Capítulo 2

2881 Palabras
Capítulo 2   El resto de la semana ha sido una real tortura. Después de que convencimos a Charles acerca de que me encontraba perfecta, Rebecca nos encerró en un aula vacía para conversar acerca de lo que crecía en mi panza, no llegamos a una conclusión. Es que decidir algo así es difícil, no puedo tomármelo a la ligera. Hay solo tres opciones: Terminar con el embarazo, darlo en adopción, o quedármelo y ser mamá a los diecisiete. Ninguna me parece atractivo ¿No puedo deshacerme de él sin sentir remordimiento después? ¿Por qué es tan difícil? Ni que amase a este montón de células que Jared engendró. Y hablando de Jared, Lucy nos acaba de arrastrar fuera de la seguridad de la biblioteca a la cancha de futbol, según ella para estudiar con aire fresco, pero todas sabemos que ella solo quiere vigilar a su obsesión: Jeremy O’Connor. - Tenemos examen dentro de unas horas, deberíamos repasar una última vez Sugiero, aunque sé que ninguna me va a hacer caso. No me apetece estar en la cancha de futbol, y no porque no me guste ver chicos usando armaduras y lanzándose sobre un ovoide. No me apetece estar cerca de Jared Kennedy. - Hagámosle caso a Susy y volvamos a la biblioteca – pide Becca, mi cómplice – Aún no entiendo el ejercicio treinta - ¿Bromeas? – Tabatha la mira con una ceja alzada – Tú eres la que ama las matemáticas - Además – Lucy la mira con su sonrisa de maniaca – Siempre apruebas… - Yo no me confiaría tanto… - intervine Lila, milagrosamente despierta – No hemos estudiado nada por estar viendo Jordan y sus amigos… - Apoyo a Lila – Mindy alza una mano – Volvamos a la biblioteca y Soltamos un grito. Cierro mis ojos y vuelvo a abrirlos, estamos oficialmente muertas socialmente hablando… de nuevo. Mindy sostiene su hamburguesa doble con mucha salsa de tomate, está temblando como gelatina mientras un enojado Jordan la fulmina con la mirada. Su blanco y pulcro uniforme ahora tiene una enorme mancha de salsa. - ¡¿Pero qué mierda?! – grita - ¡Tú! ¡Obesa! ¡Pagarás por esto! ¡¿Quién te crees que eres?! - Yo… - la voz de Mindy se quebró – Yo… Jordan toma la hamburguesa de Min y la lanzó al suelo, pisoteándola. - ¡Ey! – Lucy lo confronta - ¡Eso fue innecesario! - ¿Tienes algo que decir, nenita? – pregunta con una sonrisa burlona, Lucy solo se sonroja y retrocede – Eso creí - Ya basta Jordan… - Jared detiene a su amigo, el aire se me estanca en los pulmones, Jordan no pierde su sonrisa burlona – No hay que desperdiciar nuestro tiempo aquí con gente tan insignificante – sus ojos se posan en mí, la sangre corre a mi rostro – Vámonos… - Me debes una camisa nueva obesa… - susurra Jordan antes de seguir a sus amigos – Y ya veré cómo me las pagas… adiós Bollo con patas - ¡Eh, Jordan! – grita Rebecca, su primo no le hace caso - ¡Le diré a la abuela que fuiste malo con mis amigas! ¡Ey! - ¿Estás bien Min? Le pregunta Lila a Mindy, quien sigue de piedra. - Ese Jordan es un imbécil Masculla Tabatha, abrazando a Mindy. - Vamos Min, todavía hay tiempo para comprarte otra hamburguesa Lucy le da otro abrazo, Mindy solo sonríe de forma incómoda. Desde tiempos inmemoriales, Jordan Becker siempre ha amado molestar a mi prima. Es como si su blanco preferido fuese ella. En el jardín de infantes eran cosas como ponerle pegamento en la cabeza, ponerle gusanos en la lonchera, o empujarla. En primaria más de lo mismo, pero entonces comenzó a molestarla con su peso. En secundaria igual, y ahora en preparatoria, molestarla sin motivo se ha vuelto uno de sus pasatiempos. - No entiendo cómo puedes estar emparentado con ese cretino Me cruzo de brazos viendo al grupo de idiotas reír. Es que en serio no le encuentro nada divertido como para que se estén riendo ¡Nos acaban de fastidiar la mañana! No es divertido. Miro a Jared, él sigue riendo, viéndose tan fabuloso como siempre en el mal sentido de la palabra. Imbécil, eso es lo que es, es un maldito idiota. Se gira a vernos, trago saliva ¿Me está viendo a mí? Una media sonrisa surca su rostro, mi corazón comienza a latir con fuerza ¿Qué mierda…? Los idiotas entran en los vestidores, todos menos uno… - Lamento lo de hace unos minutos, a veces Jordan puede ser un poco desagradable - Eso fue ser más que “Un poco desagradable”, eso fue ser un completo imbécil Espeto, Charles solo sonríe de forma extraña, despeinándome, la sangre se me va al rostro. - Tal vez tengas parte de la razón, pero son buenos chicos, créanme… - Lo dudo… - Lucy se cruza de brazos – Esos son unos imbéciles - ¡Charles! – grita uno de los chicos, el que siempre está serio - ¡¿Por qué mierda te demoras tanto?! - Ya me tengo que ir – nos dedica una sonrisa – Perdonen a mis amigos… - vuelve a despeinarme, quito su mano con brusquedad ¿Qué mierda le pasa…? – Adiós a todas… - mira a Rebecca, esta aparta la mirada – Adiós Becca… - Ummm… El alto sonríe de nuevo, correr hacia sus amigos. Tabatha parpadea varias veces al igual que Lucy, ambas toman a Becca de los brazos. De acuerdo, eso sí es sorprendente ¿Qué acaba de ocurrir? Charles, el alto orejudo de Charles Parker acaba de dirigirse con mucha amabilidad a Rebecca ¿Qué mierda? - ¿Qué ha pasado entre tú y Charles Parker? Pregunta Lucy con los ojos bien abiertos y una sonrisa de picardía, típico de ella, es la reina del chisme. - Nada… Becca mira hacia otro lado. - Ese “Nada” me suena a un “Mucho” – Mindy sonríe de forma burlesca – Ya, desembucha - ¡No ha pasado nada! Se queja, frunciendo el entrecejo, de acuerdo es mejor no seguir preguntando. - Tengo hambre… - suelta Mindy – ¿Dijiste que aún había tiempo? - Sí, vamos Indica Lucy, mirando su reloj. - Nosotras las alcanzamos allá – indico, los demás asienten - ¿Qué pasó entre tú y Charles? - Nada… Vuelve a decir Becca ¡Y una mierda! Rebecca ha sido mi amigo desde que estábamos en pañales ¡Su abuela era mi niñera! Así que puedo decir a ciencia cierta que nadie conoce mejor a Rebecca que yo ¡Por lo tanto sé que oculta algo! Pero bueno… ella es igual que yo, llegado el momento soltaremos la sopa. - Bueno… - ¡No insistas! – me mira con el entrecejo fruncido – No pasó nada y punto… Asiento, comenzamos a caminar hacia la cafetería, Rebecca puede ser incluso más cabezota que yo. Ella es terca al extremo, no entiende razones, cuando esté lista lo dirá. Dudo que sea algo tan malo como lo mío, pero si se lo guarda es porque también se debe de sentir avergonzada o molesta por ello. Sacudo la cabeza, no debería de seguir dándole vueltas al asunto, ella sola lo soltará cuando sea el momento indicado. Llegamos al salón de clases, el timbre suena. Camino con lentitud hacia mi escritorio, de nuevo, lo que menos me apetece ahora es recibir clases. Odio esto, quisiera irme y lanzarme por un precipicio. Aún no decido qué hacer, no ha pasado nada tiempo como para poder aterrizar mis ideas y pensar qué mierda haré. No puedo simplemente deshacerme de él, me conozco, no lo voy a resistir. Becca insiste en decirle a las demás pero se me hace muy difícil ¡Me da vergüenza! Y mi padre… él es la última persona a la que se lo diré. En verdad no puedo con esto, no tengo la suficiente madurez mental para esto. La clase de matemáticas comienza. Usualmente estaría compitiendo contra Lucy y Becca para ver quien resuelve más rápido los ejercicios. Me siento al margen, creo que ya lo dejé bien en claro. Me siento incómoda, mis amigas siguen sus vidas mientras me ahogo. No quiero ahogarlas conmigo, pero quisiera poder volver a sentirme normal. No quiero esto, no quiero estar embarazada… - ¡Cincuenta y cuatro! Grita Lucy con la mano alzada, Becca lanza su lápiz maldiciendo por lo bajo. - Muy bien señorita Sanders… - le felicita la profesora, Lucy comienza a aplaudir sonriente – Señorita Duncan, hoy no está muy activa… - Lo siento… Contesto, dejando caer mi cabeza en el pupitre, de pronto me siento muy cansada. - Señorita Duncan… ¿Se encuentra bien? ¡No! ¡Definitivamente no me siento bien! ¡Estoy frustrada! ¡Enojada! ¡Histérica por dentro! ¡Tengo un maldito engendro creciendo en mi interior! ¡No lo quiero! Pero no soy lo suficientemente valiente como para deshacerme de él de la forma fácil ¡Obviamente no estoy bien! Me giro a ver a Rebecca, varios pares de ojos me miran ¿Cómo estará mi semblante? ¿Tan mal me veo? Rebecca me mira con preocupación, debo de verme horrible…   - ¡Susy…!     Parpadeo varias veces, estoy en la enfermería. Siento pánico, no quiero que nadie se entere de lo que me está ocurriendo. Me giro a la izquierda, Rebecca me mira con los brazos cruzados y el ceño fruncido, trago saliva.   - Hay que ir al hospital Susurra con seriedad, abro al máximo mis ojos. - ¿Para qué? - ¡¿Cómo que para qué?! – se acerca a mí a paso veloz - ¡Susy! – su expresión cambia a una de indignación – Estás embarazada… - susurra, mirándome fijamente – Debemos de ir - No… Niego con la cabeza, Becca me toma por los hombros. - ¡Se razonable! – grita – No sabes si está bien o tú estás bien - ¡No iré! - ¡No quiero ver a mi mejor amiga desmayarse en plena clase de nuevo! – grita aún más alto – Fue horrible… - se separa de mí, respira hondo - ¿Y qué si te pones peor? – pregunta en un susurro - ¿Qué pasa si no te cuidas bien? ¿Ya decidiste qué quieres hacer con el bebé? - Becca… - Susy… no quiero que nada malo te pase… - se aleja un poco de mí – Eres mi hermana… Asiento, abrazándola. Rebecca y yo tenemos una relación de amistad muy fuerte, hemos estado en los peores momentos juntas. A los diez años Rebecca perdió a sus padres en un asalto. Todos los días iba sin falta a su casa, me quedaba día y noche tras su puerta siempre cerrada. Al cabo de un mes logré ingresar a su habitación, ella tenía los ojos llorosos y estaba más delgada. Nos dimos un fuerte abrazo y prometí jamás dejarla sola. Ella prometió jamás dejarme sola cuando yo pase por un mal momento. Este es mi mal momento, no tan grave en comparación a perder a tus padres de una forma horrible, pero sigue siendo un problema. Es normal que quiera apoyarme ¡Pero se me hace muy difícil! ¿De qué serviría ir al hospital? Ya sé que estoy embarazada ¿Qué más necesito? Además, no tengo dinero como para pagar una consulta e ir a un hospital sería muy riesgoso ¡Le podrían decir a mi padre! - No sé si sea buena idea… - susurro – Becca… no quiero… - Pero debemos de hacerlo, no puedes seguir así, esa cosa se va a empezar a comer todos tus nutrientes y quedarás como muñeca de trapo - No me pasará nada malo… - ¡Susy! ¡Por favor! ¡Sabes que no es así! - ¡No quiero ir! - Te aseguro que nadie se enterará – susurra de nuevo – Pero por favor, cuida de tu salud, no puedes tener esa cosa si no te cuidas… - Mierda… - miro mis manos, ella tiene razón – Es que… dios… no puedo… yo… - la miro, ella sigue viéndome con esa expresión de preocupación – Mierda, de acuerdo… - Hoy Insiste, limpiándose las lágrimas. - Hoy… - ¡Mierda Charles! Grita una voz. Siento el oxígeno escapar de mis pulmones. El corazón se me detiene ¡Mierda! ¡No hay dónde esconderme! Jared está siendo arrastrado por Charles y Jeremy, el primero tiene el brazo ensangrentado. Me escondo detrás de Becca, ella se para con firmeza delante de mí. Los tres chicos se detienen, nos miran. Jared tiene el rostro lleno de sudor, se ve adolorido. Me fijo en su brazo, está morado e hinchado, eso solo significaba algo: Peleó con alguien. Levanto la mirada a su rostro ¡Mala idea! Me está mirando fijamente ¡Santo Cielos! ¡No es un simulacro! ¡Me está viendo! ¡Mierda! - ¡Santo Dios! – exclama la enfermera entrando - ¡¿Qué pasó?! - Un mocoso que creyó que podía superarme… Masculla Jared, siendo ayudado por sus amigos para subirlo a la camilla al lado de la mía. - Susy, será mejor que nos vayamos… Me susurra Rebecca y yo asiento. Con gusto me largo de este lugar ¡¿Por qué cuando lo quiero lejos lo acercas?! ¡¿Es que allá arriba alguien está en mi contra?! - Señorita Duncan, no puede irse Me indica la enfermera. - ¡¿Qué?! ¡¿Por qué?! ¡Quiero ir a clases! - Estuvo desmayada por tres horas y… - ¡¿Tres horas?! Abro mis ojos al máximo ¿Cómo mierda estuve inconsciente por tres horas? ¡Me perdí todo el día de clases! - Así que se quedará hasta que se sienta bien… - ¡Pero me siento bien! Me quejo, la enfermera desaparece. - Falta solo diez minutos para que acabe el día – señala Charles con una sonrisa – Se paciente - Mierda… Susurro. - ¿Qué te pasó? Pregunta el chico, yo solo le dedico una mirada. Ni fregando le digo lo que ha pasado ¡Es un amigo de Jared! ¡Y Jared está en la misma habitación! ¡No puedo decirle! Además, Charles es un desconocido para mí, no tengo por qué dirigirle la palabra, mucho menos contarle mis problemas, no somos amigos… - No es de tu incumbencia Contesta Rebecca, Charles se le queda viendo, borrándosele la sonrisa por una fracción de segundo. - Ya veo… - ¡Mierda, eso duele! Grita Jared, haciéndome sobresaltar. Jeremy le está intentando quitar la camiseta del uniforme de futbol. Miro hacia otro lado, no me apetece ver el torso desnudo de Jared ¡De nuevo! No gracias, no quiero, cosas muy malas pasaron la primera vez y esta segunda vez solo provocará que vomite ¡Mierda! ¡Mátenme! - Lo siento… Contesta el rubio, quien al parecer no tiene expresiones faciales además del de seriedad extrema. - Déjenme ver… - la enfermera los aparta a todos y mira a Jared, este vuelve a quejarse - ¿Qué pasó? - Uno de décimo lo intentó barrer y lo golpeó con brusquedad Explica Charles, sosteniendo la mano de Jared, quien maldecía. - Ya veo… - la enfermera mueve un poco el brazo de Jared, este grita – Es una fractura - ¿Fractura? – Jared abre mucho los ojos - ¡No puedo tener una fractura! ¡Soy jugador de futbol! ¡No debo de tener ninguna lesión! – comienza a gritar con notoria desesperación, siento una presión en el pecho - ¡Mierda! ¡No! - Lo siento… - ¡No! Se zafa con brusquedad del agarre de sus amigos, mirando fijamente a la enfermera, esta no se inmuta. - Lo lamento… - no dice nada más, se da media vuelta – Llamaré al hospital, irás a ahora, también llamaré a tus padres… - ¡No! – grita Jared de pronto con expresión de pánico – No por favor… mis padres… ellos… - Calma hombre… Escucho que le susurra Jeremy, Jared vuelve a cerrar los ojos. Rebecca y yo nos miramos con sorpresa. Estoy tan acostumbrada a ver a un Jared altivo y seguro de sí mismo, que ver a este deshecho y envuelto en lágrimas Jared es similar a ver a un extraterrestre. No parece real. Se le ve muy afectado ¡Es solo un brazo roto! ¡No morirá! Sí… no podrá participar en la temporada de futbol por quién sabe cuánto tiempo, pero… ¡Le queda el próximo año! No hay nada de qué preocuparse, no le veo el caso a su teatro de sufrimiento. Con razón dicen que los hombres son muy dramáticos cuando les duele algo. - Tengo que hacerlo… Habla la enfermera, dándose media vuelta y desapareciendo dentro de su oficina. - Cálmate… Le pide Charles. - Se van a preocupa de más… - susurra Jared, aunque de todas formas podemos oírlo – No quiero… que nadie los vea… - Cálmate… - ¿Ya nos podemos ir? Pregunto con desesperación y fastidio, ya no quiero seguir viendo la telenovela de “Jared y su brazo roto”. - Ustedes… - Jeremy se gira hacia nosotras – No abran la boca sobre lo que han visto o escuchado - De acuerdo… Susurra Rebecca. - ¿Disculpa…? – miro a Jeremy, sintiendo todo el enojo del mundo en mi cuerpo – La vida de tu amigo me importa tan poco – miro a Jared – Es una persona insignificante para mí - Susy… Becca me mira con miedo. - Bien, entonces lárgate Me indica Jared, señalando la puerta. - Jared… Charles lo mira con preocupación. - ¿Quién te crees para echarme de aquí? - ¡Lárgate! Grita, yo doy un salto. - Me ordenaron quedarme - ¿Quieres morir o qué? – Jared me mira con enojo - ¡Lárgate! ¡Desaparece ojona de mierda! ¡Lárgate! - Vámonos Susy… Becca me toma del brazo y me arrastra fuera de la enfermería ¡¿Cuál era su puto problema?! Si había sufrido una lesión no era mi puto asunto, no debía de meterme ni ser participe, además… ¡Todos después se enterarían al verlo con yeso! ¡Pero qué imbécil es Jeremy! ¡Ah! Los odio a ambos. - ¡Susy! Lucy se me lanza encima. - Ya estás bien… Mindy me palmea la espalda, asiento. - Pensamos que íbamos a perder a nuestra Susy Tabatha sonríe, apartando a Lucy para abrazarme. - ¿Qué? – Lila pregunta de pronto - ¿Qué pasó? ¿Me perdí de algo? – me mira - ¿Dónde estuviste en todo el día? - Lila… - Mindy mira a nuestra amiga – A veces me pregunto cómo eres la cuarta alumna con mejores calificaciones a nivel escolar… porque eres tan… - ¿Tan? - Tan Lila… Completa Rebecca y las demás reímos. - Ay, no sé…
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