—Kaya no tiene razones. —Kaya no las tienes, pero otras personas sí. Es tu hombre de confianza—articuló en voz baja encerrando en sus palabras cierta culpabilidad que puso de punta los vellos de Aygul. ¿Estaba insinuando que había sido ella la que lo envió a propiciar todo? Sus ojos brillaron y después terminó riendo casi de forma desquiciada. —İnanılmaz, inanılmaz (Increíble, increíble…)—repitió antes de detener su risa y mirarle con negativa. No iba a permitir que se atreviera a levantar una insinuación como esa en su dirección, así que decidió ser sincera. —Una mujer con sangre en las venas odia y detesta a quien siente que le ha robado como mi madre repite, pero inclusive con todo el dolor de mi pecho puedo decir que ella no a robado nada. ¡Aunque yo hubiera enviado a Kaya a hablar

