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3576 Palabras
Chicago, Illinois 29 de marzo de 2021, 20:30 p.m. Edgebrook Motel -Mañana saldremos a primera hora por la mañana -dice Cody mientras detiene el SUV plateado en el parqueadero del motel-, iré hacer el check in. -Me encargo del equipaje -dice Nick. Cody le asiente y abre la puerta.  -Te veré en un minuto -le dice a la pelirroja que le sonríe enternecida. Cuando la pequeña morena atraviesa las puertas de entrada, la pelirroja sale del auto con Rex detrás de ella. -¿Necesitas ayuda? -le pregunta a Nick. -Lo tengo bajo control -responde él. Blair asiente y se recuesta contra la puerta del copiloto y ve a Rex echarse contra la acera. Quiere hacerle varias preguntas a Nick sobre los últimos años y Cody, pero no quiere ser entrometida. Suspirando, esconde las manos en los bolsillos traseros de su pantalón y lo mira. -Oye -lo llama y muerde el interior de su mejilla.  -¿Si?  -¿Puedo preguntarte sobre Cody? -Claro -Nick asiente y cierra el maletero. Enderezándose, Blair da un par de pasos cerca. -¿Cómo lo ha llevado los últimos años? Nick suspira y se cruza de brazos, una sombra de preocupación cruza su rostro y la pelirroja lo ve. -Lo mejor que ha podido -responde-. Ella ha estado trabajando muy duro para encontrar a Joshua, pero no hemos logrado nada, así que se culpaba mucho -ve a Blair asentir y Nick le sonríe-. Realmente le has hecho mucha falta. -Ella a mí también. -Debo decir que estoy muy feliz que estés a salvo. -Lamento no haberte contado de la otra identidad -se disculpa. -Está bien -Nick encoge un hombro-, supongo que Blair Hollis suena mil veces mejor que Donna Miles. -Debo admitirlo -Blair asiente con una sonrisa divertida-, Donna suena muy aburrido. -Y Blair es pelirroja -señala. -Oh -ella acaricia su cabello y asiente-, pensé que me vendría bien un cambio de imagen. Me lo pinté un día antes de mi primer día en el trabajo. -Fue una buena idea -asiente-, además te luce. Cody no para de babear. Blair agacha la cabeza para que su cabello cubra sus mejillas sonrojadas. -Aun no puedo creer que todos hayan muerto -susurra. Nick se deja caer contra el auto y suspira. -Yo tampoco -niega-, y me siento culpable. Les aseguré que tendrían unas buenas vidas y que los cuidaríamos. Ahora están muertos y no pudimos hacer nada -susurra-. Me alegré cuando Cody me dijo que no estabas bajo la protección del programa, realmente debí haber sospechado que ella no dejaría que te fueras tan lejos. Blair sonríe y asiente. -Me hizo prometer que no te lo diría, se veía muy nerviosa –recuerda. -¿Y Rex? -Llevaba cuatro meses en Baltimore cuando llegué a casa una tarde después del trabajo y me encontré a este pequeño -señala al perro que sigue echado en el asfalto. -¿Me cuentas más de los pequeños regalos que Cody te deja en tu departamento?  La sonrisa de Blair se expande tanto y sus ojos brillan. -Ella deja alguno que otro animal de origami en el mesón de mi cocina, o en la mesita de noche junto a mi cama -cuenta-, también suele dejarme una nota totalmente cursi pegada al refrigerador. Cuando me pinté el cabello, días después, llegué y encontré una nota donde me decía que me veía absolutamente bonita. -Nunca creí que llegaría el día en que viera a Cody Wexler volverse una romántica.  Blair deja escapar un suspiro tembloroso y se agacha para poder acariciar a su mejor amigo. El silencio cae entre ambos. -Tengo miedo -confiesa. Nick le mira y se muerde el labio. -Lo sé -asiente-, pero estarás a salvo. Cody no permitirá que nada te suceda. * Chicago, Illinois 30 de marzo de 2021, 04:52 a.m.  Edgebrook Motel Blair se remueve en la cama y abre lentamente los ojos. Se siente desorientada durante los primeros diez segundos, pero luego encuentra a Nick durmiendo en el sillón a unos pasos de distancia con Rex estirado junto a él. El espacio junto a su cama está vacío y no encuentra a Cody por ningún lado, hasta que la brisa de la madrugada la envuelve, entonces ve la puerta del balcón abierta y a la pequeña morena arrimada contra el barandal. Se desliza fuera de las mantas y envuelve sus brazos alrededor de su cuerpo mientras trata de protegerse a sí misma. -¿Qué haces? -pregunta en un susurro. Cody gira la cabeza y le sonríe, luego le extiende la mano y Blair la toma. -Solo pensaba. La pelirroja asiente y se deja arropar por los delgados brazos de la agente.  -Es lindo volver a tenerte cerca -le susurra. Siente a Cody asentir y suspira-, gracias por nunca dejarme sola. -Debía cumplir al menos una de mis promesas -responde. Blair esconde la cabeza en el cuello de Cody e inhala profundamente, embriagándose de ese dulce aroma que la hacía sentir segura y en casa. En su turbio pasado, nunca imagino, ni en sus más locos sueños, que tendría la oportunidad de enamorarse perdidamente de alguien tan maravillosa como Cody, y que el sentimiento, ese loco sentimiento que hace a su corazón correr maratones y destapa una jauría de mariposas en su estómago, sería reciproco.  -Esto es divertido, también -le dice-. Imagínalo como unas vacaciones. El pecho de Cody se remueve por la risa. -Unas vacaciones de las que intentaremos salir vivas. -Algo así -Blair asiente con una sonrisa divertida-, pero lo único importante es que ya no tendrás que esconderte para asegurarte de que estoy bien. Ahora puedo abrazarte -guiando una mano a la mejilla de Cody, la pelirroja la acaricia-, tocarte -lanza uno de esos suspiros que tiene reservado para la pequeña agente- y besarte -deja un beso cerca de la comisura de su labio y la escucha suspirar-. No puede ser tan malo si estamos juntas. Cody se pega todo lo que puede al cuerpo de la pelirroja. Está tan perdida por esa mujer, que no es capaz de ocultarlo o negarlo. Es tan fácil para todos darse cuenta de eso, incluso para ella misma, por eso, sorpresivamente, no trato de negárselo ni huir. Porque para ser capaz de enfrentarse a cualquier persona, incluso a sus superiores, sin titubear, Cody Wexler es una experta en huir de sus sentimientos. Pero algo en Zoe la retuvo, y para cuando la realidad cayó sobre ella como un enorme balde de agua fría, Cody lo aceptó así sin más. Porque Zoe sentía lo mismo, y no permitiría que nada la alejara de la única persona de la que no ha podido huir. -Tienes razón. La pelirroja acaricia el cuello de Cody con su nariz y le besa el mentón. -¿Aun es muy pronto para ese beso? -pregunta. Cody le sonríe y, cuando va a responder, la alarma suena haciendo que Nick caiga del sofá con un golpe seco al piso de la habitación y cerca de Rex. -Supongo que tendrá que esperar un rato más. Blair refunfuña y se separa del calor del cuerpo de Cody a regañadientes. La agente ve un lindo puchero formarse en los labios de la pelirroja, y solo quiere besarla sin sentido y dejarla sin aliento. -¿A dónde vamos, por cierto? -pregunta mientras sigue a Cody al interior de la habitación. -Tenemos que llegar a Canadá. -¿Canadá? -replica- ¿Por qué ahí? -Tengo un lugar -responde y encoge un hombro-, nadie lo conoce y me siento más segura si vamos hasta allá -Cody se acerca a Nick que se quedó dormido en el piso, y lo mueve-. Vamos, amigo. Blair lo ve totalmente dormido, y sus ronquidos aumentan, así que toma una botella de agua de la pequeña nevera y la destapa. Primero le da un par de sorbos, luego se acerca al agente y la gira lentamente para que un chorrito caiga directamente al rostro de su amigo. -Estoy despierto, estoy despierto -murmura repetidamente con los ojos cerrados y sentado sobre el piso. Rex se acerca y le lame la cara-. Buen día a ti también, muchacho. Cody le sonríe a la pelirroja, antes de que desapareciera tras las puertas del baño. -Vamos amigo, debemos irnos -le recuerda a su compañero-. Aun debemos cambiar el auto. -¿Por qué debemos cambiar los autos? -pregunta en un susurro adormilado. -Porque así es más seguro -responde-. Llegaremos con este nuevo a Canadá y lo volveremos a cambiar hasta llegar a la cabaña. -Aun no entiendo como tienes tantos autos regados por todas partes. Cargando su arma, Cody encoge un hombro. -Tengo contactos. * Bosque de Canadá 30 de marzo de 2021, 17:30 p.m. Casa de seguridad Blair parpadea un par de veces mientras se despeja de la neblina del sueño. Se endereza en el asiento del copiloto y deja escapar un suspiro mientras divisa por la ventana como los rodeaba un inmenso bosque, luego, a través del parabrisas, vio cómo se acercaban a una cabaña de dos pisos. Estirando su cuerpo, esbozó un pequeño bostezo que le valió una adorable sonrisa de Cody y un apretón en su muslo. -Al fin -Nick suspira de alivio cuando Cody finalmente detiene la camioneta negra frente a la cabaña-, sigo sin estar hecho para viajes tan largos en carretera. Blair se ríe porque ella piensa lo mismo, pero pasar veinticuatro horas encerrada junto a Cody no es tan malo. De hecho, es lo que ha estado deseando, omitiendo a Nick obviamente, y no es que no le agradara el agente, todo lo contrario. Es solo que Blair desearía tener únicamente a Cody para poder recuperar los tres años que estuvieron separadas. Pero sabe que no están de vacaciones en ese maravilloso lugar, sino que están ahí para cuidar de ella y tiene que aceptarlo. -Woow -susurra Blair desde el copiloto mientras observa todo alrededor. -Y eso que aún no la ves por dentro -le dice Nick-, incluso tiene un bunker. Esta cabaña está preparada para todo.  -¿Ya has estado aquí? Nick asiente y se endereza para abrir la puerta. -Estuvimos escondidos aquí durante una misión unos meses antes de conocerte. -¿Quiero saber sobre eso? -Tal vez no -niega Nick-, Cody casi muere. Soltando su cinturón de seguridad, Blair da un asentimiento. -Bien, no quiero saber. Cody se detiene y le da una mirada enojada a su amigo a través del espejo retrovisor, pero él solo encoge un hombro. -Por cierto, Blair -Nick la llama cuando salen del auto- ¿Quieres que te sigamos llamando así, o vuelves a ser Zoe? -Blair está bien para mí -responde- y preferiría que sigamos con ese. Zoe es parte de un pasado al que no quiero volver, así que será Blair. Asintiendo, Nick arrastra las maletas hasta la puerta de entrada con Rex pisándole los talones. Cody se acerca con una sonrisa tierna en el rostro y la toma de la mano para guiarla dentro de la casa, y Blair sonríe satisfecha cuando sus dedos se entrelazan de esa manera que le parece tan íntima y agradable cuando la compartes con alguien que quieres y te importa. Se pega lo más que puede al cuerpo de la pequeña agente y lanza un suspiro complacida. -Te mostraré la habitación -le dice Cody mientras suben las escaleras-, para que puedas tomar un baño y descansar. -Tengo una petición -le susurra al oído y siente como el cuerpo de la morena tiembla. -Ah, ¿sí? -pregunta, su voz sonando entrecortada. Blair asiente y se separa cuando Cody abre la puerta de la habitación- ¿Que sería? -Que la compartamos -responde encogiendo un hombro de una manera tan dulce y atractiva que tiene a la agente tragando fuerte. Ve a la pelirroja dar vueltas y observar con cuidado cada detalle en la habitación. Desde las relucientes paredes de madera, a la pequeña chimenea de piedra en una esquina. A Cody le encanta ver lo linda que es Blair cuando está concentrada, la hace recordar el tiempo que estuvo cuidando de ella y como le gustaba admirarla mientras leía alguno de los tantos libros que robaba del pequeño librero en el salón de su apartamento, o cuando la convenció de hacer un jardín en su balcón y al regresar del trabajo la encontraba regando las plantas y hablándoles o incluso cantándoles.  Fue cuando se dio cuenta que su corazón latía desbocadamente por la rubia, entonces acepto que había empezado a enamorarse. Blair se detiene frente a ella y la toma de las manos, entrelazando sus dedos porque aparentemente ninguna de las dos puede dejar de hacerlo. A Cody le encanta cómo se siente su mano cuando la pelirroja la sostiene y los suaves y cálidos que son sus dedos cuando los envuelve con los suyos. La hacen suspirar y desear no soltarla jamás, y son tan agonizantes todos esos sentimientos que la atrapan. -No sería la primera vez -le recuerda con una sonrisa que aparenta ternura e inocencia, pero que Cody conoce bien y la lleva a pensar en las noches que compartieron su cama y como nunca antes había dormido con tanta paz que cuando tuvo el cuerpo de Blair pegado al suyo bajo las mantas, como la noche anterior en el hotel. La hace suspirar y atraerla a ella, para sentir su calor y recordarse por milésima vez que en los últimos dos días todo ha sido real y que tiene a Blair a su lado. -Esta es mi habitación, de hecho -le dice y la pelirroja eleva una ceja, haciendo que Cody encoja un hombro nerviosamente-. No creerías que te dejaría dormir lejos de mí. Una sonrisa de megavatios aparece en el rostro de Blair y rodea el cuello de Cody. Su nariz se mueve traviesa por el cabello y la oreja de la morena, buscando embriagarse de su olor. -Te he dicho lo mucho que me encanta tu aroma. -Solías decirlo -responde. Dejando un beso cerca de la comisura de los labios de Cody, Blair echa la cabeza hacia atrás y la mira con tanta intensidad en esos ojos azul cristalinos, que la pequeña morena teme ahogarse. -¿Sigue siendo muy pronto para ese beso? -le pregunta en un susurro cargado de tantas emociones. Cody niega y envuelve la cintura de la pelirroja en un abrazo, apretujándola todo lo posible a su cuerpo. Acerca su rostro lentamente, y siente el aliento de Blair en sus labios causándole un hormigueo. Se impacienta y acelera sus movimientos hasta que logra advertir los labios de la pelirroja cerca de los suyos cuando escuchan a Rex ladrar. Blair echa la cabeza hacia atrás y mira con temor a Cody, pero se calma cuando la morena le sonríe.  -El muchachón tiene hambre -les grita Nick desde la planta baja-, y yo también. Uniendo su frente a la de Blair, ambas ríen por el gruñido de Nick y niegan. Es la segunda vez que las interrumpen y algo les dice que no será la última. -Tranquila, no hay forma de que alguien encuentre este lugar -le susurra Cody-, pero sigue siendo bueno tener un perro entrenado con nosotros. -Pienso lo mismo -sonríe Blair. -Pero ellos no nos dejaran tranquilas hasta que hayan conseguido algo de comer, así que mejor ve a darte una ducha o, si prefieres, usa la bañera. Cuando hayas terminado baja y tendré la cena lista. -También he extrañado tu comida. -Bueno, entonces ponte cómoda mientras voy a matar a mi compañero y prepararte la cena. -Suena como un plan. Cody le besa la mejilla y se separa. -Te esperamos. . -Lo digo en serio, C -Blair escucha a Nick murmurar-. No entiendo como haces que esta comida enlatada sepa tan bien. -Practica -responde Cody. Blair se queda de pie en la entrada de la cocina y sonríe cuando ve a los dos amigos disfrutando de la cena y un par de latas de cerveza, y le recuerda al tiempo que estuvo bajo el cuidado de los dos agentes.  Había disfrutado los meses que estuvo bajo custodia de esos dos, especialmente porque Cody la había llevado a vivir a su casa y Nick prácticamente iba todas las noches a cenar con ellos. Así aprendió mucho de ambos, como que Nick ingreso a la academia tras graduarse de la preparatoria porque era algo que su padre había deseado para él. Por otro lado, después de haber estado en el frente de batalla por muchos años sirviendo al ejército militar estadounidense, donde aprendió a mejorar el sabor de la comida enlatada que llevaban los soldados, Cody decidió retirarse para estar cerca de su madre durante sus últimos meses de vida, y finalmente tomó la decisión de ingresar al FBI.  -Mañana llegaran las provisiones junto a los refuerzos. -El equipo se vuelve a unir -celebra Nick-, y tendremos comida real. -Oye, hice lo mejor que pude con lo que conseguí en las estanterías. -¿Cómo pudimos olvidarnos de hacer las compras? -A mí no me molesta comer esto -responde Cody-, al menos si conseguimos las cervezas. -Eso también hace que todo sepa mejor. -¿Estás diciendo que no estás satisfecho con mi magnifica cena? Llevándose un bocado a la boca, Nick murmura palabras incoherentes y Blair se ríe de sus payasadas. Da unos pasos hacia adelante para acercase y encuentra a Rex en una esquina comiendo de su comida para perros que contiene todas las vitaminas que un K9 necesitaría. -Estoy segura que lo hiciste genial, Cody. La pequeña morena la mira y le sonríe. -Al menos alguien sabe apreciar mi comida. -No he dicho que no la aprecie -murmura Nick con restos de comida en la boca-, solo no me gusta lo enlatado. -Mañana podrás pescar -le dice Cody mientras se levanta de su lugar y retira la comida de Blair del horno-. Justo a tiempo, roja -le guiña un ojo y desliza el plato frente a ella-, sigue caliente. -Gracias. Cody asiente y se deja caer en su silla. -¿Entonces -inicia Nick-, cómo han sido los últimos tres años? Blair le sonríe. -Han estado bien -responde encogiendo un hombro-, conseguí el empleo casi enseguida y desde entonces solo me he enamorado más de mi trabajo. -Eso es genial -le dice Nick-. Realmente no tenía idea que cantaras. -Sí, es algo que me encanta hacer y me tranquiliza -susurra-. Era lo que me ayudaba a olvidar algunas cosas. Nick asiente y decide no preguntar porque sospecha a lo que se refiere. Entonces solo le sonríe. -Bueno, cantas genial. -Gracias. -Cody pareció reconocer tu voz entre todas porque se le dibujaron corazoncitos en los ojos. -Oye -le gruñe la morena. -Solo digo la verdad -encoge un hombro y se levanta de la mesa-. Disfruten su velada, chicas, yo iré a darme una ducha y caeré como un tronco en mi cama. -Descansa, Nick. -Las veré por la mañana. Cuando él desaparece por las escaleras, Blair toma la mano de Cody y le acaricia los dedos. -Vamos, termina de cenar y ve a darte una ducha -le dice-. Necesitas descansar después de haber pasado la mayor parte del viaje conduciendo. -Estoy bien. -Déjame cuidar de ti también -le susurra. Suspirando, Cody da un asentimiento y bebe el último trago de cerveza en su lata. -Por cierto -comenta Blair-, ¿Quiénes son los refuerzos? La morena sonríe y deja su plato en el fregadero, luego se acerca a la pelirroja y le da un beso en la cabeza. -Ya los conocerás mañana. -¿Quieres decir que no es nadie de tu equipo del FBI? -Hasta que no encontremos al infiltrado, trabajaré con mi otro equipo -responde-. Nadie más sabe nuestra ubicación, ni siquiera mi superior. -¿No confías en él? -El único en quien confió dentro de la agencia por ahora, es Nick. -Y este equipo es tan genial como ustedes dos. -Oh, lo son -le responde-. Fueron parte de mi equipo en la guerra y también se retiraron, pero de vez en cuando hacemos unos cuantos trabajos de espionaje y a algunos les gusta llamarnos Los especialistas. -Ese es un nombre genial. -Somos un equipo genial -asiente-, además ya conoces a un integrante. -Ah, ¿sí? -pregunta asombrada- ¿Quién? -Lo averiguaras mañana -le responde y da un par de pasos hacia atrás. -Me dejaras con la incógnita. -Estarán aquí a la hora del desayuno -dice-, eso si no le dan a Ryan el auto. Él no es muy bueno con las direcciones y se le hace fácil perderse. Blair niega con una sonrisa divertida en su rostro y echa a la pequeña morena de la cocina, asegurándole que se encargará de todo y subirá enseguida. En cuanto Cody desaparece, la pelirroja suspira y recoge los trastes sucios para llevarlos al fregadero. Le toma quince minutos ordenar el pequeño desastre, y luego se acerca a su compañero de cuatro patas. -Oye amigo -se inclina sobre Rex y le acaricia la cabeza-, ¿estás listo para ir a dormir? El perro le lame la cara y se aleja de Blair para acercarse al pequeño colchón en una esquina. -Supongo que es un si -sonríe al ver a Rex echarse a dormir. Cuando llega a la habitación, encuentra a Cody profundamente dormida debajo de las mantas. Blair apaga las luces y se trepa en la cama junto a la morena. La abraza y deja un beso en la comisura de sus labios. -Buenas noches, Cody.
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