Capitulo 6

1415 Palabras
Capitulo 6 Fue un infierno por dentro. No lo demostré, pero así se sentía, como si estuviera en el infierno. La gente puede ser muy cruel cuando quiere... miré hacia el cielo y Vi que empezó a llover de nuevo. Al menos así tendré la excusa de no presentarme hoy a la práctica de baloncesto a las tres de la tarde, después de lo que me pasó, no voy a ir para nada, ¿para qué? ¿Entonces tengo que explicarles esta historia? Solo hablar de eso me deprime. Caminaba hacia Bárbara junto con Lucía, y noté Que el comportamiento de Lucía cambió de la noche a la mañana. - Josh vayamos a otro lugar, es solo que … - Me tomó del brazo Y trató de tirar de mí en otra dirección. Y luego vi que había algo muy mal en esta historia. - ¿Qué tienes Lucía? Sigamos yendo a tu amiga y yo también quiero saber qué está pasando.- dije y la jalé para que fuera conmigo conmigo Llegué y me paré frente a Bárbara, ella me miró con una mirada de lástima, conocía muy bien esa mirada, ella no fue la primera en mirarme así, odiaba cuando me miraban así, no necesito la compasión de nadie. Y los estudiantes que estaban todos tumultuosos allí de repente dejaron y hablar hablar y todos me miraron y se miraron … algunos se rieron y otros susurraron. -¡¿Qué pasó?! ¿Por qué me miran así? ¡¿Van a hablar o simplemente seguirán riendo como idiotas ¿! – grité molesto por esa situación, ni siquiera sabía el motivo. Un niño, que parecía tener unos 16 años, abrió la boca y dijo. -Todo el mundo ya es consciente de que tú … Bueno, ¡lo que te gusta es otra fruta! ¿Entiendes lo que quiero decir? – dijo el chico, y todos se rieron. -¡Que eres gay! – Gritó otro desde atrás, burlándose de la situación. - Ahora se explica por qué anda más con chicas que con chicos. – Una niña habló con otra que escuchó y completó. - Bueno, es porque los gays tienen más intimidad con las chicas, ¡siempre es así! Por eso no quería estar con Natalia, le gustan los hombres. – dijo, como si tuviera algún derecho a hablar de la vida de una persona y por cierto todavía era mentira, pero insistió en hablar en voz alta para que todos la oyeran. - ¡Eso es mentira! Todo esto es mentira Quien haya difundido esto por la escuela es un idiota, ¡No pueden afirmar algo así sin pruebas, manada de idiotas! — Lucía se manifestó defendiéndome y puso sus brazos alrededor de mi cintura. — ¡Por supuesto que lo defenderías, es tu amiguito! ¡Me refiero a amiguita! – gritó un gilipollas. - ¡Ustedes son todos imbéciles para creer eso! – gritó Lucía no resignada a lo que me estaban haciendo. - ¡Incluso si fuera gay, no tendrías nada que ver con eso! ¡Todo esto demuestra lo prejuicioso que eres! – gritó Bárbara, tratando de ayudar, pero en realidad no ayudó en absoluto. Al menos sé que no fue su intención. yo estaba todo quieto, como si estuviera petrificado, pero me las arreglé para recuperarme y decidí pronunciarme. -Me pregunto quién debió haber dicho eso, pero ten en cuenta que no soy gay. ¡E incluso si lo fuera, no tendría que explicarlo! ¡Y nada de lo que digas, nada me afectará! ¡Porque sé que esto es mentira y nadie sabe más sobre mi vida que yo! No necesito que me crean, no son nada en mi vida, así que no dirán lo que no saben, ¡al menos no delante de mí! Idiotas. Y si no me enganché con Natalia, es simplemente porque ella no tiene las cualidades que una chica debería tener, ¡que es carácter! Ella no tiene carácter. – Hablé en voz alta, para que todos escucharan, para poder terminar todo de una vez. Sentí el toque de las manos de Lucía en mis hombros, la miré y me quedé sin palabras, no sabía qué hacer, así que salí corriendo de la escuela y cuando miré hacia atrás vi a Lucía corriendo detrás de mí, pero la mujer que estaba a cargo de la puerta la detuvo y no pudo salir de la escuela para venir detrás de mí. No debería haberlo hecho, pero ya no tenía el corazón para mirar a esas personas hipócritas en la escuela, sé que no todos se burlaron de mí, pero fue suficiente para hacer llorar a cualquiera. Además estaba totalmente devastado, fui humillado de la peor manera posible. Llegué a casa y me puse a llorar, malditas lágrimas que se callaron sin que yo quisiera que eso sucediera, de repente escuché la puerta abrirse, cuando miré ya estaba con la cara hinchada, roja y llena de lágrimas. era mi madre. -¡ hijo! ¿Qué sucedió? ¿Por qué lloras? – preguntó y se sentó en el suelo conmigo y tomó mi mano. Como si quisiera que la mirara y dijera todo. Definitivamente eso no sucedería. - No es nada madre, déjame un poco en paz. – Hablé todavía llorando, y secándome las lágrimas rápidamente, recordé cuando era pequeño y lloraba escondido, siempre me sorprendía mi madre, de hecho nunca me gustó llorar frente a ella, pero sin embargo ella siempre me veía llorar, ¿no es irónico? - ¿Por qué volviste de la escuela? – preguntó levantándome del suelo. -¡No quiero hablar de eso mamá! Por favor, mantenme callada aquí, necesito estar solo un poco más. -Dije, un poco irritado, pero con mi tono era más un calvario que una irritación. Se calló y se fue, no quería contarle lo que había pasado, y no estaba de humor para decir nada, lo último que quería hacer era recordar. En medio de tantas lágrimas me acabé quedando dormido sin darme cuenta, me desperté A las dos en punto, la primera visión que tuve fue de Lucía, hasta que pensé que estaba soñando. Ella estaba sentada en mi cama mirándome, sonrió y dijo. - ¿Cómo estás? – preguntó y estaba acariciando mi cabello. - ¿Qué haces aquí? – le pregunté sorprendido, pero estaba feliz de verla, incluso en esa situación. -Me invitaste, ¿recuerdas? Así que decidí ver a mi amigo que estoy segura de que me necesita mucho. – Dijo toda dulce y cariñosa. —Gracias por venir, pero ¿realmente solo te agrado como amigo? — Pregunté, en realidad ni siquiera sé qué se me pasó por la cabeza para decir tal cosa. Me miró asustada, como si la pregunta la hubiera sorprendido, al cabo de un rato seguía hablando con dulzura. - ¿Cuál es el motivo de esta pregunta? – preguntó ella, respondio la pregunta con una pregunta, es muy inteligente. - Nada, olvídalo, todavía estoy un poco preocupado por lo que sucedió. – dije volviendo mi rostro hacia la ventana. - ¿No crees que soy gay, verdad? – pregunté como si estuviera casi llorando frente a ella, y estos rumores … - ¡Por supuesto que no es tonto! Sé que te gustan las chicas, mira, verás que mañana todos se habrán olvidado. – dijo y me abrazó, me enamoro aún más cuando ella me abraza, y cada día es más difícil controlar este impulso que tengo de besarla. - ¿Quién te abrió la puerta? – pregunté curioso. - ¡Tu madre! Ella es una bella mujer, creo que sé a quién sacaste eso ahora, ¡con toda esa ternura! Me trató muy bien y me dijo que venir aquí era lo mejor que podía haber hecho en mi vida. -¿en serio? Vaya … Quién lo hubiera pensado, mi madre me está sorprendiendo. Con la visita de Lucía, estaba más tranquilo y casi me olvido de la confusión, estuvimos hablando hasta las cuatro de la tarde, en mi habitación hay un televisor y también miramos. La chica de la que estoy locamente enamorado estaba en mi habitación, solo ella y yo, y sin embargo no podía hacer nada al respecto, no podía tocarla como quería o besarla como quería, estuvo tan cerca, pero al mismo tiempo tan lejos … Estaba seguro de una cosa, no podía soportar ser su amigo por bastante tiempo. Mi vida realmente está cambiando por completo.
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