Capítulo 47. Angelica toma las riendas

1669 Palabras

Luego, Angelica escuchó unos pasos que venían y se fue corriendo hasta el refrigerador, estando ahí lo abrió fingiendo que buscaba algo de agua sin saber quién se acercaba. «¡Ah, que no sea el idiota del viejo Pierre!» Por suerte no era Pierre, si no que los pasos que sonaban eran los de Lumiere, quien venía desde del sótano con el rostro algo sucio lleno como con una especie de hollín porque despues de prender los interruptores de luz del palacio se secó el sudor. Entonces, fue hasta la cocina sediento, porque el sótano tenía muchas escaleras. —¡Madame! —exclamó él asustado. —¿Qué hace aquí? Ella fingiendo serenidad, sirviéndose un vaso con agua, le respondió: —¿Qué pregunta es esa Lumiere? …vine por agua. —¡Pero…usted tiene una jarra de cristal en su cuarto madame Angelica, para q

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