El reverendo Josh sostuvo su mirada compasiva y con voz serena respondió: —A lo mejor alguien la ayudó después que se escapó siervo Antonio. Pero sé que ella por lo menos luchó, que hizo lo imposible por escapar de las garras de aquellos monstruos. Ahora, nos toca a nosotros ayudarla y protegerla, hacer todo lo que esté a nuestro alcance para que pueda encontrar la paz y la seguridad que merece. El corazón de Antonio latía desbocado, su pulso resonaba en sus oídos mientras sus ojos se encontraban con la mirada decidida del reverendo. Pero fue la voz inquietante del investigador Devon la que añadió más leña al fuego de sus emociones: —Ah, y… hay algo más, resulta que ese tal Voris o como demonios se llame, cuando se topó nuevamente con Laura por cosas del destino quiso usarla de nuevo. Y

