— Hey — se quejó con nerviosismo cuando sintió mis manos en su cadera. Lo abracé por la espalda arrecostando mis senos a su cuerpo y metiendo mis manos bajo su camiseta blanca, sintiendo un poco su duro y definido abdomen. Olía delicioso y sentí su pulso acelerarse — Zenda, deja los juegos — dijo con voz cansada. ¡JA!Me quité de inmediato y salí de la isla, no me quedaría ahí viendo como me rechaza cuando es él el que claramente me provoca.Caminé entre los pasillos, recogiendo lo que veía caído, acomodando lo que estaba mal, y pasé tal vez media hora en eso. Lo que fuese para matar el tiempo y no matarlo a él. Estaba en el área de Romance y Literatura, acomodando una versión de Pretty Woman muy vieja, cuando sentí una mano colarse en mi suéter hasta rozar mi franelilla. — ¿De nuevo sin sós
