NARRA DRINA: Desayunamos entre risas ya que el concierto que nos brindaba mi tía era todo un acontecimiento. Sus ronquidos se escuchaban en toda la casa, era como un eco constante. No podíamos para de reír, queríamos decir algo y era como si estuviera planificado y se escuchaba los resoplidos interrumpiéndonos. Luego del desayuno tome mis apuntes y fuimos a una plaza cercana ya que quería repasar todo. Nos sentamos en la gramilla a la sombra de un árbol. Tandred estaba apoyado en el tronco de la planta y yo recostada sobre sus piernas, mientras leía, el pasaba sus dedos por mi cabello. Cuando ya sentía que todo lo del apunte era un dos por dos, me levanto de su regazo y me acomodo a su lado. Me mira y pasa su brazo por mis hombros para abrazarme. —¿Ya terminaste con tus apuntes

