la dura confesión

796 Palabras
Capitulo 6 Pasaron los días y me refugie en mi trabajo, tenia muchos temas pendientes que resolver y utilice mi tiempo y mis energías en darle solución a aquello que tenía algo postergado. Estaba a cargo de una gran gala gastronómica, donde muchas autoridades de la ciudad estaban invitadas, entre ellos el también lo estaba, tenia un alto cargo en una de las empresas de la ciudad y estaba contemplado en la nomina de invitados, puse mucho esmero en que todo saliera bien, y así fue. La gala fue un éxito, pero tal como lo pensé, Alex no apareció. Todos disfrutaron de las delicadas y deliciosas preparaciones presentadas, recibí muchos elogios de parte de nuestros invitados, pero nada me hacia feliz. Pasó el día, terminamos la gala y llego el momento de regresar a casa no puedo negar lo triste que estaba, dentro de mi corazón pensé que llegaría y me daría una sorpresa ese día, pero no fue así.  Me traje algunas de las preparaciones a mi casa, pero era tal mi desencanto que ni hambre tenia, solo quería darme un baño y dormir, así olvidar lo que sentía con tanto pesar. Me di un largo baño, y me puse mi pijama, cuando estaba lista para dormir suena el timbre de mi departamento, yo no esperaba a nadie, el conserje tampoco anuncio la llegada de nadie, pero alguien estaba ahí tocando mi puerta, me puse una bata sobre mi pijama y abrí tímidamente la puerta, mi sorpresa fue tremenda al ver a Alex en mi puerta, como si nada hubiese pasado. Le abrí y lo hice pasar, cuando me fue a saludar puse mi mejilla sobre la de él marcando así un dejo de indiferencia en que el estuviera allí. Algo sorprendida y sin saber que hacer, ni que decir le dije ¿necesitas algo? ¿estas bien? El me respondió que quería hablar conmigo y me pregunto si podía sentarse en mi sillón, asentí con mi cabeza y le pregunté ¿quieres un te? El me respondió que no, que muchas gracias. Su actitud era muy extraña, una mezcla entre pena, vergüenza, rabia, amor (un poco al menos) … suspiro y me dijo tenemos que hablar. Sentí mi cuerpo frio, hasta comencé a tiritar de nervios, no sabia que me diría, pero dentro de mi corazón sabia que no seria algo bueno. El me explicó que estas semanas de ausencia tenían una explicación, yo no podía dejar de pensar que había otra mujer en su vida, pero sus palabras no tenían que ver con eso. Me confesó que lo pasaba muy bien a mi lado, pero que había un sentimiento que pasaba todos los limites del amor que sentía por mí, y ese sentimiento era la desconfianza. Yo seguía sin entender nada de nada, continúe escuchándolo sin interrumpir sus palabras. Me explico que cada vez que no estaba a mi lado venia a su cabeza aquella noche donde frente a sus ojos bese a Gabriel, que no había día que esa maldita escena no pesara en su corazón y que si bien el sentía que yo era la mujer con quien quería formar una familia y con quien soñaba a diario, ese sentimiento de rabia y desconfianza era mas intenso que cualquier otro. En esos momentos mis ojos se llenaban de rabia, de pena, de impotencia. Lo había perdido por un tonto error. Lo miré a los ojos y le pedí disculpas mil y una vez. Le dije lo tonta que me sentía por perderlo, pero él ya había tomado una decisión y no había forma de que la cambiara. Nos abrazamos fuertemente, sentí que mis huesos se entrelazaban con su abrazo ¿era esta nuestra despedida? Nos miramos fijamente y fue inevitable, lo bese hasta cansarme de hacerlo, el no puso resistencia, nos comenzamos a acariciar cada parte de nuestro cuerpo y terminamos amándonos locamente en mi cama. Sentía su respirar y sus besos recorrían cada espacio de mi cuerpo. Nos entregamos por completo. Me sentí más amada que nunca y creí que todo se había solucionado en ese momento. Cuando ya todo paso, el agarro mis manos y me dijo me tengo que ir. ¡¡Yo no entendía nada!! Creía que era una broma, pero no. Esta fue nuestra despedida. Él se vistió, me dio un par de besos más, nos abrazamos fuertemente y se fue. Cuando salió de mi departamento sentí que el mundo se me caía encima. Seguía sin entender como su desconfianza podía ser mas fuerte que todo lo que sentíamos el uno por el otro, pero así fue. Cada uno finalmente tomo su lugar. Yo me enfoque en mi trabajo, mi familia y mis amistades y así paso el tiempo, y no supe mucho más de él.  
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