Capítulo 12 - Continuación - Cada Mañana tiene dos Opciones

1304 Palabras
Si bien, lo menos alguien se como a decía de mi, en esta situación que provoque.Un alivio amargo: Pero justo cuando mis ojos se encontraron por un instante con los ojos de uno de ellos, su expresion cambio. Casi durmiendo por todo el camino, logre salir del hospital.Mientras intentaba despierta en el auto bus. El rostro del doctor en el cubículo se me vino a la mente.No fue eso su comentario de compasión, si no su mirada final: una mezcla de lastima y al mas... advertencia. ¿Sabrían esos doctores algo mas sobre lo que sucedía en la habitación, algo que no podía decir en voz alta? En resumidas palabras, Agarre el asiento, el cansancio era inmenso, pero el pensamiento de la mirada de ese doctor no me dejaba tranquila. La pregunta martillo la mente: ¿Me había salvado Dela, o me había alejado de la única persona que podía protegerme de lo venía en la oscuridad? En pocas palabras, cuando llegue a la gasolinera, el colector hizo un ruido y me desperté., "¡Ahí me quede dormida, casi me pasan!", exclamé. Me abajé caminando con ojos agotados y pesados por el sueño. Gracias a Dios paso un carro particular y era un señor mayor, iba solo. Nunca me gustaron los trasportes solitarios, sobre todo ese tipo, pero el cansancio era tal que me subí. Lo que no sabía, es que esa decisión me llevaría a un encuentro aún más inquietante. Por ende, el señor me pregunto si venia de una rumba, y yo le dije que no, que venía del hospital, No sé en qué momento me quedé dormida de nuevo, pero de repente sentí que me despertaban, y ¡había llegado justo a la parada que debía llegar! La situación me sorprendió profundamente. ¿Como sabia el señor dónde dejarme? ¿O había sido una suerte increíble, casi milagrosa? Le di gracias a dios, temiendo lo que podía a ver pasado si no me hubiera despertado. Más tarde, me bajé le di la gracias al señor, y caminé como borracha por el camino a casa, pensé en lo horrible que debía ser trasnochar por una fiesta, al menos para mí. llegue a mi casa, pase directamente al cuarto, ni me cambie y caí en la cama en un sueño profundo. Pero mientras me hundía en la inconsciencia, una promesa silenciosa, nacida del terror y la desesperación, se gesto en mi mente: Volver al hospital, y esta vez, desvelaría el misterio de la sombra encapuchada, sin importar el precio. El sueño, lejos de ser escape, se convirtió en un pacto. Desde entonces, un universo viejo se derrumbó, para dar paso a uno completamente nuevo. El sonido del celular me despertó, adormecida. Conteste y era Dela, con una noticia que me sacudió por completo: ¡Había dado de alta a mi madre María! me pidió que fuera para el hospital ayudarle con las cosas, y que ya había llamado al primo Rubén para que nos llevara a casa. Pero una pregunta me asaltó: "¿porque hiciste eso?". S u respuesta, sim embargo, revelaría un pacto secreto. Para concluir, Dela me explico que Rubén le había dicho que lo llamará cuando dieran de alta a su tía para buscarla y llevarla, "Ok", dije yo, asombrada por la previsión. Me aliste, no sin antes darle la noticia a todos para arreglaran la casa y le dieron la bienvenida a la abuela, Domini, si embargo me dijo que no podía esperar que tenia que trabajar. Todos se pusieron muy contentos. Pero la partida de Domini, en un momento tan importante, dejo una sombra de inquietud. La casa estaría lista, pero el hospital, sin que lo supiera, guardaba una sorpresa aún mayor. Simultáneamente, agarre transporte los dos transportes que me correspondían y llegue en el hospital. Subí enseguida, muy contenta. Pero al llegar a la puerta de la habitación, la escena me dejo atónita: ¡los 3 compañero que quedaban estaban alistando sus cosas, dispuestos a retirarse! la habitación que había sido testigo de tanto dolor y misterio, ahora se vaciaba. Pase hasta la cama donde estaba mi madre María, y mi hermana Dela me dijo que me esperaba para que le ayudara acomodar las cosas. Pero mi pregunta era una sola. Por consiguiente, "¿Qué paso aquí?" pregunté, con la voz apenas un susurro. Dela, con una sonrisa en el rostro, respondió:"¡A todos los dieron de alta!". Dos de los compañeros ya tenían las órdenes y se habían despedido, marchándose antes. La noticia me llenó de una alegría inmensa, pero también de una profunda intriga. ¿Cómo era posible que, después de tanta tragedia, todos hubieran recibido el alta el mismo día? ¿Fue una coincidencia, o había algo más, algo que la "palanca" de los doctores o la influencia de la anestesista había logrado para todos? La respuesta, sin duda estaba oculta en los pasillos de ese hospital, ahora extrañamente silencioso. Consecuentemente, logramos recoger todas las pertenencias de mi madre María, en ese momento Dela recibe una llamada, Era el primo Rubén, quien ya estaba abajo. Le dijo que tenía un carro color n***o estacionado, y que en cuanto nos viera salir intentaría acercarse a la puerta. El coche n***o una imagen común, pero en el contexto de las influencias y los secretos del hospital, adquirió un matiz inquietante. ¿Era solo un transporte, o un símbolo de algo más profundo que nos esperaba fuera? De ahí que, Dela dijo "ok" y colgó, nos avisó: voy a ver si está lista la orden y de una vez me traigo al camillero con la silla de ruedas. Se disponía a irse, a cerrar el capítulo del hospital. Pero justo en ese instante, cuando pensábamos que la habitación quedaría en paz, el señor del a lado, el mismo que había causado tantos conflictos, se nos acercó, deteniendo el plan de Dela con una acción totalmente inesperada. Para acabar, en ese instante de sorprendernos, el señor de lado se nos acercó con una disculpa sincera por todo lo que había sucedido, admitiendo que no había pensado bien antes de actuar. Nosotras, extrañadas por el cambio, le dijimos no se preocupará, que todo había sido un malentendido y que, de nuestra parte, también había culpa. Nos dimos las manos, y él se retiró. La disculpa fue tan súbita, tan fuera de lugar, que me dejó una sensación inquietante. ¿Era genuina o escondía algo más? ¿Porque, después de tanta hostilidad, ese cambio radical justo cuando estábamos a punto de irnos? La mano extendida del señor de a lado, lejos de traer paz, sembró una nueva semilla de duda en mi mente. Así que, Dela dijo: "me voy a ver qué pasa con la cuestión" saliendo de la habitación. Veinte minutos más tarde, volvió con un papel y el camillero con la silla de ruedas, Nos ayudó a bajar a mi madre María, agarramos todos nuestras cosas y, despidiéndonos, nos fuimos de la habitación, pasamos por el pasillo donde estaban todos los residentes y especialistas, que nos vieron pasar con una extraña curiosidad. Luego, subimos al asesor y bajamos directamente por dentro de los salones de emergencias. La sensación de ser observadas, de que nuestra partida tenía un significado más allá de un simple alta médica, me invadió. Resulta necesario decir, para salir a la puerta de afuera de emergencia, enseguida se movió un carro n***o y se acercó. Se bajo el primo Rubén, le quito la silla de ruedas al camillero para acercarse al coche, y luego subió a mi madre María, sentándola en el asiento de adelante. Abrió la parte de atrás, donde metimos todas nuestras cosas, para luego subirnos nosotras e irnos a casa por fin. El coche n***o, que antes parecía solo un transporte, ahora se sentía
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