Nose ni cuánto llevamos bailando, Natalia parece estar pasandosela genial, estaba ya agotadicima de estar bailando así que decidí ir a sentarme un rato, mire a mi alrededor
Entonces caigo
Los chicos y chicas bailando, grupos jugando y hablando, y gente ya bebida...
Respiró hondo procurando calmarme
Me levantó de golpe y salgo fuera corriendo, necesitaba aire, necesitaba estar lejos de todo eso
Me dirigí a unos árboles y me apolle en uno
—Mil uno, mil dos, mil tres, mil cuatro... — conté mientras trataba de calmarme
—¿Qué haces? — una voz masculina habló a mi lado sobresaltadome
—¡Ahh! — grite asustada —¡¿que haces tu?! ¡me asustaste!
No dijo nada, no le podía ver bien la cara pero reconocí su voz, Sean, mi corazón comenzó a latir como loco, y mi cabeza sólo se sentraba en que el estaba frente a mi en la oscuridad, sin nadie cerca, estábamos sólos.
—¿Qué hacías? — volvió a preguntar
—Nada
—Estabas... ¿contando?
No quería responderle, quería estar sola en este momento
—Si, ahora vete
—Es mi casa
—Tienes razón, me voy yo
Comenze a caminar pero el tomo mi muñeca haciendo que me estremeciera por su contacto, que me mirara era una cosa, ya que me tocara apenas era otra, no pude evitar querer sentir más de el
Volvi a mirarlo
—¿Qué? — dije
—Quédate — abrí los ojos como platos —Sólo un rato
No sabía que responder, bueno si, quería quedarme, estar con el, después de mucho tiempo lo tenía frente a mi y estábamos solos
—¿Porque? — No pude evitar preguntar
—Para pasar el rato — se encogió de hombros
—Si claro, quieres algo, dime que.
Me puse a la defensiva
—No quiero nada, ¿Porque piensas eso?
Porque cada vez que te acercas a una chica te la llevas a la cama, y yo no quiero ser unos de todos tus números - pensé
—No puedo no pensar en eso
—Ya entiendo, no quiero nada, solo quiero que te quedes
—Bien — me rendi
El tomo mi mano y se acercó a la casa para volver a entrar, rápidamente me detuve, el se volteó y me miro confundido
—No pienso volver a entrar — dije
—¿Qué? ¿Porque?
—Yo...
—Aun sigues teniendo ese trauma con las personas ebrias — afirmó en un susurro no tan bajo
Aún lo recordaba...
—No puedo estar cerca de ellas, ahora quiero irme
—Espera, ven
Volvió a tomarme la mano
—¿Qué haces?
—Confía, vamos
No dije nada y dejé que me llevará con el, entramos a la casa y se dirigió a las escaleras sin mirar a nadie, mientras suviamos sentí varias miradas sobre mi pero no les di importancia
Llegamos a una puerta y entramos, era una habitación, era la suya, cerró la puerta y me soltó, se dirigió a su cama y se sentó
—Ponte comoda — me dijo
Si, ya, que simple lo tuyo, ¡estoy en la habitación del chico que me gusta! ¡y no es la primera vez!
Comenze a caminar por toda su habitación mirando sus cosas entretenida, seguía casi igual
Su cuarto era grande, tenía una cama de matrimonio de color gris con una alfombra bajo, un baño propio junto con armario, una estantería repleta de libros, un escritorio con un montón de papeles desordenados y una lámpara, tambien tenia un espejo que llegaba al techo, y un sofá
Prácticamente su habitación se podía convertir en apartamento si querías
—¿Puedo? — pregunté acercandome a la estantería
—Si — respondió el
Tomé uno, se llamaba Boulevard, ya lo había leído y me encantaba la verdad, lastima el final, el pobre no se lo merecía
Lo abrí, había un par de páginas marcadas, párrafos subrayados con frases que me gustaban
Seguí mirando hasta que llegue a una de las tan famosas frases
Sentí su mirada sobre mi
—"No puedes entrar en la vida de alguien. Hacer que te quiera y luego marcharte
Luego de unos segundos reaccione
Lo mire, ahora estaba serio, mierda
Dejé el libro y sali de su habitación pegando un portazo
***
Ya habían pasado tres días desde lo de la fiesta, por una parte estaba contenta porque le había dicho lo que sentía indirectamente, y por otra parte me avergonzaba
Mientras caminaba llevando la bandeja con unas bebidas a una mesa que me habían dicho, no paraba de repetirme a mi misma lo estúpida que había sido, quizás si lo volvía a ver no me daría la cara para mirarlo a los ojos otra vez
Después de muchos años queriendo que volveríamos a ser amigos, a la primera oportunidad que se me acerca la cagó
Cuando llegó a la mesa me doy cuenta de quien esta frente a mi
Mil veces MIERDA
Lo mire entre asustada y nerviosa, sentía como me temblaba todo
—Hola — dice la chica sacandome de mis pensamientos
—A-aquí están sus batidos — digo torpemente
Los dejó sobre la mesa, lo vuelvo a mirar, sus ojos encontraron los míos, y como siempre, no veo nada a través de ellos
—Perdona, se equivocaron, pedí de chocolate — vuele ha hablar la chica
Sentí una punzada en el pecho, celos, el estaba sólo con una chica, quizás una cita
Le sonreí forzadamente y levante su batido para llevárselo
—Lo siento, ya se lo cambio — dije y me fui
De repente los nervios pasaron a enfado
Debí de haberme dado cuenta de como era, ya no era el niño con el cual jugaba y reía por horas, ahora era un imbecil que en vez de jugar con una consola jugaba con el corazón de las chicas, y seguramente que quería lo mismo con migo, pero no le dejaría
Me acerqué a la mesa de salida y le pedí al Luan que cambiará el batido de banana por uno de chocolate como ella lo había pedido
—¿Qué pasa? — pregunto Brenda apareciendo a un lado mio
Brenda era una chica genial, los últimos días nos habíamos echo amigas, siempre me divertía, también le habia contado acerca de mi amor imposible hacia Sean, el cual ella ya conocía por sus nadie más y nadie menos que amigas
—Mira — le dije haciéndole señas con los ojos para que mirará a Sean, el estaba divertido con la chica esa
—Oh... — dijo ella asistiendo con la cabeza —Ya entiendo
—Nose que hacer... me molesta que este con esa chica y tambien quiero que me ignore despues de lo de la fiesta, me estoy volviendo loca... ¿algún consejo?
—Tengo uno, pero es muy malo...
—¿De que trata?
—La chica con la que esta sentado es una de las que molesta a Luna, me gustaria... vengarme
Luna era su hermana menor, y la pobre sufría acoso por sus compañeras, era una niña dulce y alegre, siempre sonreía
—Te diría que no, pero... — dude
—Vamos, ayúdame... no es tan malo, hazlo por Luni
—Bien — accedí
—París mesa trece, Brenda mesa diez y yo mesa catorce — dice Iván apareciendo con una bandeja con platos de pescado a nuestro lado
—Acá está el batido París — habla Luan
Pongo el batido en la bandeja y miro a Sean desde donde estoy preparándome metalmente
—Yo mesa catorce, tu mesa diez — dice Brenda a mi lado, le saca la bandeja a Iván y me da un empujoncito para que camine delante de ella
Cuando llegó a la mesa me paro junto a la chica sin mirar a Sean
—Aquí está...
Siento un empujón en mi trasero demaciado fuerte lo que me hace derramarle la bebida encima a la chica, esta se levanta de golpe
—¡¿Qué haces?! — me gritó mientras se intentaba limpiar la blusa
Contengo una risa mordiendome el labio, miro detrás mio y Brenda estaba con la bandeja aún en la mano y mirándome con el brillo en los ojos de querer soltar una carcajada igual que yo, pero nos contenemos
—Lo siento — dijo Brenda detrás mio —De verdad lo siento París, no te vi
Sabía lo que quería así que le seguí la jugada
—No pasa nada, ¿estas bien? ¿no se te callo nada? — fingi preocupación
—No, no, esta todo bien
—¡¿Es en serio?! — grita la chica detrás nuestra —¡A quien le derramaron la chocolate es a mi!
Ambas nos miramos
—Ve a limpiarte Majo, te espero — dice Sean levantandoce
¿Qué harás ahora Sean?
La chica le obedece y se va al baño, Brenda deja los platos en la mesa de las personas y se va dejándome sola
Lo miro mordiendome el labio, si sigue mirándome así me reiria como una loca delante de el, y lo último que quiero es otro ridículo, el se acerca y toma mi mano, me estremesco por su contacto
Me lleva hasta detrás del restauran y me suelta cerrando la puerta, siento un deja vu, era de noche pero hacia calor, el estaba de vaqueros oscuros y una remera blanca
—¿Qué fue eso? — pregunta el, serio
—¿El que?
—La escena que hiciste
—Yo no hice ninguna escena
A decir verdad si la había echo, pero no lo hiba a admitir, no se lo diría
—Si claro, déjalo ya París
—¿Dejar, que? Por si no te has enterado fue un accidente, no hice nada — mentí
Estaba enfadada porque la defendiera a ella
—París...
—No hice nada intencionalmente, digo la verdad
Mordi mi labio, sentía que no podia mentirle, no a él
—Habla
Y explote
—¡Estaba celosa! ¡ahora que lo sabes déjame en paz! — le grite
Intente volver a entrar pero el me tomo la muñeca y me giró, en un movimiento rápido hizo que mi espalda chocara contra la pared y quedaramos de frente, muy serca por sierto, podia sentir su respiración sobre mis labios
Mi corazón comenzó a latir como loco ante la cercanía
—Se que estabas celosa — me dijo —Y se el porque de esos celos, ahora déjame decirte una cosa...— hizo una pausa y se acercó a mi oreja —No creo que deberías estarlo... pero me alegra causar esos sentimientos en ti... — se separó y me miro serio
Estaba nerviosa, ¿a que se refería?, no dijimos nada por unos segundos, nos mirábamos mutuamente, de un momento a otro mis labios estaban sobre los suyos moviéndose desesperadamente, mis manos se fueron a su nuca atrayendolo más a mi, sus manos me apretaban la caderas haciendo lo mismo, besaba increíble...
Nos separamos un momento para tomar aire, sus ojos encontraron los míos brillosos, no pude evitar sentir querer estar siempre así
Sus labios se volvieron a posar sobre los míos otra vez, nuestras respiraciones agitadas se mezclaron
Nuestras respiraciones agitadas, sus manos subiendo y bajando por mi cadera, mis manos en su nuca, el contacto, las mismas ganas que teniamos ambos, la energía que surge en el momento, nuestros labios unidos desesperados... es el momento perfecto y no quiero que acabe, pero el se separa bruzcamente y lo miro confundida
—Mierda — murmura
Se aparta y entra en el restauran dejándome sola y con ganas de más
—Imbécil — digo
***
Los días pasaron y no lo volví a ver, salvo en la escuela porque asistimos a las mismas clases, pero el no me hablaba, como siempre, sólo sabía por parte de Máx de que estaba actuando extraño, el decía que Sean no salía de su cuarto a no ser que necesitara algo, y a mi no podía importarme menos
Después de aquel beso no quería volver a verlo, esa noche no había podido pegar un ojo, me había enfadado mucho que me dejará así sin más, por primera vez lo besaba y no quería saber nada de el, que irónico ¿no?, cualquier otra chica seguramente lo habría ido a buscar, pero yo no soy así
Aquellos minutos en el cielo ya habían pasado, y de la peor manera
Salí de mi habitación ya lista para salir con Natalia, habíamos quedado para ir a una fiesta de una de sus amigas, me pareció bien así que acepté
Llevaba un vestido rojo con escote y unos tacones del mismo color, Natalia estaba casi igual que yo pero ella tenia un vestido negro
—¿Lista? — me pregunto
—Si, ¿vamos en tu auto?
Mientras me miraba en el espejo sentí el silencio incómodo de Natalia inundar la habitación
La mire, tenía la cabeza agachada, estaba nerviosa por algo
—¿Que pasa Nat?
—Es que...
—¿Se rompió el auto? No te preocupes eso se arregla, iremos en taxi
—No — negó con la cabeza, después de unos segundos me volvió a mirar —Iremos con Máx y con...
No terminó la frase que la fulmine con la mirada, ella sabia del momento intenso que habiamos tenido Sean y yo, y lo peor de todo es que me había prometido no hacer nada que lo implicará a él, que poco te duran las promesas Natalia
—Me voy en tu auto — le dije secamente
—Por dios París, eres menor de edad y además no es para tanto, sólo irán en el mismo coche, ni se hablarán
—Que fácil lo dices, no iré entonces
—¡No! No me dejes sola por favor
—Claro, pero haya tu cuando quieres tener un momento a solas con tu novio y me dejas tirada, sabes que lo que más detesto es eso, no aguanto estar sola en una fiesta sin una persona consciente
Tenía un trauma el cual pocos conocían, podía estar en fiestas pero siempre con alguien que me distrajera, no soportaba tener a gente borracha cerca, y si se trataba de una fiesta era casi imposible, con el paso del tiempo pude soportarlo más, pero aún así tenía miedo, ni siquiera en una fiestita de cumpleaños lo soportaba, y eso que hiba a pocas
—Te prometo que no — me dijo Natalia en un murmuró
—No quiero estar cerca de el
—Te besó, es una señal, vamos
—Bien — me rendi, o no —Pero...
—¿Pero?
—Quiero invitar a Sabrina
—No
—Entonces nada
—Pero... sabes que no me cae muy bien esa chica
—Y ami no me cae bien Máx, es un mano a mano
—Sigo diciendo que no
—Bien, como quieras
—Bueno... pero es la última vez
Sonreí triunfante y la escuché suspirar