Kael
Maldita sea, y las cosas iban tan bien con Tatum también. Fue el mejor sexo que he tenido en mucho tiempo. Intento recordar un sexo mejor que haya tenido y, aunque estoy seguro de que debe haberlo, no puedo recordarlo en este momento. Está claro que Tatum no estaba acostumbrada a los elogios ni a un hombre que sepa lo que demonios hace en la cama.
Estoy más que feliz de mostrarle cómo es cuando un hombre que sabe lo que hace tiene acceso a su cuerpo espectacular. Y ella es espectacular. Entré para sujetarla cuando se resbaló, sin siquiera pensarlo realmente, solo queriendo ayudar a alguien que podría caerse y lastimarse, pero en el momento en que estuvo en mis brazos me di cuenta de lo hermosa que es. Tiene un trasero firme y pechos pequeños y firmes, del tipo que quiero morder; cabello oscuro rizado hasta los hombros en el que quiero hundir mis dedos y tirar; piel marrón clara y cálida, suave al tacto; y ojos verdes brillantes en los que podría quedarme mirando días.
Parece exactamente el tipo de chica bonita que quieres desarreglar y arruinar, y eso es exactamente lo que hago. Se me enciende la sangre cuando descubro que es de las que gritan, y lo mejor es que parece sorprendida por ello. Es tan jodidamente obvio para mí que Tatum nunca ha tenido un hombre que realmente le diera un buen momento. Apostaría toda mi maldita fortuna a que ha tenido nada más que sexo mediocre hasta el punto de que no tenía idea de que era mediocre y pensaba que era bueno, agradable, y tal vez incluso genial.
Bueno, ahora tengo la oportunidad de mostrarle exactamente cómo se siente el sexo realmente bueno. Y mierda, no es que yo la pase mal tampoco. Es hermosa, se siente increíble, suena increíble… Termino alargándolo más, solo para que no tenga que terminar; estoy tan jodidamente metido en su cuerpo y sus reacciones.
No tengo problema en divertirme con una mujer. De hecho, me he divertido mucho con muchas mujeres a lo largo de los años. Pero esto es mucho más. Ha pasado un tiempo desde que ralenticé el sexo para alargarlo para ambos, pero lo necesito, sabiendo que el clímax, cuando llegue, será mucho mejor. Y estoy absolutamente en lo cierto. Tengo que morderme la lengua para no hacer algún ruido fuerte yo mismo. Casi desearía poder romper mi propia regla y conseguir su número para volver a verla y tener más sexo increíble, pero no creo que sea una buena idea. Cada vez que pienso que he encontrado a alguien que entiende que es solo sexo, me equivoco. Las mujeres siempre me piden más, y no puedo dárselo. He aprendido a cerrarlo de inmediato y dejarlo así. Es mejor alejarse de algo que intentar ilusionarme. Nunca voy a darle mi corazón a otra mujer, no después de haber perdido a mi esposa, Nerina. He pasado por ese dolor y nunca me pondré en esa situación otra vez. Y luego, Tatum lo arruina. Quería tomar un trago con ella, charlar, y luego asegurarme de que se reuniera con quien vino o conseguirle un transporte a casa, lo que necesitara… enviarla a salvo. Pero Thomas se acerca y nos interrumpe, y es entonces cuando Tatum intenta pedirme mi número.
—Maldita sea.
Puedo escuchar la emoción y la esperanza en su voz, y lo corto de inmediato. De ninguna manera. No importa cuánto me prometa Tatum que entiende que es solo sexo, esperará más, especialmente cuando descubra lo rico que soy. Siempre es así.
Así que lo corto, y me alejo. Thomas frunce el ceño y mira por encima del hombro mientras lo arrastro lejos del bar y de Tatum.
—¿Interrumpí algo?
—No te preocupes por eso.
—Ella parecía molesta.
—Está acostumbrada a que los hombres la decepcionen; lo superará. —Es joven, de todos modos. No sé cuánto más joven es que yo, pero supongo que está en sus veintitantos. Tiene mucho tiempo para superar que un ligue random le haya sido grosero.
Thomas parece que va a decir algo más, pero luego suspira y me presenta al joven bajista que quiere hablar conmigo. Es una sorpresa agradable que el chico esté genuinamente interesado en mis consejos, y no solo lo haga por cortesía porque Thomas insistió. De mis tres antiguos compañeros de banda, Thomas es el que nunca ha abandonado realmente la idea de que toquemos juntos. Ahora que todos estamos en nuestros cuarenta, por supuesto, ya no hay posibilidad de hacerlo profesionalmente y triunfar. Ese era nuestro sueño, en la universidad, y creo que éramos lo suficientemente buenos como para quizás lograr algo. Pero Thomas todavía quiere que toquemos regularmente de nuevo, aunque sea solo por diversión.
No puedo hacer eso. Tengo una empresa que dirigir, y una grande. No te conviertes en multimillonario, especialmente en el mundo acelerado de la tecnología, descansando en tus laureles. Pero es agradable salir de vez en cuando y disfrutar escuchando buena música rock, apoyar a los que están empezando, a los que son jóvenes y tienen hambre como nosotros alguna vez.
Termino de darle consejos al bajista, y Thomas me sonríe mientras el chico se va a reunirse con sus compañeros de banda. —¿Recuerdas cuando éramos así?
—Dios, sí.
—Lo extrañas. —Thomas me da un golpe en el hombro—. Dime que no, vamos, intenta mentirme.
—Thomas, ahora somos padres. Estás casado. También lo está Eli. Steve y su novia están poniéndose serios y sabes que siempre ha querido adoptar; ese proceso puede tomar años. No tenemos tiempo…
—¡Solo por diversión! —Thomas pone los ojos en blanco—. Vamos, podríamos ser dueños de un lugar como este, tendríamos al público comiendo de nuestras manos.
—Eso fue hace dos décadas.
Sé que Thomas no se dará por vencido. No se ha dado por vencido en todo este tiempo. Cuando decidí ponerme serio y empezar mi empresa tecnológica por Nerina, mi novia en ese momento, sabía que no tendría tiempo para la banda, y no iba a joder ni a mi novia ni a mis compañeros de banda comprometiéndome a medias con ambos. Pero luego Nerina me dejó, y Thomas pensó que tenía una oportunidad para convencerme de abandonar mi empresa. Para entonces, sin embargo, ya había invertido demasiado. Las ideas de Nerina habían sido brillantes, y yo tenía el conocimiento empresarial, y aunque Nerina se había ido, no podía abandonar la empresa en la que había puesto todo. Cuando volvió años después, sentí que había sido recompensado. Como si hubiera tomado la decisión correcta.
Ahora que se ha ido, a veces me pregunto. Pero no importa. Tengo una empresa de mil millones de dólares que dirigir y no puedo andar por ahí tocando la guitarra con mis amigos como si estuviera en la secundaria y operando desde el garaje de la mamá de alguien. Tengo que viajar constantemente, tengo un millón de cosas que seguir. Y mis compañeros de banda tienen sus propias responsabilidades. Demonios, soy el único soltero. Thomas solo habla mucho. En realidad, no tiene la capacidad ni el tiempo para perseguir nuestros viejos sueños. Así es como funciona la vida. A veces, tomas una decisión, y luego esa decisión te lleva por un cierto camino. No puedes retroceder, aunque a veces, realmente desearías poder hacerlo.
Thomas pone los ojos en blanco hacia mí. —Eres un aguafiestas. Pero vamos, busquemos a Eli y Steve, creo que consiguieron una mesa de billar. Sigo a Thomas hasta la mesa de billar y me dejo llevar por la compañía de mis amigos más cercanos, y me olvido por completo de Tatum.
A la mañana siguiente, estoy despierto temprano. No importa cuán tarde me quede despierto, tengo que estar despierto a tiempo para dirigir la empresa. Victoria, como era de esperar, está en el vestíbulo cuando bajo las escaleras.
—Alguien parece que estuvo despierto hasta tarde —comenta.
—¿Es tu manera de decirme que me veo fatal?
—Nunca diría algo así en voz alta, señor —me dice Victoria con desenfado.
Victoria ha sido mi asistente personal durante años y es la única persona que realmente puede salirse con la suya hablándome así y bromeando conmigo. Me mantiene estable y con los pies en la tierra, y aunque nunca lo admitiré en voz alta, o nunca dejaré de escucharla, en cierto modo es mi mejor amiga.
Voy a la cocina para tomar un café antes de ir a la oficina, pero, a diferencia de lo habitual, Victoria no está diciendo nada sobre el resto de mi día. No me está informando sobre reuniones ni contándome los diversos planes ni recordándome un almuerzo. Frunzo el ceño mientras enciendo la cafetera. También preparo un café para ella. —¿Algo anda mal?
—Victoria suspira. —¿Se te olvidó, señor?
—¿Olvidar qué? —Me devano los sesos—. No me digas que se supone que debo estar en un avión a alguna parte.
—No. Se supone que debes conocer a la nueva niñera de Charlotte.
—Ah, maldita sea, sí olvidé eso por completo. —Bueno…
Suena el timbre. Victoria me lanza una mirada severa de compórtate. —Esa debe ser ella. Intenta actuar como si estuvieras emocionado de conocerla.
—Si tú la elegiste, entonces confío en que cuidará bien de Charlotte. —Mi hija solo recibe lo mejor. Es lo menos que puedo hacer por Nerina.
Victoria abre la puerta y sonríe. —Tatum, qué bueno verte de nuevo, pasa.
El nombre hace que se me revuelva el estómago. Seguro que es un nombre bastante común, ¿verdad? No hay necesidad de pensar…Entonces la niñera entra, y oh, mierda. Sí. Esa es mi Tatum.
La mujer con la que tuve sexo anoche. —Mierda.