Por otro lado, Jean Paul, jamás en todos sus treinta años, se imaginaria que Angelica estaba intimando con aquel hombre. Primero, por su mala educación y segundo porque tenían menos de una semana juntos. Sin embargo, las cosas se dieron más rápido de lo que ambos imaginaron, ya que, la conexión que tenían Ivanno y Angelica los unió en un abrir y cerrar de ojos, a pesar de que eran polos opuestos pero con cosas en común.
—¿Como es que se llama el tipo? Se me olvidó, de tantas cosas que he hecho ni me acuerdo de su nombre —preguntó el rubio.
—Eh… yo le digo… hombre serpiente por su horrible tatuaje en el cuello que me da tanto… aturdimiento.
—Jajajaja—carcajeaba Jean Paul con burla —¡con que hombre serpiente le dices!, que ridícula eres. Ve a alistarte y tomate algo, llamaré al tal hombr
