Don de Amor

11.

En realidad, ya no lo deseaba. Me aterraba. Quería decirle: "Por favor no menciones su nombre…"

Matías ha debido malinterpretarme porque continuaba hablando.

—Me contó que este era su lugar especial. ÉL no quería causarte problemas, te protegía, pero en la escuela, un par de tus compañeros, recuerdas a Nacho y Hugo y todo su grupito lo tenían fichado. Era cuestión de tiempo para que se vengaran de todas las humillaciones que les hizo pasar, se lo dije, pero no me escuchaba, aunque ellos se lo buscaban, uno de mi curso les pasó el chisme de que tú y él eran más que amigos, Emil se puso como loco y fue a darles la cara. No iba a permitirlo, pero esos desgraciados… le chantajeaban. Le dije que te lo tenía que contar, pero él enseguida me hizo prometerlo que jamás de los jamases te iba a contar. Si hubiera adivinado lo que le iban a hacer te juro que yo mismo les habría...

Mi mirada ha debido asustarle y se detuvo.

—Continúa por favor... —mis palabras sonaron agonizantes, pero él lo hizo.

—La noche del baile lo citaron con un engaño. Le dijeron que tenían fotos de ustedes dos besándose y que te expondrían en las pantallas, en medio del baile y quería impedirlo tenía que ir al sector 10, le dije que no fuera solo que me esperara, no tardaría mucho en darle alcance, pero no quería escucharme. Luego de una hora me mandó un mensaje. Me dijo que le habían forzado a… y que le habían sacado fotos. Y le amenazaban con mandártelas, tenía que entregarse… Se negó y logró huir. Estaba seguro que te las habían mandado las fotos, y fue hasta la fiesta para explicarte, estaba desesperado, y ahí le encontré, pero él me ignoró, al punto de que envés de hablarme seguía escribiéndome en el chat. Se veía mal, mi error fue creer que se encontraría contigo después y lo dejé ahí, solo. Es mi culpa.

Cuando llegué a mi casa leí sus mensajes. Le pregunté qué había pasado, pero él no me respondía.

“Besó a Paty. La besó enfrente de mí. Está claro que lo sabe” “No responde ninguno de mis mensajes” “Max me ha abandonado… no puedo vivir sin él. No lo resisto”

Nunca lo vi deprimido, así que supe que necesitaba de mí, salí para su casa, pero la llanta del auto se pinchó… una desgracia.

Cuando Matías me dejó en la puerta de casa, me quedé absorto un largo tiempo en el mismo lugar. Todo carecía de sentido. Lo que me había contado, y todo cuanto me rodeaba, parecía que estaba sumergido en una pesadilla. Esa no podía ser la realidad. Quería despertar.

Entré a casa cuando vi que amanecía. Mis padres estaban preocupados por mi ausencia. Pero en ese tiempo había aprendido a actuar y actué. Les inventé una mentira y me creyeron. Necesitaba encontrar mi celular.

Cuando lo tuve en mis manos. Las lágrimas corrían por mis mejillas. Lo encendí y lo encontré tal y como lo había dejado. Nadie lo había tocado. Y deseé que lo hubieran hecho para no descubrir lo que me tenía reservado.

Fui leyendo mensaje tras mensaje. Confirmando la historia de Matías. Hugo y Nacho lo habían hecho, usando una cuenta falsa me habían mandado tres fotos en las que lo humillaban y lo sometían. Lloré de impotencia.

Luego leí los mensajes de Emil. En todos me suplicaba que le contestara, que le perdonara, que me amaba solamente a mí. Y luego el infierno.

“La besaste, la besaste ¿es tu forma de decirme que se acabó? No lo resisto, me duele… aunque sé que lo he causado yo… te he fallado, pero te amo"

"Ya entendí que no me perdonarás, pero yo te amo, te amo y no lo resisto"

"¿No me contestarás? Al menos dime que me odias. Insúltame, golpéame, pero no me abandones…"

Quise morirme, maldita sea.

Si tan solo en esa maldita fiesta hubiera leído uno de los miles de mensajes… pero no, preferí hacerlo sencillo y dejarlo para luego. Emil se había quitado la vida mientras yo ignoraba todo lo estaba pasando por mi egoísmo, y cobardía. Y de igual forma era mi culpa. Jamás miré más allá de mis problemas. Mientras que él, por mí, soportó el tormento. No hay día en que no sienta su ausencia. Emil, Emil… te lloro, mi amor.