Algo triste de una traición, es que viene de manos de aquellos dicen quererte.
Me quede callada por un par de segundos, mirando hacía el, de una forma cautelosa, entre el estar un poco confundida, hasta llegar a estar lo encabronada que estaba en este preciso momento, paso la mano por mi cabello y suelto un pequeño suspiro pasando ambas manos por mi cabello, intentando relajarme, sentía que me pensaba la sien, sentía un enojo tan grande, que una parte de mi temía explotar con ello, paseo mi mirada por el lugar, mirando las luces color neón que se encontraban pegadas en el techo, solté un suspiro.
Una parte de mi, una completamente grande esperaba con todo su ser estar sumamente equivocada por los pensamientos que pasaban por mi cabeza, junto con esta situación que me estaba carcomiendo de una manera completamente rápida, no quería pensar ni por un solo segundo que una de las personas en las cuales he estado confiando durante toda mi vida, fuera quien me entregaría en una bandeja de plata, esperando mi caída, el que ella lo hubiera revelado, o aquello que fuera lo que le dijo, podría cambiar absolutamente todo, relamí mi labio y mire hacía un costado, aun ella hubiera ido detrás de el a contarle las cosas, me dolía de una forma completamente brutal, que al final del día le hubiera creído sin importar que, sería una traición por parte de ella, como si lo de nosotras, aquella amistad que tuvimos no le hubiera interesado en lo más mínimo, mientras que por parte de él, durante toda la vida habíamos sido siempre nosotros dos, no podía llegar Irene y creerle sin importar que, sin preguntarme a mi, regreso mi mirada a Jace, quien se veía un tanto afectado por aquella situación, note como su mandíbula se había tensado por completo, su nariz se movía levemente, el se encontraba nervioso, se estaba delatando.
—Lily...-exclama. Pasea sus manos a sus bolsillos, dejándolas ahí.
Di un par de pasos hacía el, haciendo que una cercanía se instalará en nosotros, como cuando eramos niños y podíamos confiar uno en el otro, quizá crecimos muy rápido, y eso se había perdido. Las luces cambian a azul, mordí el interior de mi mejilla con fuerza, esto me estaba sacando de quicio.
— Se que fue ella, era la única que sabía de todo esto.-admití y mire hacía arriba pensando en la situación en la que estaba, como todo podía haberse quedado pasmado por sus palabras, más porque ella sabía la verdad y había contado una percepción completamente diferente. — Ella me aconsejo esto de hecho...
Se que no estas lista para decirle, no debes si no crees que es el momento, el lo entenderá, estas respetando sus decisiones y eso es algo de admirar. Suerte en los Ángeles.
Aparto mi mirada del techo blanco y regreso a mirarle, lo hacía yo de una forma un poco más tranquila, había comenzado a relajarme, sacando esa situación estrepitosa de mi, no me afectaba, no de la forma en la cuál parecía afectarle a él. Veo que en sus ojos se mira una pizca de preocupación junto con molestia y tristeza, sus ojos desbordaban emociones, quizás el también se había convertido en un manojo de nervios gracias a esto, quizás el quería que las cosas fueran diferentes. Yo quería que las cosas fueran diferentes.
— Ella me contó que tu te habías quedado embarazada.-susurro mirándome directamente a los ojos y pude notar que la situación en realidad le estaba causando algo, no era fingido, no decía algo que no sintiera.— Me lo contó una semana antes de que nos viéramos, también que tu habías decidido que querías irte porque no querías que el padre fuera yo. No querías estar conmigo.
— Jace...- exclamo, paseo mis dedos por uno de los hilos sueltos de mi blusa, terminado por arquear ambas cejas.— ¿De verdad le creíste?
— No quería creerle.- admite. Da un paso hacía mi y suspira para después girarse, evitando mi mirada.— Siempre habíamos sido tu y yo, no creí que eso llegaría a cambiar algún día.
—Ah...-a penas estoy por hablar escucho a Liza llorar, me levanto y salgo hacia ella apenas llego veo como se esta sobando la cabeza, me agacho para cargarla y puedo sentir como ella estaba intentando regular su respiración, estaba intentando calmarse.
— ¿Te duele algo? ¿Estas bien?
— Me fui de cara. - lloriquea y me mira parpadeando un par de veces. —¿Sigo bonita?
Río cuando ella hace una cara chistosa y asiento. —¿Estas bien?
Reviso su rostro intentando encontrar algún golpe, moretón o algo parecido, solo se encontraba demasiado roja por el como estaba llorando, respira un par de veces y se pone derecha para entregarme una pequeña sonrisa, sus ojos aún se miraban un poco tristes, pero,un poco más tranquila.
— Si, ya. Se me pasó. - dice bajándose de mis brazos y sacudiendo su vestido, tenía una madurez tremenda para solo tener cinco años, o un ego tamaño rascacielos. —¿Me puedes dar agua? Por favor.
Asiento y vamos directo a la mesa, le doy agua y ella se sienta recargándose en las palmas de sus manos mirando directamente a Jace. —¡Se parece al príncipe!
El rostro de Jace se lleno completamente de sorpresa, para después darme una mirada como si en realidad en este momento hubiera entendido absolutamente todo.
—¿Al príncipe? - Jace frunció las cejas pero se veía divertido ante la situación.
— Si al príncipe de los cuentos que me....-Abro los ojos a par y veo como Liza suelta una carcajada apenas su mirada cae en mi. —¡Se te van a salir los ojos!
Era sorprendente la inteligencia que ella tenía, sabía los momentos adecuados, como actuar, era la niña mas lista que conocía, confirme que entendió a la perfección cuando me dio una mirada cómplice, pasea sus manos por el vaso de agua y alza ambas cejas con diversión, con una completamente grande, imposible no pensar que ambos se estaban divirtiendo a costa mía.
— Liza, ¿Quieres tu helado?.-pregunte mirando en su dirección. —Seguramente Jace tiene cosas que hacer...
—Aquí venden helados y no, no tengo nada que hacer, estar con ustedes es divertido. - sonríe Jace y veo como Liza se emociona, no se si el no entendía la indirecta o simplemente se estaba burlando de mi, bufé.
— ¿Podemos ir a casa a ver películas con Jace?-sus ojos se miraban como los de un cachorrito, más sin embargo sabía lo que pasaba por la cabeza de Liza, era pequeña pero muy astuta. Le dirige una mirada a el y puedo notar como conspiran. Era impresionante el vínculo que estaban formando.
— Quizás Jace...
— Me encantaría Liza, solo que Lily diga si puedo ir. - ahora quien me miraba divertido era el, ambos conspiraban en mi contra.— ¿Entonces...?
— Esta bien. - era todo un caso este par. Igual teníamos que terminar la platica que iniciamos, quería decirle la verdad.
Salimos del restaurante donde solo consumimos bebidas, Liza estaba emocionada y no dejaba de platicarle cosas a Jace, habían encajado a la perfección. Jace nos lleva en su auto y ellos no paran de hablar. La conexión era innegable, veo como Jace se estaciona afuera de nuestra casa, ayudo a Liza a bajar y Jace sale por el otro lado, abro la puerta y entramos todos, a toda costa evitaba la mirada de Jace, odiaba que usará a Liza para venir, no podía negare que viniera porque sería mostrarle que ser descortés estaba bien.
— ¡Que Jace escoja la película! - no sabía de dónde sacaba tanta euforia y amor Liza por el, no se conocían de nunca.
Liza le lleva el control y Jace se pone en la sección de niños, sin embargo miraba cada facción de ella cada que cambiaba una, escogería en aquella que ella hiciera una facción feliz. Lo sabía. Se detiene en Enredados y la pone, Liza se emociona y se acomoda a un lado mío. Ellos estaban tan entretenidos viendo la película y yo no podía parar de pensar en la situación. Era un cabrón. No va apenas en la escena donde Rapunzel esconde la corona que ella se queda dormida. Quería terminar la conversación con el, pero a su vez no.
El se levanta y susurra. —¿Podemos seguir hablando?
Miró hacia Liza y le acomodo en el sillón de una forma en la cual no despierta me levanto y camino a mi recamara, el me sigue, posiblemente esto terminaría siendo una idea terrible, pero no había nada más que pudiera hacer al respecto.
— Me llevó muy bien con Liza, después de... - veo como las palabras salen de su boca y todo en mi se vuelve un revoloteo, sin embargo no lo dejo terminar, entendí a la perfección con solo esas seis palabras lo que pasaba por la cabeza de él, inmediatamente pensé en como se había comportado, como si le estuviera intentando compensar algo más, suspire y me recargué.
—Liza no es tu hija. - su cara de sorpresa era enorme tanto o más que cuando niños.
— ¿Entonces tú...?-empieza nuevamente, noto las palabras y suelto un bufido.
—Liza tampoco es mi hija. Yo me hice esa prueba en la casa de Irene, salió positiva. Quedé confiada en que esa respuesta era la verdadera, nunca había pasado por una circunstancia así, me asuste.
—Pero...-comienza y talla su rostro.— Irene me dijo...
— Apenas llegue aquí me hice una prueba sanguínea, salio negativa. Nunca estuve embarazada.
— Liza...-señala y paso mi cabello por detrás de mis orejas, suspiro.
—Liza es hija de con quien vivo, cuando llegue aquí, fui a hacerme una prueba de sangre ahí la conocí a mi me salio negativa pero a ella no. Nos hicimos muy unidas desde ahí-empecé.— Ella tenía que buscar un nuevo hogar, yo necesitaba alguien con quien compartir los gastos, estuve desde que ella se embarazo, hasta el día de hoy, así que ella es apegada conmigo por ello, me llama tía.
— Pero te fuiste. - ahora su voz era dura, sabía que no había tomado las mejores decisiones pero en ese entonces creí que si.—No llamaste, no dijiste adiós, simplemente desapareciste, como si todo lo que en algún momento todo lo que tuvimos para ti no hubiera sido nada.
— Jace yo...
— Sólo te fuiste de ahí, sin mirar hacía atrás.
— Realmente creí que estaba embarazada, yo te pregunte si querías tener un hijo y dijiste que no pronto... No quería obligarte.-exclame, di un par de pasos hacía el y fruncí un poco mis ojos, puse mis palmas en su pecho y suspire.— Creía que estaba haciendo lo mejor para ti.
— Creí que me habías dejado de amar...-murmura, el tono de su voz me calo dentro de mi, con una fuerza incomprensible, seguramente para el fue pesado, para mi lo fue, era la unica persona que había amado en realidad y de un día para otro, todo termino, yo lo termine.
— Yo jamás...-comencé, sin embargo la voz de Caro que resonó por toda la habitación me interrumpió.
— ¡Lily mira lo que... - su grito y su voz queda en el aire cuando nota que no estoy sola, de un de repente sus facciones se contrajeron, por sorpresa, sus labios se entre abren y sus manos se aprietan en un puño. — O Por dios... Jace Bennett...
— ¿Te conozco? - la voz de Jace era confundida y me dio una risa tremenda, Jace me miro— ¿Ella es...?
— Estas en las revistas guapo, cálmate. - reí y acomode mi cabello y mire a Caro. —Liza si comió, saldré un rato te quiero guapa.
Tomo de la mano a Jace y salimos de mi cuarto, apenas reacciono que ya no somos aquellos adolescentes y lo suelto.Me sentí ridícula ante el sentimiento que desbordo en mi estomago, solte un suspiro completamente pesado y me talle el rostro sin dejar de caminar, mire levemente hacía aquel techo blanco, intentando que con ello los pensamientos de calmaran un poco, no fue así.
Muchas cosas cambiaron entre nosotros, menos aquella conexión.
O eso creo yo.
O eso era lo que sentía yo.
Salimos de la casa y me recargo en la pared y miro hacia el quien me mira con diversión. —Serías una gran mamá.
Niego y miro hacia arriba. —Creía que ocultártelo era mejor, no quería que frenaras tus sueños o metas, no quería que sintieras que era un compromiso.
— Entonces...
— No tengo cuerpo de haber tenido un bebé, porque jamás lo tuve. - reí al recordar el comentario de Lola. —Iba a regresar... Pero Irene me contó que...
Sentí como todo de mi se unía, no le había contado nada a el que fuera completamente verdad, porque al final Irene y yo siempre fuimos más que cercanas, así que ella supo claramente que aquel embarazo no fue del todo real. Sentí la ira crecer dentro de mi cuando recordé las palabras que me había dicho, la sangre se me calentó y solté un bufido, estaba más que molesta, ella aparentemente tenía razones por las cuales nos quería separados, por lo cual comenzó con sus mentiras, aquel embarazo le dio la oportunidad perfecta, me sentía como una completa imbécil.
— ¿Qué te contó?-pregunta. Miro en dirección del árbol que estaba a unos metros de él, una mentira seguramente,
— Una mentira, seguramente.-exclame.— Que idiota.
El hace una mueca bastante grande para soltar un insulto en voz baja, da un par de pasos en mi dirección y me entrega una sonrisa microscópica, que contra apenas sus comisuras tiraban hacía arriba para generarla, hace su cabello a un lado y me mira directamente a los ojos, sentí el nerviosismo crecer dentro de mi, sin embargo le regrese aquella sonrisa, me preguntaba que fue lo que paso en realidad por mi cabeza, buscaba que el fuera padre si quisiera, o temía yo por lo que fuera pasar con mi futuro.
— ¿Amigos? - dice estirando la mano y le miró pensando, igual me había tratado pésimo. Con o sin justificación estaba segura que ese trato era menos que propio de él, yo o merecía que me hablará así, de verdad me había sentido mal con ello.
Arqueo una de mis cejas y asiento.— Amigos.
Estreche mi mano con la suya y solté un suspiro pensando durante un par de segundos...—Entonces...
—Más no estoy segura de regresar a trabajar contigo, me trataste mal... Cambiaste y me acusaste de mil y un cosas, sin tener un buen motivo, o sin si quiera tener ese derecho.
Note como las facciones de su rostro cambiaron repentinamente, lo decía de forma sería, no me merecía que me hiciera sentir mal por solo agradecer un servicio, por no contestar el celular o cualquier cosa parecida, era mi vida, si quisiera coquetear con 100 chicos, seguramente no le incumbe en lo más mínimo, o si no quisiera atender el teléfono. MI problema.
— Lily...- comienza y niego, en realidad esa circunstancia había ocasionado un dolor dentro de mi pecho, estaba segura por completo que no había hecho mal en ese momento, o algo que le afectara con esas acciones.— Yo se que hice mal en mezclar las cosas de esa forma, pero no te vayas por ello, vuelve. Quiero ayudarte con esto a poder aparecer en las revistas, tener el reconocimiento que en verdad mereces.
— ¿Qué me asegura que no mezclaras nuevamente el trabajo con lo que pasa fuera de él?-pregunte. El me dio una ligera mueca
— Te prometo....Te prometo que no volveré a hacerlo, a partir de hpy.
Paseo mis manos por mi falda. jugando con la tela sintiendo demasiadas cosas dentro de mi, me quede mirando el cielo, aquellas nubes preciosas, que parecían ser pintadas por un artista, tan bonitas, encantadoras.
— Le agradaste a Liza. - mire hacia la ventana y después sonreí.— Todo olvidado Jace.
Siento los brazos de Jace rodearme de un momento a otro y mis ojos se abren a par, no supe reaccionar al instante así que no le regrese el abrazo lo suficientemente rápido, pero lo hice. Era curioso que aún cuando pasara el tiempo el fuera una bomba de emociones. Tal cual cuando lo conocí.
Apenas me suelta se despide y yo entro a mi casa, quería llamar a Irene y reclamar toda aquella mentira que nos dijo a ambos, ella nos distanció más de lo que yo pude haber causado y por alguna razón que no sabría decir, éramos apegadas desde que teníamos 10 y ella no dejaría nuestra amistad por un chico, aparte ella tenía pareja en ese entonces. Nada podía hacer válido el hecho de lo que hizo. Apenas subo veo a Liza emocionada, quien me abraza.
— ¡Jace es el chico de los cuentos que me lees! - dice emocionada dando brincos de un lado a otro. —Por fin regreso, sabía que vendría. Sabía que el sí era real. ¡Mamá tía Lily tiene a su príncipe de nuevo!
Río ante la euforia que cargaba, ya que apenas terminó la oración salió corriendo había con Caroline, si bien Jace era la descripción de aquel príncipe que suele salir en los cuentos de Liza, yo había escrito esos cuentos hace unos tres años, cuando supe que a Liza le encantaban las princesas. Siempre quise darle todo lo bueno que pudiera. Que sintiera que con Caro y conmigo lo tenía todo.
Y si bien, Jace era la descripción de todos sus cuentos no era una casualidad, en ese entonces aún sentía algo por el, no se podía borrar en cuestión de tiempo pequeño una relación sumamente larga. Caro y yo pasamos toda la tarde hablando del susodicho y ella se emociona al igual que Liza, aparentemente ella leía las revistas todo el tiempo. No pude dejar pasar la oportunidad de contarle lo de Irene y ella como yo no pudo encontrar una razón por la cual ella hiciera eso. Caro la conoció, solíamos salir juntas un tiempo ya que ella vino unas semanas. Nos había dicho que planeaba venir en estas fechas, espero no se digne a hacerlo.
Porque quería romperle la cara.