TE ENCONTRÉ

2096 Palabras
Al ver la pareja salir de la floristería no se tomó la molestia de seguirlos, no tenía la necesidad de hacerlo. Ya había encontrado su objetivo, había sido más fácil de lo planeado. Esperó a que la pareja se alejara de allí y se bajó del auto. Por primera impresión asumía, que aquel negocio era de Joo Woo y que In Sook era un empleado allí. Taku tuvo razón al decir que ellos eran simples canales hacia In Sook, pero no esperaba que fueran tan idiotas como para ir a visitarlo al primer susto. Fue a una cafetería que se encontraba cerca, no podía alejarse demasiado, se tomó un café acompañado de un omelette para calmar el hambre que su cuerpo empezaba a demandar. Dio una mirada vaga a la cafetería, no podía negar que era cómoda, tenía un aire hogareño y acogedor. Se sentó unos minutos y se bebió el café despacio y sin prisas, mientras pensaba en la manera que tendría que actuar. Ahora que había encontrado el pequeño supuso que su siguiente paso sería seguirle hasta la respiración, la gran desventaja que poseía en ese momento era que no conocía Busan en lo más mínimo, y si a ese niño le daba por salir tendría problemas para seguirlo. Sacó la foto del pequeño que tenía en la chaqueta, coincidía con el que vio hace unos minutos junto a Kang-Tae y Joo Woo en aquella floristería. Tendría que llamar a Taku para conseguir los verdaderos números del chico, el número que utilizaba para contactarse. Era obvio que Chul Sung estaría en contacto, los puentes eran simple cebos para distraer. Tendría que buscar posibles cuentas bancarias, o identificaciones falsas que utilizaran, pero eso no sería problema de conseguir. Lo único que quería en ese momento era acabar pronto ese trabajo para poder regresar a su amado apartamento y retomar la rutina que había dejado atrás, la idea de cambiar de ciudad y vivienda no le agradaba en lo más mínimo. Se puso en pie y pagó el café con el omelette que se comió, se fue otra vez al auto y se quedó mirando la floristería a esperar a que el pequeño cerrara para seguirlo a casa, se distrajo jugando con su celular, aunque por momentos miraba quienes entraban y salían del establecimiento. Parecía que In Sook trabajaba allí solo, así que no tendría problemas más adelante. A las siete de la noche notó que el pequeño empezaba a guardar las flores y acomodar todo adentro, vio las luces apagarse, después de unos minutos vio que cerró la puerta y echó a caminar calle abajo. Salió del auto y empezó a caminar atrás de él, si lo seguía con el auto sería más fácil levantar sospechas. In Sook caminaba despacio y sin prisas, parecía aturdido y pensativo, después de unas cuantas cuadras se adentró en un mercado durante unos minutos saliendo con un par de bolsas, continuaron su camino,Tristán de vez en cuando se detenía para alargar un poco la distancia, In Sook parecía en guardia ya que cada cinco minutos estaba revisando que nadie lo siguiera. Se detuvieron frente a una pequeña casa de una planta decorada con un pequeño jardín al frente, aquel sitio parecía ser pequeño y modesto, pero seguía siendo lindo a su manera. Desde allí daba una vista preciosa de los edificios que se levantaban del pavimento a lo lejos, era digno de una fotografía. Tristán esperó que el chico entrara y se quedó unos minutos esperando a ver si de pronto salía de nuevo, pero no fue así. Sin perder más tiempo se devolvió sobre sus pasos hacia el auto que había dejado frente a la floristería, la brisa cálida golpeaba su rostro, era un clima agradable y fresco así que no le molestaba. Pisó el acelerador y se dirigió de vuelta al hotel, tendría que pedir indicaciones para llegar. Buena suerte que la recepcionista le dio una tarjeta donde estaba la dirección, con la ayuda de unas personas pudo llegar. Una vez en el hotel empacó lo poco que había sacado de sus maletas y de inmediato se trasladó a un hotel más cerca donde vivía In Sook. A las doce de la noche lo recibieron con las puertas abiertas, sus maletas fueron subidas y tan pronto lo dejaron solo en aquella habitación se dejó caer víctima del sueño. Despertó a las seis de la mañana como siempre. Pidió un servicio a su habitación, su estómago lo iba a volver loco por el hambre. El hotel que había escogido daba una vista hermosa a las lejanas playas de Busan, el aire de la mañana era fresco. Salió a dar una vuelta a los alrededores tratando de conocer un poco el sitio en el que se encontraba, no sabía en parte de Busan exactamente se encontraba así que se acercó a una señora que se encontraba cerca. —Disculpe— Se acercó dejando una distancia prudente, la mujer lo miró con desconfianza— ¿Qué parte de Busan es esta exactamente? —Es el distrito Haeundae— Contestó despectiva la mujer. —Ya veo—Hizo una reverencia—- Muchas gracias. —¿Sabe joven?—Continuó la mujer hablando de un momento a otro—Si quiere una recomendación de mi parte debería hacer senderismo con su pareja o al menos recorrer las seis playas de Busan. Tristán hizo caso omiso del comentario tan fuera y continuó su recorrido alejándose de aquella señora tan extraña. No estaba para entablar charlas. Sintió su celular vibrar en su pantalón, reviso la pantalla del móvil y se apresuró al contestar al leer el numero del señor Kim. —¿Dónde lo encontraste?— Dijo la voz gruesa. —Busan—silencio al otro lado de la línea—¿Qué debo hacer? —Ya sabes, seguirlo y entregarme un informe semanal. Lo quiero absolutamente todo de él, amistades, sitios que frecuenta. No quiero que pases nada por alto, ya consigné en tu cuenta un dinero que cubrirá tus gastos mientras vivas en Busan, así que por dinero no te preocupes. —Bien, ¿algo más? —No por ahora, el informe házmelo llegar por correo. No olvides acompañarlo de fotografías. Colgó mirando su teléfono por unos minutos, se apresuró a regresar al hotel donde se hospedaba y sacó su portátil para revisar desde allí su cuenta bancaria. Casi se le cae un pulmón al leer la cifra que tenía en frente. Era demasiado dinero. Demasiado. Con eso ya podía jubilarse y mantener a su familiar el resto de la vida. Cerró el computador y se asomó por la ventana, mañana iniciaría con la vigilancia del chico, por ahora tendría que acomodarse en Busan. Fue a devolver el auto que alquiló y tomó un taxi para dirigirse al sector donde estaba ubicada la floristería, tenía que conseguir un alquiler en un lugar cercano para poder mantener al chico vigilado. Después de caminar unas cuantas cuadras halló un apartamento en alquiler, sin pensárselo dos veces lo tomó. Canceló el valor del alquiler por un mes y regresó al hotel por las maletas, pero antes de dirigirse a su nueva residencia pasó por el banco a sacar algo en efectivo, no iba a estar pagando todo con tarjetas. El apartamento constaba de una habitación, el baño, la sala, la cocina, un pequeño estudio y un balcón. Desempacó sus cosas, el sitio estaba amueblado así que se ahorraba la compra de cosas innecesarias. En el estudio montó todo su equipo y herramientas necesarios para la investigación, al igual que la casa de In Sook aquel apartamento permitía contemplar los elegantes edificios. La floristería y la casa del pequeño quedaban era hacia el norte conectando con el distrito Geumjeong por lo cual la playa quedaba un poco retirada, pero se tomaría su tiempo para ir tan pronto como pudiera. Salió a comprar un poco enceres para alimentarse, no era un experto en la cocina pero se defendía, además la comida de la calle no era muy agradable. Cuando regresó a su apartamento soltó las bolsas en la cocina, guardó los vegetales y las carnes en la nevera. Mientras guardaba la comida hizo un pequeño listado mental de las cosas que le hacían falta. Se fue a la que sería su recamara y desempacó su ropa, zapatos y cosas de aseo. Aquel sitio no estaba mal, era más pequeño que su apartamento de Seúl pero se ajustaba a sus necesidades, así que no tendría problemas. Puso a cargar su cámara, alistó una pequeña mochila y ahí guardo una libreta con una pluma, una grabadora y un celular con un chip temporal en caso de tener que hacer llamadas de urgencia. Mañana iniciaría, Kim In Sook debía estar listo.  A las seis de la mañana se hallaba de pie en la esquina de donde estaba ubicada la casa de In Sook, se puso una peluca de cabellos rubios y unas gafas de tipo nerd, no podía seguirlo con su aspecto normal. El chico salió a las siete de la mañana a paso lento, cosa que le desesperaba en sobre manera aTristán. Caminaron aproximadamente veinte minutos hasta llegar a lo que decía el aviso una academia de música, tendría que averiguar que hacía el chico allí, pensaba que solamente trabajaba en la floristería. Estuvo allí hasta medio día, lo vio salir de nuevo pero esta vez sí se dirigió a la floristería, allí lo estuvo acompañando un chico que al parecer atendía el turno de la mañana, mientras In Sook estaba en la academia. El chico que lo reemplazaba se despidió para luego salir. Él era conocido del pequeño por ende era su deber vigilarlo también, así que lo siguió. Se asombró al ver que trabajaba en la cafetería donde estuvo el día pasado tomando un café, debía tener más cuidado con esas cosas.  Regresó cerca de la floristería y se sentó en una de las sillas del parque que había en frente a vigilar al pequeño, tendría que seguir esa aburrida rutina por una semana para averiguar sus actividades, aunque en el fondo no creía que hiciera muchas cosas. Tomó una fotografía con su pequeña cámara a In Sook, quien salió para acomodar una de las flores que se exhibían afuera, las fotos eran enviadas automáticamente a su celular así que para matar su curiosidad revisó la foto en este. Contempló la foto unos minutos y se sorprendió de sí mismo al notar que una sonrisa estaba en sus labios. Se reprendió. Guardó de nuevo su celular y volvió a contemplar los árboles que le rodeaban.       En la semana de investigación a In Sook pudo obtener cincuenta fotos de él, la mayoría eran de la floristería porque permanecía la mayor parte de su tiempo allí, mientras alistaba el informe se aseguró de poner todo en un orden cronológico de la forma más detallada y precisa posible, no le gustaba irse por las ramas. La rutina de In Sook era como había pensado, de lunes a viernes dictaba clases de piano a niños en una academia que quedaba a veinte minutos de su casa, pero también recibía clases de canto, allí permanecía hasta mediodía y después se dirigía a la floristería, donde permanecía hasta las siete u ocho de la noche, eso dependía de la cantidad de trabajo. Donde residía era una casa adquirida hace un año por Kim Joo Woo propietario de la floristería, al parecer no pagaba por un alquiler. Su círculo social se reducía a un par de amigos en la academia que eran profesores, de Cristian el chico que atendía la floristería en horas de la mañana y el novio de este, Lee Peter. Ellos llevaban un año residiendo también en Busan al igual que In Sook, Cristian atendía la floristería en la mañana y en las tardes atendía la cafetería. Peter, por el contrario, trabajaba para Kang-Tae como abogado, nada sospechoso realmente. Los viernes en la noche, In Sook salía a compartir unas copas con sus amigos, aunque no era sino por un par de horas que lo hacían. El fin de semana se abría la floristería el sábado hasta altas horas de la noche pero Cristian y In Sook atendían juntos, el domingo era de descanso pero el pequeño no hacía nada relevante ese día. No tenía cuentas bancarias, manejaba todo el dinero en efectivo. Incluso sus pagos eran en efectivo. Al parecer no tenía un número telefónico, todo su contacto con Chul Sung u otras personas se reducía a Cristian quien era como su comunicador. No era tonto, sabía que In Sook tenía un teléfono, pero al parecer no lo utilizaba mucho. Tenía fotos de In Sook en cada sitio de los cuales había frecuentado en la semana, tenía fotos de los profesores de la academia y de sus amigos. No podía dejar cabos sueltos. Satisfecho con la información que tenía en frente guardo el archivo y envió la información al Señor Kim. —Veamos que sigue—Se acostó dejándose llevar en un profundo sueño.
Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR