Emma abre sus ojos, a causa del frío, si tuviera que admitir que no estaba cansada y adolorida estaría diciendo blasfemias. —Que frío.— Suelta. Intenta no pensar en el dolor y en aquella especie de entumecimiento en sus piernas, tenía mucho que ver el hecho de qué, prácticamente, había dormido desnuda y que ni siquiera lleva puesto sus pantalones. Agradeciéndole mentalmente a Jay de que la ayudará a colocarse sus prendas interiores, en aquel momento no le había parecido raro. Ahora se da cuenta de que si se hubiera despertado completamente desnuda todo en su mente estaría fuera de control. —Ay no...— Susurra ante el dolor. Muerde su labio inferior mirando hacia arriba. —Mis cosas.— Susurra. Tantea con sus manos sus prendas y cierra los ojos cuándo las mismas hacen ruido, pudiendo ll

