Capítulo 44. Tensión carnal

1883 Palabras

La situación se le había complicado aún más al pelinegro ya que, al parecer su planes se estropearon de nuevo. Él quien a pesar de ser tosco por fuera era algo romántico, no quería que las cosas con la princesa sucedieran de esta forma, porque a pesar de todo, con ella se sentía muy extraño y quería ser un hombre totalmente diferente y como cosa rara, sentía algo de vergüenza con ella, porque lo vio desnudo. Entonces, con su corazón palpitante, se quedó ahí parado en la puerta viendo a la asustada Angelica que se encontraba en el fondo de la habitación, y en un tono de voz muy bajo de inmediato le dijo: —¡Oiga, su majestad —Se sujetaba la toalla con fuerza con una mano—no vaya a creer que lo hice adrede, no soy de esos pervertidos que muestran sus bolas a las mujeres por diversión o algo

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