—¿Entonces...jamás pensabas volver? —el rubio negó mientras servía el té
—La verdad es que desde que me fui de esa casa he sido más feliz, puedo dormir tranquilamente, sin preocuparme a que hora llegará o con quién estará, lo siento cuñado, pero no quería y tampoco quiero volver —respondió el menor sentándose para subir a su pequeño en sus piernas, bajo la atenta mirada de su mayor
Jiyu le sonrió al pequeño, era castañito, una sonrisa igual a la de su hermano, ojos color cafés claros
—¿Por qué no me lo dijiste? Te hubiera hospedado en mi casa, sabes que para mí eres como mi hermano —en el tono de voz se notaba tristeza —
—Cuñado...comprendeme, yo quería que Jeonmin creciera feliz, lejos de —tapó las orejas del pequeño— su padre —susurró alejando sus manos de las orejas de su pequeño—
Jiyu asintió, para después levantarse de su asiento e ir a darle las manos al pequeño
—Soy Jiyu, tu tío, me alegra encontrar a tu papá y que tenga un regalito —sonrió amistosamente —
El castañito lo miró raro, pero luego le respondió la sonrisa y habló
—Papá Luan no tiene hermanos —respondió dejando asombrado a los dos mayores —
—¿papá Luan? —preguntó Jiyu mirando de reojo al rubio —
—Si, papá Luan viene siempre a vernos, trae dulces, muchos dulces —ahora tenía una sonrisa más grande, era obvio que el castañito tenía cariño por su "papá Luan"
Jiyu miró fijamente a Sun aún sosteniendo las manitos del pequeñito con suavidad
—¿No le has dicho nada de Dae? —este negó varias veces— sabes que es su pa—
El rubio lo calló antes que diga algo frente a su hijo, no quería contarle nada acerca de su padre verdadero, por el momento quería que siga con la mentira de su "papá Luan"
—Pollito ¿por qué no vas a ver tu programa favorito? —el castañito asintió emocionado, a estas horas él estarías durmiendo pero su papi lo había dejado ver su dibujito—
Subió corriendo las escaleras, directamente a su habitación para seguidamente prender la televisión y quedarse viéndolo hasta dormir
Mientras que en la sala Sun estaba siendo cuestionado por su mayor
—Basta Jiyu, no quiero escuchar más —respondió algo molesto —
—Dae te ha estado buscando para darte el divorcio—antes de que continúe el rubio lo interrumpió —
—Entonces se lo daré, no tengo problemas en eso...¿Cómo se encuentra? —preguntó con un brillito en sus ojos —
—Mal en peor —vio que el menor se preocupó por su expresión — Se quiere casar con una mocosa de dieciocho años, Yio, la lloroncita
En ese preciso momento el mundo del rubio se derrumbó con los pequeños pedazos de grietas que había hace cinco años, tanto tiempo había pasado y le venían con esa noticia
—Comprendo...es por eso que quiere el divorcio ¿no es así? —preguntó con los ojos a punto de inundar todo su rostro —
—Si...pero tu eres él único que puede impedirlo, él te extraña mucho, hoy lo vi, cuando abrió la puerta sus ojos estaban con las marcas de haber llorado —agarró las manos del rubio para tranquilizarlo
—Eso no significa que me extrañe o algo parecido, pudo haber llorado por cualquier cosa Jiyu —cada vez se notaba las ganas de llorar del rubio
Jiyu entendió, atrajo al menor más a su cuerpo para poder abrazarlo, después de cinco años sin él
?
El pelinegro se encontraba con papeles en la mesa, revisaba que tal iban los negocios de su trabajo, fue entonces cuando escuchó la puerta abrirse
Yio entraba, ebria, como cada día que salía con sus amigas, con dos bolsas en las manos
—¡Bebecito ya llegué! —gritó como si este no estuviera ahí mirandola—
Dae se sacó los lentes, dejándolo junto a los papeles de trabajo para acercarse
—no me digas, si no me avisabas ni cuenta me daba —respondió sarcástico — ¿no que solo te ibas de compras? —preguntó mirándolo divertido al ver que se caía de lo ebria que estaba—
—Fui de com..compras pero como sobró dinero nos fuimos a divertirnos un rato, ugh, creo que voy a —
—¡NI TE ATREVAS! —gritó demasiado tarde, la chica ya había vomitado todo en el piso anteriormente limpió — ¡QUE PUTO ASCO!
Esta comenzó a reírse por la actitud del pelinegro, acercándose más
—Dame un besito, solo uno —hacia piquito pero fue apartada abruptamente —
—Que asco, apestas, ¿Tanto te cuesta no tomar? —preguntó fríamente, sentándola en el sofá — Duermete ahí, y cuando te levantes limpias la porquería que vomitaste
Esta se acostó en el sofá, cerrando sus ojos despacio y quedó dormida al instante
—No puedo creer que así me veía antes —la analizó por segundos, para luego retirarse a su habitación
Él se encargaba de todo en esa casa; se quitó la camisa para tirarla al cesto de ropa sucia, abrió su armario para sacarse un polo ancho. La mitad del espacio estaba vacía, desde que el rubio se fue no dejó que nadie pusiera un dedo donde antes se encontraba la ropa del rubio, lo cerró, colocándose el polo
Abrió las frazadas, se sentó en la cama y antes de dormir agarró el pequeño peluche de perrito, este era del rubio, lo dejó cuando se fue, se echó abrazándolo
“Te necesito tanto”
Hace cinco años que no sabía nada del rubio, y peor con lo que su hermano le había dicho esta mañana “¿de verdad te habrá encontrado?” se preguntaba en medio de sus sueños , muy lejos que quiera encontrarlo para firmar el divorcio era su preocupación
Él fue consciente cuando el rubio sufría descompensaciones pero no decía nada para seguir mostrándose frío, ese día que se fue lo vio sentarse debido a un mareo pero ignoró aquello, Dae quería saber si Sun se encontraba bien en todos lo sentidos, tanto salud como económicamente
Porque aunque le cueste admitirlo en voz alta, él lo extrañaba demasiado, extrañaba todo de él
Era un idiota