-Ya volvemos, Mer, ya volvemos. *** -Mer ... Meredizth, despierta ... -oigo a lo lejos, mientras me tambalenean levemente, con la intención de despertarme con suavidad, aunque, en este momento nada es suave. -¿Eh ...? ¿Tienes una pastilla? -pregunto, frotándome los ojos con el dorso del puño sin saber muy bien quién me habla. -Te dejé una en esa mesilla, junto al vaso de agua. Tienes ahí ropa también, yo me voy, ¿vale? -me dice al que termino reconociendo como Jackson, que seguidamente sale de la habitación. Me siento sobre el borde de la cama, que no es la mía, mirando hacia ma puerta y visualizo el cuarto: paredes blanco flor de algodón y suelo de madera, a la vista excepto en el centro, en el que hay una alfombra color escarlata situado debajo de una cama de edredones blancos. En

