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-Quiero todo encima de mi escritorio en 20 minutos Lena, y por favor tráeme un café, muero por uno- le dije a mi secretaria mientras entraba a mi oficina, me senté en mi escritorio para poder terminar mi proyecto de fin de mes, esto era lo único que me agradaba de mi trabajo, las nuevas ideas, amo ayudar a los más necesitados, por eso hoy vendrían muchos prospecto de socios para poder cumplir mi próximo proyecto.
Tengo ya media hora intentando terminar pero un bloqueo mental me está carcomiendo el cerebro y no me sale nada de la mente para este proyecto, pero sé que algo se me ocurrirá, tengo que hacer algo para poder demostrarle a estas personas que invertir en este proyecto vale la pena, a los minutos, las ideas se comienzan a formar en mi mente, pero mi inspiración fue interrumpida por mi teléfono dejando ver la foto de mi hermano Emir.
-Buenas querido alfa, ¿a qué debo el honor de su llamada?- dije mientras me reía, su voz hermosa se escuchó al otro lado del teléfono que a los pocos segundo, este carraspeó y se detuvo, algo andaba mal- ¿Qué sucede Emir?
-Emma, no sé cómo decirlo pero tienes que regresar, nuestro padre está en sus últimos días, y ha pedido verte -me quede en shock sabía que Emir seguía hablando pero realmente no lo escuchaba- ¿Emma estás allí?- salí de mi trance y sólo pude hacer un sonido para nada normal con la garganta- él quiere verte, tiene que decirte algo, ya le dije que yo te daría el mensaje pero sólo quiere hablar contigo, creo que es algo inevitable, y sé que no quieres verle, después de lo sucedido hace años, él se niega a irse sin verte así sea por última vez.
-Voy a ir mañana, a primera hora salgo a Rusia para poder hablar con Josep, Lena va a tener que acompañarme, nada de hablar de lobos en su presencia, Emir, y lo digo muy enserio- dije mientras me ponía de pie tomando unas cuantas cosas de mi escritorio.
-Está bien pequeña te espero con ansias, y aunque no lo creas Emile te extraña, ya acepta que nada de esto es tu culpa – yo solo asiento sabiendo que no me puede ver- Hasta pronto nena te amo.
-Yo igual Emir, yo igual.
Salí de la oficina dejándole como recado a Lena nuestro viaje. Era hora del almuerzo y solo pensaba en lo rica que era la comida del restaurante de la esquina de mi edificio, la ubicación como tal era mía pero el lugar es de marco, un chico de unos 26 años que conocí cuando llegue a Londres ese día tan triste, desde ese día no he vuelto a escuchar a mi loba, no era normal pero su igual la rechazó, así que es justo que ella desapareciera y ya, marcos era un chico muy dulce pero no me atraía para nada.
-Buenas tardes señorita Emma, tenía unos cuantos días sin venir -dice marcos al verme acercar a él.
-Sí, son días atareados en la empresa, y a pesar de que tu restaurante queda en mi edificio se me es difícil venir pe…-iba a decir algo importante, pero un olor a vainilla y menta de saco de mi eje central, ese olor era delicioso, mire alrededor pero no encontraba de donde venía ese olor.
-¿IGUAL? Este olor es más delicioso, no sé lo que pasa pero, Emma intenta saber de dónde viene ese olor -me quede estupefacta ella después de 5 años es que aparece y dándome órdenes.
-Sabes llevas tiempo sin aparecer, un hola como has estado no estaría nada mal -dije sarcástica solo para ella.
-O vamos sé que has hecho estos 5 años así que deja el drama y busca de donde proviene ese delicioso olor, me vuelve loca- la ignore. Vi el restaurante detalladamente solo habían empresarios importantes y ese olor comenzaba a desaparecer – Emma lo dejaste ir, él era nuestro – gruñó y yo no pude evitar dar una sonrisa a la nada por lo posesiva que es.
-Marco quiero mi almuerzo para llevar, lo de siempre -el asiente y se va, me siento en la barra a esperar mi pedido- primero, no es nuestro, no es algo normal que un lobo después de ser rechazado consiga otro igual, a no ser que Mark este cerca, y segundo, ¿por qué desapareciste?, no sabía que te había afectado tanto lo de Mark- le dije a mi loba.
-Bueno no fue por él- dijo un poco pensativa -es un imbécil de primera que sacó mi peor faceta, en el mismo instante en el que te estaba conociendo, y además solo quería ver cómo te desenvolvías sola, siempre estuve allí además eres una híbrida, no tengo que estar contigo siempre hablándote, y sobre lo de tener dos iguales, ni idea, pero ese olor no era el que desprendía Mark el día que lo conocí.
-¿Una híbrida? ¿Qué quieres decir con eso?
-Emma tienes genes de ninfa, pensé que lo sabías -dijo ésta muy entusiasmada - son seres realmente hermosos que pueden controlar ciertos elementos, cosa que aún no veo en ti, lo más obvio es que seas una ninfa del bosque, pero aún no lo sé, aunque sí sé que tienes ciertas características de ellas, como lo hermosa y cariñosa que puedes llegar a ser y el poder de cautivar a cualquier hombre para que hagan lo que tú quieras, el día en el que aparecí tus ojos cambiaron lo recuerdas- asentí sutilmente- desde ese día permanecen iguales, es porque tu lado de ninfa salió a la luz junto conmigo.
-No, eso no puede ser, investigue y lo que tengo es heterocromía- dije para mis adentros, sabía que era extraño porque esta condición la tienes desde que naces y yo la tengo desde los 15 años, y por eso desde entonces sólo uso lentillas, pero eso no significa que de verdad sea una ninfa- y ¿cómo es eso de que hago que otros hagan lo que yo quiero? No entiendo nada de esto, tendré que investigar más adelante.
-Lo puedes investigar, pero te haré un refrescamiento de memoria, Recuerdas ese día en el que llegaste aquí, ese señor que no te quería dar trabajo, tú lo miraste de esa manera tan peculiar tuya y así como si nada te dio el empleo, y así hasta que llegaste a tener el edificio, la mayoría de las cosas que tienes es porque cautivas a los socios o comerciantes con los que te asocias, ¿sabes?, pensé que lo sabias, tienes que hablar con Emir sobre esto, él debe de saber de quienes son los genes de ninfa que tienes tú, ahora si me disculpas me voy luego te contare más cosas que sé sobre las ninfas -a lo que ella desapareció, primero; me di cuenta que todavía no sabía su nombre, segundo;¿cómo sabía todas esas cosas?, luego tendría que hablar mejor con ella, al segundo de sacar mis preguntas conspirativas llego marco con mi pedido.
-Por qué no te quedas a comer -mire a marco por un segundo y se me vinieron a la mente las palabras de mi loba, Marco sólo estará cautivo o realmente le atraigo, no le daré mucha importancia, tengo que estar muy segura de todas estas cosas.
-Lo siento marco pero tengo una junta en media hora y no quisiera llegar tarde -este sólo asintió, y yo salí de allí como alma que lleva el diablo.
-Tuve un almuerzo tranquilo en mi oficina con Lena, que cuando llegué aún no iba a almorzar, en todo ese tiempo el olor a vainilla y menta estaba en mi mente, no podía ser posible que tuviera otro igual, eso era mínimamente imposible, y si era mark… hmm, no lo creo porque Mark olía diferente, lo dijo mi loba él huele diferente, el olía a uvas y vainilla y este olor tenía presente la vainilla pero la menta me envolvió de una manera única, muy diferente al olor que me transmitía Mark. Pasando así los minutos llegó la hora de la junta con los nuevos inversionistas, salí rumbo a la sala de juntas y al estar fuera de esta el olor a vainilla y menta se intensifico, mi loba estaba inquieta lo sentía pero no decía nada, recobré la compostura y abrí las puerta, eran tres empresas diferentes, la que nos acompañaban hoy, mire a todos los presentes con cautela, la mayoría eran hombres, pero no sabía quién desprendía el olor.
Me senté en la punta de la mesa, tenía que salir de aquí rápido mi loba me estaba poniendo inquieta y odio sentirme así, pero ese olor me inquietaba en magnitudes industriales.
-Señorita Blaskov, ¿se encuentra bien?-me pregunto uno de mis ingenieros a mi oído- la noto un poco pálida- yo solo negué.
-No leo, no me encuentro bien, creo que me ha subido la presión un poco pero ya se me pasara, dile a Anne que me traiga un poco de agua con azúcar- la reunión comenzó y el olor se hizo presente en la sala de una manera muy intensa, ya no estaba tan inquieta pero me sentía irritada al no saber de quién era ese aroma.
-Bueno señorita, nuestra empresa de verdad quiere aportar un granito de arena, para las comunidades de áfrica, es realmente hermoso lo que intenta hacer y queremos ayudarla a lograrlo -dijo este, salí de mi trance.
-Me alegra que no solo a mí me encante este proyecto, eh señor Sanabria,¿no?- este asintió- me encantaría asociarme con usted para este proyecto- le dije con una de mis más sinceras sonrisas, me encantaba que se interesaran en mis proyectos y él era un hombre al cual debía tener como socio, era unos de los italianos más poderosos en lo que negocios se trataban, y yo quería que este proyecto fuera un éxito total, este me devolvió la sonrisa y miro a su derecha y por inercia yo igual.
Siento que todo el tiempo se detuvo, ese hombre no estaba allí cuando llegue a la sala ¿en qué momento entró? ¡Era bellísimo!, cabello n***o alborotado pero a la vez muy arreglado, mentón cuadrado, a pesar de estar sentado se podía apreciar que era verdaderamente alto, unos ojos miel que te hacían derretirte, de tez morena, ¡Demasiada belleza!, él no me miraba estaba viendo al sujeto de hace un momento, tenía una mirada seria, tan seria que de verdad daba miedo, me recompuse y comenzar a hablar de nuevo.
-Bueno señores, tengo como idea hacer a finales de mes un viaje a el primer pueblo de África donde esta idea se implementará, sé que es arriesgado y todos no disponen de tiempo, pero de verdad me encantaría que hiciéramos este viaje.
La junta ya había terminado y todos salimos de la sala de conferencia, me despedí de cada uno de ellos, estos prometiendo que asistirían al viaje, ese exquisito olor se me hizo más fuerte y presente, vi que el señor Sanabria se me acercaba con aquel hombre… o por la diosa es él.
-O nena claro que es él, ese dios griego es nuestro- sonreí a su dirección del hombre que ya conocía, y este me la devolvió, intente ignorar el comentario de mi loba pero mi cara ya estaba roja de la vergüenza, me sobresalte al tener a ese hombre cerca.
-Déjeme decirle, señorita Blaskov, que los rumores son ciertos - dijo el señor Sanabria -es una mujer sumamente hermosa e inteligente, mire todo lo que ha construido teniendo sólo 20 años- dijo este de forma casual- creo que no me he presentado correctamente, mi nombre Eliot Sanabria, y el gruñón es mi hermano Eros Sanabria, quisiéramos saber si le apetecía tomarse un café con nosotros- lo mire por unos segundos, y mi vista luego viajó al hombre más alto que el, este me miraba serio, sin una chispa de nada en sus ojos, vaya me huele a que esto va a ser difícil.
-Es un placer - dije dándole la mano al más bajo, intente darle la mano a eros, pero éste sólo miro mi mano, un golpe bajo al orgullo pero ¿qué más da?, el desprecio es algo con lo que he vivido siempre, pero por alguna razón duele, este simple gesto me duele más que cuando Mark me rechazo, alejé mi mano de él y puse ante mí a la mujer que soy, deje de sonreír y los miré a los dos -Lo lamento señores, pero para mañana tengo un viaje y tengo que prepararlo todo- el más bajo me miro con decepción y yo solo pensaba en como calmar este dolor que sentía en mi pecho, no me rechazó y tampoco quiero saber cómo se sentiría- ahora si me disculpan tengo cosas que hacer- dije esto más brusca de lo que quería pero ser así es lo único que se para protegerme de quien sea, me di la vuelta e intente alejarme pero fue toda una misión fallida, uno de ellos me tomo del codo, sentí un escalofrió pasarse por mi cuerpo, seguí la mano para saber quién era el dueño de esta, y vaya que sorpresa- ¿si dígame?- dije dura, odiaba que me tocaran, sólo quería irme de su presencia.
-Lo lamento creo que fui un poco descortés con usted señorita…- intento terminar la frase con mi nombre, pero así como él, yo igual era una mal educada, me costó un poco decirle mi nombre de pila, pero estaba cautivada por esa voz tan varonil y adictiva.
-Emma, mi nombre el Emma Blaskov, ahora dígame en que puedo ayudarle, como ya dije tengo cosas que hacer -me estaba molestando, vi un indicio de risa en sus labios, y me tense de inmediato, éste se acercó un poco más a mí, y ahí me di cuenta que seguía tomándome del codo, mire justo ahí y el pareció entender que no quería que me tocara, pero no se alejó y la verdad me sentía intimidada.
-Lo siento, ¿la puedo tutear?- yo sólo asentí a su pregunta - bueno Emma- había dicho mi nombre tan lento que sentí que lo besaba en cada letra, uff¿por qué no pude tener un nombre más largo?- lamento si fui grosero al no estrechar su mano pero enserio, nos encantaría ese café con usted- lo mire detenidamente.
-Hmm de verdad que tengo cosas que hacer y…- mi teléfono comenzó a sonar, hice una señal de disculpa, y contesté.
-Buenas diga,-dije alejándome de ese hombre tan enigmático
-Emma, necesito que salgas hoy mismo para acá, a nuestro padre le dio un infarto y los médicos de la manada no creen que pase de 2 días, -me frene de golpe al escuchar toda la información, mire por encima de mi hombro y ellos seguían allí, volví mi mirada al frente poniéndome un poco más recta.
-Déjame hago el trámite y salgo esta misma noche Emir -note que él se estaba acercando, su olor se hacía más prominente- tengo que dejarte emir, te amo.
-Yo más hermanita - dicho esto colgué y giré sobre mis talones, encontrándome con un fornido pecho y una mirada que asesinaría a cualquiera si estas matara.
-Lo siento tengo que irme, creo que ese café puede ser para otro día - dije mirando a Eliot y no a Eros, vi a Lena a lo lejos y le hice señas para que se acercara, me aleje un poco de Eros y este seguía mirándome de esa manera- Lena necesito que busques boletos de avión a Rusia para esta noche, y no más los tengas llamas a Emir informarle de la hora de nuestra llegada- esta asintió y se fue- lo lamento de verdad- dije dirigiéndome a ellos.
-¿Por qué se disculpa?, su novio debe de estar esperándola -dijo Eros con brusquedad pasando por mi lado, esto hizo que me doliera otra vez el pecho, sentí que su olor se desvanecía.
-Lo siento anda muy extraño desde esta mañana, bueno Emma ha sido un placer, nos vemos cuando regrese - se acercó me beso la mejilla y se retiró.
-Ese hombre es raro- dijo mi loba después de que ellos se fueron - pero sabemos que estaba celoso, te escuchó decirle te amo a Emir.
-¿Es un lobo? -eso fue lo primero que pude preguntarle.
-No Emma no es un lobo, no olía a lobo, creo que es un simple humano, uno que yo me comería todos los días- al escuchar eso casi me golpeo el dedo con la puerta de mi oficina
-Oh cállate, por cierto ¿cuál es tu nombre, y cómo es que sabes tanto de las ninfas si nunca has salido de mí?
-Mi nombre es Cristal, y sé de las ninfas porque mientras duermes tomo yo el control de tu cuerpo- me quede pasmada al escuchar eso - lo siento sólo lo hice un par de semanas seguidas después de allí vi que amanecías muy cansada y dejé de hacerlo, para yo salir tienes que estar consiente, si lo hago estando tu inconsciente te desgastas- lo dijo tan rápido que me costó entenderla un poco.
-Ok Cristal déjalo ya, y escucha; ese hombre no es un humano cualquiera, tiene algo que no ser descifrar -dije pensativa.
-Claro Emma, es tuigual, por la diosa - eso todavía no me cabía en la cabeza, dos iguales, la diosa me ha dado otra oportunidad, la verdad es que no quiero pensar en eso ahorita.
-No, no es eso, es otra cosa y cuando llegue de ese viaje lo averiguare.