ¿qué podía pasar?
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