Capitulo 1

1307 Palabras
Narrador omnisciente: JaeKyun se encontraba durmiendo, eran pasadas las tres de la madrugada. Su hermano gemelo no había aparecido hasta ahora, se cansó de esperarlo y se durmió del cansancio. La puerta de entrada fue brutalmente cerrada, haciéndo sobresaltar a la chica. Se sentó en la cama asustada y vió a su gemelo, venía desalineado y ebrio. — Jae Beom... — susurró y se puso de pie para ir a ayudarlo. Lo ayudó a subir a la cama y lo acomodó. — lo siento Jae... — susurró él y comenzó a llorar. Ella de inmediato lo abrazó y consoló. — no llores Jb, todo está bien solo estás ebrio — quiso tranquilizarlo pero él no se calmaba, la abrazó fuertemente y sollozó en su cuello. — lo siento — volvió a susurrar y terminó por quedar dormido junto a su hermana. La menor con los ojos rojos, sin poder dormir en toda la noche. Pensaba en una solución a sus problemas, eran jóvenes inexpertos. No tenían empleo, no tenías dinero y tampoco alguien que los ayudará. Sin mencionar el abandono de sus padres por el hecho de ser dos niños y no uno. Huérfanos desde la cuna, criados a los golpes, acostumbrados a los malos tratos, los gemelos Im eran muy fuertes. Jamás se rendían. Amaneció y JaeKyun fue la primera en levantarse, se higienizó y fue a la cocina. — maldita sea — susurró al ver la alacena vacía, no había nada para comer de nuevo. Suspiró frustrada y su panza gruñó. Fue a cambiarse y salió del pequeño apartamento, caminó por las calles casi vacías a esa hora de la mañana y se adentró al recinto de la señora Choi. — buenos días, ¿Cómo has estado? — preguntó queriendo no ser tan obvia. Venía en busca de comida o trabajo. — Jk no tengo nada para ti, tu y tu hermano me tienen hasta la coronilla con sus cosas, ¿Hasta cuándo piensas seguir así? — JaeKyun bajó la mirada con vergüenza y suspiró. — quiero un empleo, al menos para que Jb este bien, él es lo único que tengo — susurró con ganas de llorar y la señora Choi resopló. — bien, no quería llegar a esto — le dió una tarjeta, la cual JaeKyun tomó rápidamente — vinieron en busca de una mujer, una chica linda para ser específicos, si estás tan desesperada ve con ese hombre si no, sé paciente Jk — la chica sonrió ampliamente e hizo una reverencia. — gracias, gracias — salió corriendo de ese lugar y fue a su apartamento a bañarse, se arregló lo más que pudo y besó la frente de su hermano antes de salir. Mirando la dirección de la tarjeta, se dirigió a su destino. Sabía a lo que se estaba exponiendo, pero ¿Que más da? Su vida no avanzaba y jamás tendrían una oportunidad de mejora. Dos chicos sin estudios, que sabían leer y escribir porque la señora Choi fue buena, la dueña de los apartamentos quien perdona sus pagos atrasados. — buenos días, soy JaeKyun...la señora Choi me dió su tarjeta — habló hacia el parlante del pontón, esperó nerviosa y las puertas se abrieron. Temerosa y a paso lento ingresó, recorrió el largo pasillo cerrado, con decoraciones dignas de un reino, llegó al extremo y allí había una sala, ¿Que clase de casa era? Miró con nerviosismo todo y escuchó los pasos de alguien, giró rápidamente y un hombre muy bien vestido se acercaba a ella. — ¿JaeKyun? — preguntó y ella sintió — pasa, el desayuno está servido — hizo un ademán y ella lo miró confundida. Obedeció y siguió al hombre hasta dar con un elegante despacho. Él hizo que se sentará frente a su escritorio y sonrió ampliamente. — eres muy obediente — dijo alegre y comenzó a comer, ella se sentía avergonzada y no se movió — come, no seas tímida — la animó y ella suspiró antes de comer junto a él. Él castaño no quitaba sus ojos de ella, la estaba delineando y calculando perfectamente. ¿Será buena? Era lo único que pensaba él. Terminaron de desayunar y él llamó a su ama de llaves para que lleve todo. — gracias señor pero...no vine a comer, vine por... — empezó a decir ella y él se puso de pie. — lo sé, ¿Con cuántos hombres has estado? Le dije precisamente que buscaba una mujer virgen — JaeKyun se tensó al oírlo y de inmediato quiso huir. — ¿Q-que? — fue lo único que salió de su boca. Él la miró por unos segundos y comprendió su miedo. — no temas, no soy un proxeneta, así que relajate — ella tragó saliva y miró sus manos con vergüenza. — ¿Q-que busca precisamente? — él sonrió y se sentó en el escritorio, mirandola fijamente. — ya lo dije, una mujer virgen, para hacerla mía, ¿Es simple,no? A cambio te daré lo que quieras — ella sintió su pulso acelerarse y lo pensó. Tal vez acostarse con él una vez cambiaría su vida, había oído de esas cosas pero jamás las creyó. Hombres ricos que buscan placer y pagan mucho por ello. — ¿Lo que yo quiera? — preguntó y él soltó una risa, batió su cabeza y luego la miró de nuevo. — así es, dime ¿Que quieres? Preciosa — las mejillas de ella se tornaron rojas y bajó su mirada al suelo. — ¿Podría darle un empleo a Jae Beom? — él la miró confundido, tomó de su escritorio la chequera y se la tendió. — escribe la cantidad, no doy trabajo, doy dinero — ella frunció su ceño y lo miró confundida. — ¿La cantidad que quiera? — preguntó con miedo y él asintió. Ella tomó la pequeña lapicera y escribió, una suma para ella muy grande, él miró el papel y se sorprendió al ver lo pequeña que era la cifra. — bien — el endosó el cheque y se lo dió — ve y has lo que quieras con el, te quiero aquí está noche a las diez, no intentes estafarme porque te irá mal — ella tomó el cheque y se puso de pie. — estaré aquí señor — hizo una reverencia y se fue como alma que lleva el diablo. Él castaño sonrió viendo las cámaras de seguridad, viendo cómo se iba esa chica hermosa, llena de dulzura hasta su timidez era tierno. Cuando JaeKyun llegó a su apartamento, Jae Beom no estaba, fue a trabajar ya que lo necesitaron para un día. La chica muy sonriente fue a cambiar el cheque, volviendo a casa con algunas bolsas de comida. Llenó la alacena y la heladera, el dinero era mucho para ella. Lo dejó guardado dónde solo ella y Jae Beom sabían. El resto del día se la pasó limpiando, cocinó para su hermano y al llegar la noche, se fue a bañar. Se preparó, se arregló bien y Jae Beom llegó. La miró extrañado y luego miró la alacena. — ¿A dónde vas y de donde salió todo esto? — preguntó alzando una ceja. — me lo debían, le hice favores a una anciana y me pagó muy bien — él asintió y besó la frente de su hermana. — aún no me dices a dónde vas — ella sonrió y fingió tranquilidad. — tengo una cita, no te preocupes estaré bien — Jae Beom suspiró y asintió. — sé responsable, por favor y cuídate — ella lo abrazó y asintió. — te amo hermanito — él sonrió y fue hacia el baño. — ¡También te amo! — gritó desde la ducha. JaeKyun tomó su bolso de mano y salió de allí, rumbo a esa casa. Su vida iba a cambiar y ella lo sabía.
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