El dolor de cabeza es insoportable, siento como si fuera una resaca, una muy fuerte. Abro mis ojos lentamente, quiero saber qué pasó, por qué me siento de esta manera.
Según veo estoy en la habitación de James, trato de sentarme en la cama pero soy detenida.
-No te levantes Livi.- escucho decir, James estaba a mi lado, parece que dormía junto a mi.-
-¿Qué me pasó? No entiendo por qué me duele tanto la cabeza.- pregunté -
-Te desmayaste, un doctor vino a verte, según dice su presión atrial subió mucho, provocando el episodio de desmayo.-
-¿Me altere?-
James me tomó del brazo y me llevó hacia el, me dejó justo en su pecho, la verdad seguía sin entender que estaba pasando.
-Livi estuvimos con la familia cenando, fue lleno de discusiones, después Beatriz dijo que…-
-Que mi vientre estaba seco, que no podría tener hijos…. Susurré
-Así es, después de eso te desmayaste.-
-¿Por qué me pedías perdón James?- mencioné sentándome en la cama, él también lo hizo y sujetó mi mano.-
-Livi ahora no es el momento.-
-Lo es, dime por qué me pedías perdón.-
El suspiro, apretó más mis manos y comenzó hablar.
-Siempre pensé que tú habías abortado a nuestro bebé, te odia por el hecho de creer que eras una desalmada.-
-¿Yo estaba embarazada?-
-Si Livi, esa vez que los dos estuvimos en la universidad tú quedaste en embarazo, pero por culpa de tu padre lo perdiste.-
Me puse de pie, necesitaba respirar un poco, ¿por qué no recordaba el embarazo?.
-Quiero que veas algo.- mencionó James sacando un archivo de su caja fuerte, en me lo entregó y comencé a leer, cada página era más terrorífica que la anterior, yo había sido expuesta a todo tipo de castigos inhumanos.-
-Esto no es posible James, dime que no lo es.
-Es la verdad, es por eso que te pido perdón, yo me casé contigo como plan de venganza, quería que sufrieras como yo.-
-No puedo creer todo esto, ¿cómo fue que lo olvide?-
-Es la psiquiatra, ella se encargó de hacerlo.-
-¿Veía una psiquiatra?-
-Lo hacías hasta hace dos meses, yo tiré tus medicamentos y amanece a esa mujer.-
-¿Qué?-
-Livi no iba a permitir que te siguieran envenenando, yo pedí todo el expediente de esa mujer, encontré que sus prácticas eran ilegales, la amenace para que suspendiera tu tratamiento, de paso me contó que tu padre siempre pago para que te mantuvieran drogada.- James me enseñó su celular, ahí estaba la mujer, poco a poco la recordé, ella me ha tratado por cinco años, no puedo creer que la olvidara.-
-¿Por qué me hacen esto?-
-Livi no sé el por qué de ellos, solo sé el mío y era por nuestro bebé.-
-Quiero estar sola.- mencioné
-Espera no creo que.-
-¡Déjame sola!- grité
James se acercó a mí, tomó mi rostro en sus manos, podía ver lo afligido que estaba.
-Te dejaré sola, solo quiero que sepas que te amo. Lo hago desde que te conocí, no voy abandonarte ahora que tu familia está decidida acabar contigo.- mencionó y besó los labios, vi como tomó un abrigo y sus zapatos y se marchó, yo caí sentada en el suelo, tenía todos los documentos que me había entregado y su celular con los videos.-
Yo revisaba absolutamente todo, quería recordar que me habían hecho, sin querer entré a toda la galería de James, podía ver las fotos que ha tomado en todo este tiempo, mi sorpresa fue grande al ver que aparecía yo, siempre desprevenida, él me tomaba fotos mientras yo estaba riendo.
Un instinto tóxico entró en mi así que fui a sus chats. Quería saber con quien hablaba, en especial si lo hacía con Beatriz, efectivamente había uno.
Encontré que ella enviaba fotos por lo que veo subidas de tono, James le respondía el mensaje de una manera algo brusco…
“El plástico está prohibido, te ganarás una multa por exceso de uso” seguido de eliminar la foto.-
-¡James dime que me veo hermosa en vestido de baño!-
-“No” solo una ordinaria.-
-Soy mejor que mi hermana.-
-“Eso es imposible, un solo cabello de Olivia es más bello que todo tu cuerpo, solo eres una pelota de plástico”.-
Así habían muchas conversaciones, Beatriz tratando de provocarlo con fotos, pero con respuestas de James muy cortantes e hirientes.
El número de mi padre estaba en la lista negra, por lo visto no habla con el, pero el chat más inquietante era el de Gabriel, solo habían mensajes pidiendo que me dejara, él moría por volver a tenerme en sus brazos, James solo le respondía que era un maldito y que eso no pasaría.
Todo este tiempo pensé en Gabriel, estaba segura que él era el amor de mi vida, el hombre que el destino no separó pero que quizás algún día estaríamos juntos algún día. Ahora solo me produce asco, solo es un desgraciado aprovechado.
Una revelación pasó por mi mente, así que salí a correr, en la sala principal estaba el ramo de flores que siempre me enviaba Gabriel, tomé la tarjeta y llame a la floristería, necesitaba comprobar si de verdad él me las enviaba.
El teléfono sonó un par de veces, cuando la mujer al otro lado contestó, pregunte inmediatamente.
-Hola, quiero saber quién me envía flores cada mes, el código del pedido dice 2728.-
-“Lo siento pero es información confidencial”- respondió
-¿Pero me las traen a mi? Necesito saber quién lo hace.-
-“Le repito señora que no puedo darle la información”.-
-¡Dame el maldito nombre!- grité
-Livi, suelta el teléfono.- James llegó detrás de mí, yo seguía con la tarjeta en la mano.-
-Quiero, quiero saber quién me envía flores cada mes.- mencioné, al otro lado le mujer seguía insistiendo que no me daría información.-
-Soy yo, yo te envío flores una vez al mes, lo hago como recordatorio de nuestro tiempo juntos, cuento cada mes como si fuera una fiesta.-
-Tu… mencioné colgando el teléfono.-
-Son tus flores favoritas, esa noche en que estuvimos juntos me lo dijiste, decías que soñabas con un campo lleno de flores.-
-James, en verdad quiero entenderte, dices que amas pero siempre me trataste mal, muchas noches lloré por tu culpa, maldecía mi vida por estar a tu lado. Ahora sé que me envías flores, también revisé tu celular y está lleno de fotografías mías, juro que no sé qué es lo que quieres.-
-A ti Livi, siempre ha sido así, aunque juraba que habías abortado a nuestro hijo, no pude odiarte, al verte mi voluntad caía al suelo, tu sola presencia alegra mis días, hasta los más oscuros los iluminas, nunca pude odiarte Livi.-
Me senté, mi cabeza daba vueltas, habían tantas preguntas, pero no sabía por dónde empezar, James se arrodilló a mi lado, tomó mis manos, podía ver como su argolla brillaba junto a la mía, él siempre la usó con orgullo.
-Déjame ayudarte a buscar la verdad, juro que yo ya te he dicho todo.-
-No puedo confiar en ti James.-
-Lo sé, pero espero que poco a poco puedas hacerlo.-
-Quiero destruirlos a todos James, ellos solo me han lastimado.- mencioné y solté el llanto, James me abrazó por completo, yo lloraba sobre su hombro.-
-Pagarán Livi, pero también quiero que sepas que si al final decides que yo debo estar lejos de ti, me marcharé, no quiero que sientas que yo te hago daño.- mencionó mientras limpiaba mis ojos, solo asentí y seguí llorando.-
Habían tantos secretos ocultos en mi familia que me aterraba descubrir, pero por otro lado estaba James, sé que es un hombre poderoso que conseguirá lo que quiera, él es mi única ayuda en este momento.
Fueron unos días en casa, no quise salir así que James se quedó conmigo, decidimos compartir el tiempo de Emi, ella me recargó el alma por completo, su aura e inocencia me envolvió en un cálido abrazo, eso hizo que volviera a ser yo.
El inicio de su escuela, comprar los útiles y uniformes me distrajo por completo, ver la emoción al pisar una institución fue alegría para mí, quizás ella es lo único bueno que tiene este mundo, la vida me está diciendo que no todo es malo, que merezco cosas buenas y Emi lo es.
-Aquí estamos.- mencionó James sujetando mi mano, por fin llegó el día del juicio, el abogado nos ha dicho que no es nada fácil quedarnos con la custodia de Emilia, pero vamos a lucharla. Esta es la primera prueba que enfrentó, es hora que comience a luchar por lo que quiero.