Los dedos entraban y salían de su culito mientras sus dedos no dejaban de frotar y frotar su pepitilla, llevándola poco a poco a un gigantesco orgasmo. -Aggggggg me voy a ..correr...papi...me..co..roooooo Sin dejar de follarle el culito con los dedos, Valentín llevó la otra mano a su coño y tiró del hilito, sacando las bolas. Hacía coincidir la salida con los espasmos del cuerpo de Diana. La triple estimulación, su culito, su v****a y su clítoris hicieron que el orgasmo fuera tan fuerte que Diana se quedó como muerta tras el, sin fuerzas para más. El ver a su niña, a aquella preciosa putita correrse delante de él, llevó a Valentín a un estado de excitación sumo. Sin esperar a que ella se recuperara, se subió sobre ella y le enterró la polla en el coño. Sólo buscó su placer. Sólo buscó e

