CAPÍTULO VII. Embarazada

1071 Palabras
-Es que me dieron náuseas… Miré a Yun y en ese momento su cara cambió a una de preocupación. -Seguro te sentó mal la sopa.-Dijo. Este hombre no usa la cabeza. Cómo va a ser la sopa si ni siquiera la probé. Decido ignorar semejante tontería y hablo. -Sí, seguro fue la sopa. -¿Entonces que le damos de comer a Ian?- Pregunta Ryo. -No se preocupen. Yo hago de comer. Terminé de cocinar, a Ian le hice un puré y a los chicos les hice pescado al horno con verduras. -Ya está la comida, vengan a sentarse. Mientras ellos se sentaban le llevé el puré a Ian, quién ya se había levantado. -Aquí tienes, cómetelo todo. -¿Qué es? -Puré de verduras. Hizo cara de disgusto - No me gusta. -No te pregunté si te gustaba, te dije que te lo comas todo. -No puedes obligarme. -¿Qué no?, ¿qué te a apuestas que sí? -Inténtalo.-Dijo desafiante. Me acerqué con el plato de comida, me subí encima de él y le tapé la nariz. Él no puso resistencia ya que estaba muy débil. Cuando abrió la boca para coger aire le metí la cuchara en la boca. -Traga.- Él tragó.- ¿Ya viste como si puedo obligarte? Ahora cómetelo todo. -No puedo comer yo solo. Tienes que ayudarme. -Le diré a Yun que venga. -No, yo quiero que tu me des de comer. -Está bien. Cuando Ian terminó de comer baje a dejar el plato y a recoger la mesa pero ya todo estaba limpio. -Dame el plato, voy a lavarlo.-Me dijo Atid. Le dí el plato y fui a la habitación de Mattia. Abrí la puerta,me acerqué a la cuna y él ya estaba despierto. -¿Dónde está el más bello de la casa?- Dije y él sonrió. Lo saqué de la cuna, lo cambié y lo llevé al salón para darle de comer. Me dirigí hacia Yun y le di el bebé. -Agárralo, voy a prepararle el biberón. Mientras terminaba de prepararle el biberón a Mattia volvieron las malditas arcadas por lo que tuve que salir corriendo al baño. Cuando regresé los chicos me miraban con preocupación. -Estoy bien, no se preocupen. -¿Segura? -Sí. Seguro que solo es cansancio. Le doy de comer a Mattia y me acuesto. Le estaba sacando los gases a Mattia cuando mi mente recuerda algo, la foto que encontré en la casa de los Yakuza. -Oigan, quiero mostrarles una foto. Dejé al niño tumbado en el sillón y fui a por la foto. -Miren.-Les enseño la foto y me miran con confusión. -¿Quién es la mujer qué está a nuestro lado.- Dice Ryo. -Sí, ¿y con qué programa editaste la foto? -Primero, no se quien es esa mujer y segundo, no está editada. La foto la encontré en casa de los Yakuza. -¿En la casa de los Yakuza? -Sí, estaba dentro de un álbum de fotos. -¿Había algo más? -Sí, está carta.- Tomé la carta y se la dí. Terminaron de leerla y se miraron entre ellos. -"Para que en el futuro podamos encontrarnos de nuevo con una sonrisa". Repitieron. -Tengo una hipótesis pero no creo que sea posible. -¿Cuál? -Bueno, ¿qué tal que esto fue una carta escrita por ustedes en su vida pasada para la chica que aparece en la foto? -Pues a ver, poder, puede ser posible, pero ¿quién es esta chica?-Pregunta Yun. -Ni idea, pero si te fijas no tiene rasgos asiáticos.-Dice Atid Iba a hablar pero un fuerte ruido en la parte de arriba me interrumpe. -Yun, quédate con Mattia, nosotros vamos a ver,seguro es Ian. Llegamos a la habitación y vemos a Ian tirado en el piso. -¿Qué haces ahí?- Le pregunto con voz tranquila. Me mira y contesta.-Quería ir al baño pero las piernas me fallaron. -¿Por qué no me pediste ayuda? -Porque no quiero molestarte más. Ya has hecho demasiado. -He hecho todo eso porque yo quise, no porque tú me lo pidieras. No es una molestia para mí. Ryo y Atid le ayudaron a levantarse para ir al baño mientras yo cambiaba las sábanas de la cama para que pudiera dormir más fresco. -Venga, acuéstate. -¿Cómo está mi hijo? -Mattia está bien, acabo de darle de comer y ahora lo bañaré antes de acortarlo. -Gracias por cuidar de él. -No es nada. Descansa.-Dije y le di un beso. Volví a la sala donde solo estaba Yun con Mattia. -Voy a bañarlo, ¿me ayudas? -Claro, vamos. Después de hacer todo por fin pude descansar, pero algo rondaba mi cabeza. Mañana lo comprobaría y saldría de dudas. A la mañana siguiente… Me levanté y fui a desayunar. Al llegar a la cocina me encuentro a la Sra.Yei. -Sra.Yei, que sorpresa. ¿Cómo está su hija? -Buenas, hija. Mi niña está mucho mejor, ya le han dado el alta pero tiene que estar en reposo dos semanas más. -Que bueno, me alegro por ella. Por cierto, ¿podría usted hacerme un favor? -Claro hija, para eso estoy. -Muchas gracias. ¿Puede ir a la farmacia y comprarme un test de embarazo? Por favor. Me mira asombrada y asiente.- De acuerdo, ahora vuelvo hija. -Gracias. La Sra.Yei regresó con lo que le pedí. -¿Quieres que te acompañe? -No, muchas gracias. -Vale, de todas formas, si necesitas algo estoy aquí fuera. Asentí y entré al baño. Leí las instrucciones, se supone que debo esperar 5 minutos. Después de que pasara el tiempo iba a darle la vuelta a la prueba pero no me atreví. Salí del baño y me dirigí a la Sra.Yei. -¿Qué salió? -No sé, no me atrevo a darle la vuelta. -¿Puedo verlo? -Sí. Al ver el resultado el rostro le cambia completamente. Le da la vuelta a la prueba y lo veo. POSITIVO. Dos rayas rojas bien marcadas aparecen en el aparato. Estoy embarazada. No me lo puedo creer, voy a ser mamá. -Hija, ¿estás bien? -Si. Solo no sé que hacer. -Primero asimilarlo y después decírselo al padre. -Pero, ¿y si no lo quiere? -Tranquila, puede parecer que no, pero los hermanos son muy responsables. ¿Quién es el padre? -Yun -¿Qué pasó conmigo? No puede ser, porque se tiene que levantar en este momento. -Ven, tenemos que hablar…
Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR