- ¿Qué? -digo gritando-No, no puedes hacer eso-grito aún más fuerte. -Cachorra, las cosas están muy tensas para organizar una cena ahora-dice mi papá en respuesta a mis gritos. -Tu solo eres malo, siempre te olvidas de mí, siempre soy la última para todo-digo esquivándolo y salgo del salón. -No quiero verlo nunca más, es un Lobo gruñón-digo a mama que me mira con cara de “que hizo papá ahora”. Subo a mi habitación y empiezo a golpear una de mis almohadas. -Siempre sucede lo mismo, somos las ultimas a las que prestan atención-dice Sira, mi Loba con frustración. Un golpe leve me hace dejar de maltratar al pobre objeto lleno de suaves plumas. -Pase-digo más tranquila. -No debemos desquitarnos con Phi-pensamos al unísono. Sophie entra lentamente y se sienta en el borde de la cama, Dom

