Capitulo 36
Su nuevo dominio era amplio, luminoso y aireado, muy distinto a su morada anterior. Si yo podía sobrevivir allí, y lo había hecho, esto era deliciosamente placentero para mis sentidos. Sin embargo, él no me proporcionaba las libertades que había tenido antes, aquí había teléfonos e Internet. Demasiadas líneas de comunicación para su gusto, así que me encerraba en la celda del sótano o me encadenaba a una columna cuando no prestaba mucha atención, y por las noches había tomado la costumbre de atarme al poste de la cama. No me quejé, sabía que pronto dormir junto a su cálido consuelo sería cosa del pasado.
Hubo muchas cosas buenas, aunque no puedo mentir. No era la playa, pero sí disfruté de la piscina, siempre cálida y limpia. A menudo me relajaba en ella, era relajante. El ma
