**ALAI** Me senté en el asiento trasero, con la mirada fija en el horizonte que se extendía frente a mí. Cerré los ojos por un momento, intentando contener las lágrimas que amenazaban con salir, pero también con una especie de determinación que empezaba a tomar forma en mi interior. —Avance. Ya. El motor arrancó, y con él, una parte de mí se volvió a cerrar, como si una capa más de armadura se colocara entre lo que siento… y lo que dejo ver. La distancia, ahora más que nunca, era la única opción para protegerme del dolor que amenazaba con desbordarse. Pero también, quizás, la única manera de reencontrarme con la fuerza que había olvidado que aún poseo. Mientras avanzábamos, respiré profundamente, buscando en ese aire frío la claridad que necesitaba para afrontar lo que vendría. La t

