Una hora antes… El vehículo de Antonio se desplazaba camino hacia la iglesia. En el asiento trasero, Devon Johnson mantenía su mirada fija en Laura, cuya actitud extraña estaba llena de enigmas por descubrir. La joven, sentada en el asiento del copiloto, llevaba un exquisito pañuelo de seda que envolvía su cabeza y cuello de manera elegante, ocultando cualquier rastro de su identidad. Sus gafas de sol oscurecían su mirada, añadiendo un halo de misterio a su presencia. En ese instante, un pensamiento fugaz cruzó la mente de Devon mientras contemplaba la escena desde su asiento trasero. Con una mezcla de admiración y curiosidad, Devon se sumergió en su reflexión interior, fascinado por la incomparable complicidad y complicaciones que acechaban a esta singular pareja. Entonces, estando ahí

