— ¿Necesitas ayuda con algo? — le pregunto a su lado —. Si querés te puedo ayudar con algo — No es necesario, si quieres puedes esperar dónde estábamos — me responde con una sonrisa — No seas tonto, me sentiría más cómoda si intento ayudarte a preparar algo — continúo—, aunque no te voy a mentir, no soy muy hábil en la cocina — Te digo que no has de preocuparte — Y yo te digo que te quiero ayudar Al parecer algo en mi mirada lo hace cambiar de opinión, porque después de verme unos segundos suspira para luego proceder a pasar la tabla de picar, junto con el cuchillo para que lo ayude. Sonrío encantada con poder ayudarlo en algo, en sorprendente la habilidad con la que se mueve por la cocina se que es en parte debido a que es su hogar. Pero hay algo en la manera en la que se trasla

