Capítulo 6. La vida en ese momento era placentera, pero cuando abrí de nuevo mis ojos, vi mi cruel realidad. Estaba desnuda al lado del hermano de mi esposo. Yo misma pongo mis manos sobre mi boca, mientras veo a ese joven guapo, durmiendo con tranquilidad, mientras sus pestañas largas lo hacían ver aún más precioso de lo que es en la vida real. Pero esto no estaba bien, sabía que me había equivocado. Me levante de la cama con lentitud, para luego tomar mi ropa y vestirme con rapidez, en realidad no me dio tiempo de volverme a poner las medías, así que las deje tiradas en el suelo. Era una pena, dejar a un hombre después de una noche mágica, pero este hombre no era mío, yo ya estaba casada con uno. Y aunque él me engaño, yo no tenía por qué haberlo engañado. Recuerdo tener en mente, que

