Sentados en la mesa, envueltos en una atmósfera de serenidad, Laura y Antonio se disponían a deleitarse con las apetitosas ensaladas César servidas en prácticos recipientes. Para Laura, era un momento significativo, ya que no recordaba la última vez que se sentó a una mesa para comer de manera adecuada. Durante años, había sobrevivido con comidas improvisadas en el suelo o simplemente fumaba cigarrillos para engañar al hambre, ya que se le exigía estar delgada para complacer a Vladik. —Tenía años que no veía un plato así tan bonito doctor. Y como le dije se ve muy sabrosa— comentó Laura con entusiasmo al ver su plato. Seguidamente, Antonio asintió con una sonrisa y respondió: —Sí, lo son. Siempre procuro comprar en los mismos lugares. No me gusta probar en distintos sitios. Ensegui

