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1229 Palabras
En ese momento, Kaelen, el guardián del santuario, alzó una mano con un aire de autoridad que hizo que todos enmudecieran. Con un gesto solemne, sacó una esfera cristalina de un intenso color verde de entre los pliegues de su túnica. La esfera relucía con una luz suave y vibrante, emitiendo un leve zumbido que llenaba la sala con una paz inusual. - Ya es suficiente de discusiones sobre lo que cada uno cree que dice la profecía - dijo Kaelen, su voz calmada, pero firme - Si quieren entender su verdadero propósito, lo mejor será que dejen que la esfera hable por sí misma. Con un movimiento delicado, Kaelen colocó la esfera en el centro de la sala. Un brillo verde comenzó a surgir de su interior, proyectando una imagen etérea en el aire, como un pergamino flotante con letras antiguas que parecían brillar con su propia luz. La imagen vibró y el texto comenzó a leerse en una voz suave y resonante, una voz tan antigua como la tierra misma. "Cuando las sombras se eleven y los reinos tiemblen, el vínculo de paz surgirá. No será forzado ni impuesto, sino nacido del entendimiento y el sacrificio compartido. Un espíritu libre y un corazón de dragón se unirán y solo entonces la paz entre razas será posible." Los ojos de Drage y Glenn se alzaron al texto, el peso de aquellas palabras haciendo eco en su interior. La voz continuó: "No se tratará de cadenas de alianzas, ni de promesas selladas en piedra. El vínculo nacerá en libertad, como el vuelo de las aves, el crecimiento de un árbol o las flores. Solo entonces se abrirá el camino para enfrentar las sombras y traer la paz duradera para todos los reinos." La proyección se desvaneció y la sala volvió a sumirse en un silencio absoluto. Los rostros de Drage y Glenn reflejaban emociones complejas: una mezcla de sorpresa, humildad y entendimiento. Kaelen guardó la esfera y observó a ambos con calma. - La verdadera profecía no exige alianzas impuestas, ni vínculos que carezcan de voluntad. Nos habla de una paz que debe ser buscada con libertad y autenticidad. Tal vez ambos estaban en lo cierto… y a la vez, equivocados. Drage respiró hondo, asimilando aquellas palabras. A su lado, Glenn bajó la mirada, su expresión finalmente sosegada. Ambos, tocados por la claridad de la profecía, se encontraron sin más argumentos que ofrecerse, como si la verdad hubiera despejado cualquier rastro de disputa entre ellos. Kaelen observó los rostros de Drage y Glenn, ahora mucho más calmados y dio un paso adelante para aclarar el verdadero significado de la profecía en relación con Drage y la princesa, la hija del emperador. La intensidad en su mirada reflejaba la importancia de sus palabras. - Excelencia - comenzó Kaelen, dirigiendo sus palabras con respeto - la profecía no solo es un antiguo texto, sino una guía para aquellos que llevan marcas sagradas y destinos unidos por fuerzas más allá de lo que pueden comprender. La princesa, tu compañera, nació con la marca del dragón por una razón que se revela ahora, en este momento de sombras y guerra. Drage frunció el ceño, sus ojos fijos en Kaelen mientras intentaba captar el verdadero alcance de esas palabras. - ¿Mi compañera…? - repitió en voz baja, como si probara el concepto. Era un vínculo que nunca imaginó, ni siquiera después de la traición del primer emperador. Kaelen asintió, sus ojos serenos pero firmes. - Si, tu compañera. No en un sentido como el de los antiguos pactos o las alianzas entre reinos. Esta unión es mucho más profunda. Cuando la profecía menciona un "vínculo de paz", no se refiere a un tratado o un acuerdo de conveniencia; se refiere a una conexión que ha sido designada desde el inicio de los tiempos, un vínculo verdadero, nacido del destino. Sabes que la unión de los dragones y sus compañeros está predestinada más allá de las situaciones o circunstancias. Su destino es encontrarse y forjar una pareja. Y tú, Drage, junto con ella, tienen la capacidad de representar esa unión entre razas de manera genuina y sincera, no por poder o dominación, sino por un lazo auténtico y eterno de compañeros. Drage respiró hondo, tratando de procesar las implicaciones de lo que escuchaba. - Entonces… ¿Ella es la clave para cumplir con la profecía? - preguntó, sus palabras teñidas de confusión, pero también de una comprensión que comenzaba a tomar forma - ¿Y cómo puede un vínculo personal entre nosotros cambiar el destino de todo los reinos? Kaelen esbozó una leve sonrisa, como quien entiende un secreto mayor. - Ese es el verdadero poder de la profecía. El vínculo entre ustedes dos simboliza el entendimiento y la reconciliación que deben existir entre nuestras razas. No necesitas obligar a los reinos a aliarse ni firmar pactos con los humanos; este lazo trasciende el papel y las palabras, porque ustedes dos son, en esencia, la unión viviente entre el espíritu de los seres sobrenaturales y el linaje de los humanos. Solo en esa unión verdadera, libre de resentimientos y desconfianza, puede nacer una paz auténtica, una que inspire a otros a buscar un propósito común más allá de sus diferencias. Una alianza por amor. Glenn, quien hasta ese momento había escuchado en silencio, intervino. - Entonces, ¿Todo este tiempo nos hemos esforzado en vano tratando de forjar alianzas cuando en realidad… bastaba con permitir que el vínculo sagrado siguiera su curso? Kaelen asintió y volvió su mirada a Drage, consciente de las emociones conflictivas que debía sentir el dragón. - Por eso tu conexión con la princesa es especial. No es solo un vínculo físico o un deber a cumplir. Es un llamado del destino, uno que involucra tanto el poder de los dragones como el linaje real de los humanos. Este lazo entre ustedes representa la paz que nuestras razas necesitan desesperadamente para enfrentar las sombras que se avecinan. Deberás protegerla, pero también tendrás que confiar en ella y en lo que ambos representan juntos. Drage bajó la mirada, procesando las palabras de Kaelen mientras el peso de su destino caía sobre sus hombros. La traición que había sufrido antaño y la desconfianza que sentía hacia los humanos se mezclaban con el sentido profundo de propósito que ahora le daba la existencia de la princesa, su compañera predestinada. - Entonces… protegeré a mi compañera - murmuró con voz baja pero firme, más para sí mismo que para los otros presentes - No por una profecía o un pacto, sino porque es… ella. Kaelen asintió, satisfecho de ver la comprensión y la decisión en los ojos de Drage. - Así es como se forjará la paz, Drage. Al final, el destino de nuestras razas no se sellará en un consejo, sino en el lazo sagrado que ambos representarán para todos. - No esperen que proteja a los humanos... Mi misión será proteger y traer de regreso a mi compañera. Aún no sabemos si ella podrá reconocer el vínculo. Es una humana. - Hay una experiencia previa...La compañera del dragón dorado es humana...Podrías hablar con ellos - dijo Kaelen. Y los ojos de Drage se abrieron al escuchar esas palabras. - ¡¿Tengo hermanos aún con vida?! El elfo se sorprendió de su gesto y ladeó la cabeza confundido. No se lo esperaba.
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