—¡¿Qué? no, eso es mentira sabes que mejor duermo en el suelo! —comentó Mely intentándose bajar de la cama. Derek enseguida la tomó del brazo para detenerla y enseguida le dijo: —¡No, no te vas a ir. Si te llegas a acostar de nuevo en el suelo te recogeré las veces que sea para que duermas aquí en la cama. No te vas a enfermar y menos solo porque confesé lo que siento por ti! Mely estaba muy impresionada con la confesión de Derek en aquella noche sobre su cama; sin embargo, sus dudas en ese momento fueron aclaradas, ya que, ella siempre lo sospechó un poco porque la mirada del pelinegro hacia ella siempre fue muy intensa y se veía que escondía algo, porque no era la mirada de alguien a quien no le interesas si no todo lo contrario. Pero, a pesar de esa confesión Mely no era ninguna tont

