Mi pequeño veneno

Prólogo

¿Qué sucede cuando juntas fuego con fuego? Sin duda, provocarás un gran incendio. Y si mezclas veneno con veneno, es inevitable que termines contaminado. Esto es precisamente lo que ocurre cuando Cristina y Malcolm se unen. Son tan similares en su manera de ser que no les importa cuánto pueden llegar a lastimarse. Ambos cargan consigo espinas y fantasmas que los atormentan día tras día. Solo desean una cosa, aquello que sus almas anhelan y necesitan, pero saben que ninguno de los dos jamás lo entregará: el amor.

Ellos solo conocen el deseo, se dejan llevar por sus instintos más primitivos. No desean compromisos y desconocen por completo la palabra "responsabilidad". Lo que comenzó como un juego con el paso de los años se convirtió en una enfermedad inevitable que se infiltró hasta lo más profundo de su ser. Los resultados fueron los menos esperados, las consecuencias que nunca creyeron posibles. No había vuelta atrás.

Él fue abandonado, dejado a su suerte.

Ella siempre se sintió sola, como si llevara una carga insoportable.

Él era todo lo que ella jamás deseó, una presencia que alteró su mundo.

Ella hizo todo lo que quiso, sin importar las consecuencias.

Ella es veneno, un ser tóxico y peligroso. Y él, también es veneno, un igual en su capacidad para herir.

Juntos solo se enferman aún más, como si su unión fuera una fuente de toxicidad incontrolable. Ninguno de ellos puede frenar esta maldita obsesión que los consume. Ninguno de los dos es capaz de detener la tormenta que amenaza con destruirlos por completo.