Damian
No sabia como sentirme, Serena me habia confesado que le interesaba, — joder, casi paso la linea con ella, debo ser más cuidadoso con ella.
En ese momento alguien me abraza por detrás, —adivina quien es!!, en ese momento me suelto.
— Anyela eres tu, digo, — claro cariño acaso esperabas a alguien más!!, yo niego con mi cabeza.
— Te iba a llamar pero te adelantaste, digo algo sorprendido, — bueno me debes una disculpa no crees,
En ese momento la tomo en mis brazos y le doy un beso, cada vez que la besaba pensaba en Serena, —hmmm, se nota que tu también me extrañaste.
— Mi padre hizo unas reservas para cenar los dos hoy, espero que digas que si, **carajo si le digo que no, se complicara todo de nuevo** , pienso.
— Claro, vamos a cenar juntos,
— perfecto entonces nos vemos en la noche a las siete.
Debía terminar rápido con esa cena si quería salir con Serena, quería llevarla a un lugar hermoso, quería estar con ella.
Estaba en el estacionamiento cuando vi al secretario King,
— que haces aqui!!
El saca unas llaves de su bolsillo, — estas son las llaves de su nuevo apartamento, es un regalo por arreglar el compromiso.
Empiezo a reirme, aprieto la llave, — secretario King, llevame a la empresa, ahora!!
Al llegar todos se sorprenden al verme, la oficina de mi padre era enorme, era imponente igual que el.
Al verme entrar se levanta de su escritorio, — que haces aqui!!, yo miro al señor King, — si me necesitan estaré afuera.
Me acerco a él y le lanzo las llaves, —no quiero tu caridad, digo con un tono serio y cruel.
El se sienta y se ríe, — es un regalo porque por fin hiciste algo bien, el señor Ambani, está contento porque su hija no rompió el compromiso.
— Si lo hice fue para mi beneficio y no para el suyo!!, — bien así habla un hombre de negocios, oh y por cierto me comento el señor King que quieres trabajar aquí.
Lo miro en silencio, — no era eso lo que querías tú y mi abuelo, el se levanta de la silla de nuevo,
— se que harás lo necesario para que Lucas no sea el nuevo CEO.
—Exacto y no perderé contra el, asi que dejame en paz y dejame manejar las cosas a mi modo, mi padre sonrie.
— Esta bien, dejare que te hagas cargo, por cierto tu madre quiere que vuelvas a casa, — lo pensare, ahora com permiso tengo una cita con Anyela.
Estaba en mi auto, les doy unos golpes al manubrio,
— mierd*,mierd*, odio todo esto, agh, en ese momento enciendo mi auto y voy en busca de Anyela.
Al llegar salimos del auto, le paso las llaves al balet, abri mis ojos como platos al darme cuenta cual restaurante era,
— creo que deberíamos ir a otro lugar, digo.
— Porque ademas este restaurante es muy exclusivo, no tuve mas remedio que entrar, habian algunos paparazzi que nos tomaron fotos.
Al entrar nos llevan al lugar mas exclusivo y VIP del restaurante, — dios!! este lugar es hermoso, dice Anyela emocionada.
Empiezo a mirar y ahí estaba Serena atendiendo unas mesas, **que estupido no me fije antes del maldito nombre del restaurante**, pienso.
— Damian, estas bien, pregunta Anyela, — si solo estoy un poco cansado es todo, ella me tomó de la mano.
— Tranquilo cuando salgamos, te llevare a tu lugar favorito, dice con picardia.
Estaba aliviado porque nos atendió un hombre, que no le quitaba los ojos a Anyela, no me importaba yo solo tenía ojos para Serena, no quería que me viera con Anyela.
Serena
— Uff hoy hay mucha gente en el restaurante, dice Clara,
— si es viernes, esperemos que no salgamos tan tarde, digo con la esperanza de ver a Damian.
— Señorita Smith lleve estos platos para la mesa VIP, Emilio está ocupado con otros clientes, yo asiento.
Cada vez que me acercaba a la mesa y llevaba el carrito, mi corazon empezo a latir a mil por hora, un escalofrío recorrió mi columna.
No podía creer lo que veía en ese momento, a los que tenía que llevar la cena era nada más y nada menos que a Damian y Anyela, los dos se estaban besando en ese momento, yo apreté mis manos en el carrito.
Quería salir corriendo pero no podía hacerlo, al llegar a la mesa aclaro mi garganta, — disculpen buenas noches, aqui esta su orden.
Damian al verme se queda en shock al igual que yo, — oh por dios, fotógrafa que también eres mesera, no puedo creerlo, eres multitareas!!.
Colocó los platos en la mesa, en silencio, Damian no me quitaba la mirada, — si necesitan algo por favor avisenme,
Antes de irme Anyela me llama, — disculpa mesera será que nos puedes traer una botella de su mejor vino, es que estamos celebrando.
Yo aprieto mis manos antes de voltear, — claro que sí señorita, de Inmediato lo traigo.
—Dios Serena, estas palida, todo esta bien, dice Clara preocupada, — no te preocupes estoy bien, en ese momento tomo el vino.
— Emilio en tu mesa necesitan este vino, en ese momento viene nuestro jefe, — Serena, ahora tu te encargas de esa mesa, la señorita Ambani te pidio a ti.
Quería decir que no de inmediato pero no podía negarme, aprieto la botella, — vamos apurate lleva esa botella, yo asiento.
Al volver a la mesa, sentía como Damián me miraba pero yo lo ignoraba lo más posible, — que linda, por favor me puedes servirlo, dice Anyela.
—Cariño ya que estamos celebrando nuestro compromiso, debemos definir la fecha de nuestro matrimonio.
Abri el vino, cogí una de las copas, pero la dejó caer al escuchar las palabras de Anyela,
Al caer la copa todos voltean a vernos, miraba a todos lados, Damian se levanta de la mesa,
— mil disculpas, recogeré esto y traeré otra copa nueva.
— Ay que torpe eres ten mas cuidado por favor, recoge eso de inmediato, dice Anyela.
Me agacho a recoger la copa, pero me corto un poco la mano, Damián se acerca a mi para ayudarme, — dejame ayudarte, toma mi mano pero yo me suelto de su agarra con fuerza.
Ni Siquiera lo miro, no era capaz de verlo, apretaba mi mano con fuerza,
—Gracias señor, disculpe ya vuelvo, al volver a la cocina, voto los cristales, entro al baño para lavar mi mano, empiezo a temblar y a llorar.
No podía creer lo que había escuchado, hace unas horas atrás le había confesado a Damián que me gustaba y ahora estaba comprometido.
Miro al espejo, —que mentiroso, ir despacio, claro lo único que buscaba era acostarse conmigo,
Me puse una venda y seguí con mi trabajo, atendía las otras mesas, no me volvieron a llamar a la mesa VIP, después de ese accidente.
Cada vez que volvía a la cocina miraba el reloj, el tiempo pasaba lento, para mi desgracia debía volver por última vez a la mesa.
— Señorita nos gustaría la cuenta, dice Damian, yo asiento, al entregarles la factura el mira mi mano vendada.
Anyela me mira, —ten más cuidado para la próxima!, veo a lo lejos como los dos se levantan de la mesa y salen juntos, yo miro al piso era un golpe de la realidad que debía afrontar.