CAPITULO 01

2111 Palabras
Astaroth... abotonaba los puños de mi camisa, me encontraba de pie junto la inmensa ventana y mientras lo hacía desvíe mi vista hacia el horizonte. El cielo se veía amenazante desde aquí, amaba está ciudad su grandeza era sorprendente, pero con todo y eso no lograba sentir ni una gota de emoción por el espectáculo que tenía en frente, habían pasado casi cinco años donde todo en mi vida era monótono, la rutina me había consumido a tal punto de hacerme sentir incompleto.. Era un hombre que dominaba cada aspecto en su vida pero la ausencia del amor en ella se volvía asfixiante para mí en varias ocasiones. Un sonido en el interior de mi recámara me hace salir de mi ensoñación. ¡Joder! Ni siquiera recordaba que estaba aquí.. Dejé escapar un suspiro al ver a la bella pelirroja que se encuentra envuelta entre las sábanas de mi cama, está es una situación realmente incómoda, hace años que no suelo meterme en esta clase de líos pero las copas anoche estuvieron fuertes. ¡Cielos! no quiero actuar como idiota pero ¡ya que! —Debo irme a la oficina. —Le digo de forma fría, pero eso a ella parece no importarle. —Me siento bien aquí podría esperarte hasta que regreses. —Mi ceño se frunce de inmediato al escuchar su respuesta. —No, no puedes eso no está en discusión debes irte ahora. —Le digo con rapidez y en tono demandante. — Además no tengo una hora fija de llegada. —Lo que era cierto pues hoy me presentaría en Inccubus. —¿Porque eres así? acaso el gran Astaroth le tiene miedo al compromiso.. —Me dice con una voz juguetona y sensual, traté de no rodar mis ojos frente a ella. —Erika ayer en la noche después de nuestra reunión de trabajo, te dije muchas veces que esto sería Casual.. ¿Lo recuerdas? —Su mirada cambió a una más seria. —Me gustas As, quiero quedarme contigo.. Si lo piensas bien somos la pareja perfecta además tenemos negocios juntos sería muy beneficioso para ambas empresas. —Suspire y miré hacia el techo, no quería ser un desgraciado pero ella no parecía entender... Jamás me volvería a casar por algo tan básico como el dinero, había aprendido mi lección y de que manera.. —No va a pasar Erika por favor vístete.. Voy a pedirte un taxi. — Saqué mi teléfono para llamarlo pero ella nuevamente hablo. —¿Piensas que no soy buena para ti? ¿Pasa algo malo conmigo? — Habló en tono airado y por un momento sentí pena por ella, esta era la razón por la que dejé de tener estos encuentros... —Eres una mujer hermosa Erika.. Soy yo quien no es bueno para nadie.. — Salí de mi habitación, luego de diez minutos ella pasó frente a mi, nuestra despedida fue incómoda y algo fría. — Adiós Astaroth, ya puedes volver a tu triste vida... — Dí un suspiro alargado.. porqué es cierto llevo una triste existencia... Después de ese incómodo incidente llegué a Har&Lex al entrar en el ascensor marqué el código en el teclado que me llevaría hasta el piso cincuenta, mientras subía reflexione sobre los últimos años y mi doble vida... ¿Podría hacer esto todo el tiempo? Tal vez los primeros años me sentía conforme pero ahora ya no tanto.. Inccubus era mi escape se había convertido en un refugio para escapar de mis pensamientos, pero eso no llenaba la sensación de vacío y soledad que muchas veces me inundaba. "Me sentía apagado, muy apagado". El ascensor anunciaba la llegada a mi piso.. Las puertas se abrieron y la imagen que me recibió fue la de mi hermano Balthazar con mi asistente Doris quien invadía su espacio personal y ella sonreía con la mirada perdida en el.. De inmediato mis ojos se centraron en Balthazar con desaprobación. —¡Buenos Días! —Dije con mi voz ronca y algo rústica.. —Buenos Días, señor Lennox.. —Dijo una Doris muy apenas y de inmediato tomó su postura de siempre, en cambio Balthazar sólo tenía una sonrisa burlona. —Buenos Días, hermano veo que vienes de muy buen humor. —Lo ví con mi ceño fruncido. Desde que Enzo se casó con Masón dejó la Vice-presidencia, porque estaba enfocado más en su familia cosa que admiraba y respetaba, en su lugar quedó Balthazar que es un tipo rudo en los negocios pero ha follado con todas las mujeres en Har&Lex y eso era un problema.. "Un jodido problema" —Doris que tienes para mí.. Y tu... —Apunte a mi hermano. —Dedícate a lo tuyo.. —El sonrió y levantó sus manos en señal de rendición antes de irse. —Su agenda está impresa en su escritorio Señor.. —Fue Doris quien interrumpió, le dí un asentimiento de cabeza y me dirigí hasta mi despacho.. Una vez llegué a mi escritorio, me senté y repasé mi agenda, luego encendí el PC pues tenía una cantidad de correos atrasados del día de ayer, mi mañana y la tarde estarían repletas de trabajo, suspiré y resignandome a la pesada carga me puse manos a la obra. ************************* Los minutos parecían pasar a toda velocidad estaba convencido que hoy la noche sería divertida, caminaba a paso seguro cómo una pantera a punto de atacar a su pequeña presa, si algo me gustaba era dominar el lugar y llenarme con todas las mirada lascivas de los siervos... Inccubus había cambiado los últimos años, se había remasterizado por así decirlo seguía siendo el mismo sólo que ahora era una edición mejorada. El látex, el cuero y el vinilo seguían estando como elementos básicos sólo que ahora dominaban los tonos negros dándole un estilo sombrío y dominante, la temática de las jaulas habían sido sustituidas por la expresión artística del Bondage, era una forma de exhibir cada una de las dimensiones del cuerpo a través de está técnica. Lo hacían parcial o totalmente mediante cuerdas, esposas, lazos, cintas o cualquier otra cosa que pudiese inmovilizar al individuo, era realmente erótico.. Al anunciar mi llegada la música adictiva cambió el ambiente, haciéndolo más oscuro y pesado, las luces de neón variaban entre los tonos azules y rojos, aumentando la curiosidad de los presentes por saber quién se esconde debajo del antifaz, el lugar estaba a rebosar y con mis ojos recorría la estancia buscando mis presas para calmar la ansiedad, los sofas estaban llenos de cuerpos que se acariciaban y besaban de forma frenética entre ellos, nublados por la pasión. Subí hasta mi lugar sentandome en el sillón de cuero, empuñaba la fusta y la apretaba con ambas manos, la rudeza de la vara era palpable a través de mis guantes de cuero, sonreí al visualizar un objetivo, la máscara de chacal que cubría mi rostro, me otorgaba poder y dominio sobre cualquiera en este lugar. Le hice seña a cerbero mi guardaespaldas, para que les llevara la invitación a las dos chicas, horas después de haber hecho notar mi presencia en la sala común y haber cargado el ambiente dentro del club, me levanté para ir directo al mi sala privada o habitación roja como me gustaba llamarla. Era un cuarto insonorizado con varias graduaciones de luz, donde todo absolutamente todo era de color rojo, junto a una infinidad de espejos portátiles de cuerpo entero, distribuidas por toda la habitación con la intensión de captar hasta los ángulos mas insospechados. "Digamos que era una nueva perversión inofensiva que había desarrollado". Dos chicas posaban frente a mí y tenía la certeza de que está noche serían mías para que las atormentase, eso me excitaba pues eran como un afrodisíaco punzante y salvaje. En ese momento sólo quería perderme en el placer, estába ebrio del sexo y de la sumisión que estaba por impartir. Caminé con imponencia y seguridad mi vista no se apartaba de las chicas que temblaban de deseo frente a mi.. —Soy el Dios Anubis, general de este infierno y portador de sus almas... Está noche seré su señor.. su Amo... —Dije acercándome hasta la rubia, mientras suavemente pasaba mis manos por sus piernas, ella arqueó ligeramente su espalda y mi vista se fijo en la morena de al lado que iba a decir algo, pero coloqué mi dedo índice en mis labios para indicarle que guardara silencio.. — Serán de mi entera propiedad en cuerpo y mente, su única aspiración será adorarme y complacerme durante estás horas... Servirán, obedecerán en sumisión completa sin decir una sola palabra... — Hundí mi cara en los senos de la morena rozandola suavemente con la punta de mi nariz, ambas suspiraron dejando escapar un leve jadeo.. —¿Aceptan el trato? —Si señor.. —Dijeron al mismo son y eso fue suficiente para que todo se disolviera a mi alrededor.... Inmerso en los sonidos de mis labios al succionar el coño delicioso de la chica en mi rostro, noté que se retorcía siendo presa del placer que anunciaba la llegada del climax, sus gemidos torturados se mezclaban con los de la morena voluptuosa sentada a horcadas sobre mi cintura, mientras era penetrada con fuerza por dos de mis dedos, de un movimiento bajé a la chica colocándola a un lado, la vista de ella era magnífica sus pezones estaban erectos y su coño tan húmedo y resbaladizo que me tentaba al punto de no esperar más. Mi cuerpo se tensaba estaba cerca de liberarse.. Pero era sólo esa necesidad pues no deseaba a ninguna de esas mujeres.. En realidad sólo quería correrme, pero ¿desearlas a ellas? no, ni siquiera me importaban. «Solo actuaba en piloto automático» Unos ojos castaños venían a mi mente y me odiaba por ello, me sentía sucio por pensarla de esta manera y estando en ésta situación... Por eso buscaba placer en el sexo duro y violento. y es que Juno no era como las demás.. un día desapareció de mi vida y nunca más quiso saber de mí.. —Recuestate.. —Le ordené a la rubia, mientras con mi brazo alcanzaba un trago de whisky. En el momento que sentí cómo bajaba el líquido caliente y pesado por mi garganta, la sensación de ardor me calmó y eché fuera todo pensamiento sobre mi hermosa Ninfa. —Hazme tuya Amo por favor.. —Dijo la rubia y mi sonrisa se ensanchó por lo desesperada que se oía su voz. luego observé de forma entretenida a la morena, quien solo seguía cada uno de mis movimientos. En ese momento estaba sentada tal como le había indicado minutos antes, de rodillas sobre la cama y sus manos muy quietas con las palmas hacia arriba.. Sin mover un solo músculo. " Que obediente es" —Esto no se trata de lo que tú quieres preciosa si no de lo que yo necesito.. — Me contuve un poco y luego me dirigí hasta ella.. —Tu quieres tenerme dentro pero yo necesito mirar y ella... —Señale hasta la morena. — Hará todo lo que le ordene al igual que tú.. Me aparte de la cama y me senté en una silla frente a ellas para comenzar a observar la función que ofrecerían para mí.. Amaba borrar la inocencia de este tipo de chicas, me hacía sentir un temblor que aceleraba mi pulso era un tipo de placer diferente el cual me gustaba experimentar. Luego de verlas correrse entre ellas me levanté hasta quedar frente a la cama, terminé de quitar mi camisa y bajé el zipper de mí pantalón que era la única pieza aparte de la máscara que cubría mi desnudez, al ver mi polla erecta los labios de la rubia se separaron por el asombro mientras que la morena tartamudeo un poco sin quitar la vista de este.. —Q-que es eso que tienes en la polla Amo. —Sonreí por su pregunta ya me había acostumbrado a esa reacción curiosa por parte de todas.. —Son perlas.. Y te prometo preciosa que las vas a disfrutar... —Dije mientras subía a la cama para tomar lo que en ese momento me pertenecía. — ¡Oh! Pensé una última vez en mi pequeña, cerré mis ojos e imaginé la dulzura en su sonrisa y su fragilidad cuando mis manos la tocaron su piel por primera vez.. Suspiré y saqué todos los recuerdos hasta quedar en blanco para concentrarme nuevamente.. Tal vez no volvería a tener entre mis brazos a la mujer que cada noche se adueñaba de mis pensamientos y si entonces está sería mi vida por siempre me aseguraría de disfrutar de cada momento".
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