El menor se encontraba ahora en la academia impartiendo sus clases de piano a los niños, estaba sentado junto a uno de los chicos más perseverante que había conocido en su vida, el niño de apenas trece años le había pedido, que por favor le enseñará una partitura que deseaba interpretar para su madre en su próximo cumpleaños. Conmovido por su dulzura In Sook aceptó, aunque a Tristán no le hizo gracia ya que a veces se tenía que quedar un poco más de tiempo para ayudarle. No podía evitar sentir nostalgia cada vez que estaba junto a ese niño, en ese momento más que nunca deseaba poder estar con su madre, para decirle lo feliz que era al lado de Tristán, pero era imposible y no iba a negar que quería verla. Ya había pasado dos semanas desde aquel maravilloso día en que se entregaron, de ve

