— Con Duna, cuando te le acercaste de esa manera, sentí que el corazón se me iba a salir por la boca.
— Jajajaja, eres un tonto. Pero bueno, yo voy incluida, así que eso cuenta en el paquete.
— Ay Dios, Hannah, eres tan especial.
Matteo hacía que las cosas se me olvidaran rápido. Supongo que esto es amor puro.
— Me gustaría ir a un parque de atracciones este fin de semana.
— Muy bien, iremos. Todo lo que mi esposa desee será ley.
— Mmm, suena tentadora la oferta... Matteo, quiero un anillo de diamantes.
— Bueno... Casi todo lo que mi esposa desee será ley.
— Qué rápido cambias de opinión, eso no me gusta.
— Solamente que asalte un banco te podría comprar un anillo de diamantes. ¿Acaso deseas eso?
— Mmm, déjame pensarlo.
Coloqué mi dedo en mi labio para ponerme pensativa. Entonce
