Una treta

3298 Palabras
A veces la vida puede resultar extraña, no siempre sucede lo que se espera y eso puede ser entretenido mientras que tu vida no se vuelque en el desastre. Y eso era exactamente lo que ella sentía, su familia siempre había sido un desastre, estaba segura de que no podía cambiarla, ese hecho lo había superado hace ya bastante tiempo, pero últimamente todas las cosas que parecían tener un orden en su vida regular estaban desencajando de un modo bastante drástico. Aquella noche era una prueba de esa justa resolución, hace dos semanas atrás ella había pensado que su vida estaba totalmente resuelta, que las cosas ya no serían tan impredecibles y allí estaba la vida dándole una cacheta en pleno rostro sin mostrar misericordia. Era mejor que se ajustara pronto. Lena iba en el auto de Ale rumbo a su casa, era media noche y ambas estaban bebidas lo que resultaba en una irresponsabilidad, pero ambas habían tenido demasiado miedo de pedir un taxi para dos mujeres solas en la madrugada. Incluso con el alcohol, era más seguro para ellas ir en su propio auto y eso resultaba triste, alarmante. Solo esperaba que su pudieran llegar sanas y salvas sin que la policía las detuviera. Unos minutos más tarde su amiga se estacionaba en su puesto, ambas se bajaron rápidamente y subieron al departamento donde Ale vivía. -Muy bien, ya estamos aquí- dijo su amiga cerrando la puerta con un suspiro -es momento del dulce de media noche. La verdad es que tengo hambre. -Yo también- coincidió ella riendo -esa cena no fue suficiente, ni siquiera un poco. -Sobre todo luego de una ingesta de alcohol tan grande- agregó Ale riendo -pero creo que ambas lo necesitábamos. -Tienes muchísima razón- aceptó ella. -Bien, vamos a preparar algo y así puedes empezar a hablar- dijo Ale dirigiéndose a la cocina. -Yo no soy la única que tiene cosas que explicar- aventuró ella mirando a su amiga -no es como que no hubiera notado tu rostro esta noche, algo pasaba Ale. -Pues tendríamos la misma expresión- atacó Ale con una media sonrisa -pero tú la llevabas desde mucho antes. -Sí, eso no puedo negarlo- admitió ella finalmente. -¿Qué sucede Lena?- Preguntó Ale con preocupación mientras sacaba los ingredientes para hacer sándwiches de su nevera. -La noche… de mi compromiso- comenzó ella ayudando con la comida sin ver a Alejandra a los ojos -Daniel y yo nos fuimos juntos, eso ya lo sabes, al llegar a mi departamento yo me despedí como todos los días, en el estacionamiento, pero él insinuó que quería subir conmigo. Ellas tomaron su comida ya lista y se dirigieron al sofá de la sala para recostarse allí, siempre habían comido medio tiradas en el lugar. -¿Sucedió algo malo?- Inquirió Ale luciendo algo horrorizada. -Nada de lo que te imaginas- aseguró ella antes de que su amiga amenazara con llamar a la policía -él subió conmigo y entre tragos comenzamos a besarnos. Le dije que fuéramos a la habitación porque todo me estaba gustando. Estaba bien con lo que sucedía, y sabes que eso no me sucede mucho. Una vez allí fue que todo se descontroló, las caricias se volvieron rápidas, apresuradas, no lo sé, pero tuve que levantarme, no pude quedarme allí. -¿Y él se molestó? ¿Qué te dijo? -Tuve que ser sincera, era algo muy importante como para mentirle aunque fuera incómodo- siguió ella -y él no se lo tomó exactamente bien. Al inicio me culpó, pero luego creo que solo se sintió mal, no sé si lo herí, pero eso es lo más probable. Al final él solo dijo que sería mejor que se fuera y me quedé sola. No ha querido hablar conmigo desde esa noche, ha estado evitándome y ya no sé qué hacer. Siento que mi inexperiencia se ha vuelto un problema. -Los hombres a veces pueden ser bastante obtusos Lena, pero eso no es excusa- se quejó Ale sin juzgar -y ahora no puedes culparte por algo que forma parte de tu forma de ser, no es tu culpa que él no pudiera afrontar la verdad con la mente abierta, así que no lo digas de nuevo, ¿te sentiste mal con las cosas que te dijo? -No, sentí que solo quería defenderse de la verdad de la situación- explicó ella -fue incómodo Ale. Hace unas semanas pensaba que todo era perfecto entre nosotros y ahora sucede esto. -Por eso estabas tan rara esta noche- concluyó Ale. -No solo por eso- admitió ella -eso solo era una parte. -¿Qué más pasó? -Ese hombre, Alonso Navarro- explicó ella -fue él lo que pasó. -¿Qué tiene él?- Preguntó Alejandra luciendo confundida. -No puedo explicarlo, pero es la persona más atrayente que he conocido alguna vez- dijo Lena algo avergonzada -y sé que no debería decirlo estando comprometida, pero te juro Ale que un solo toque de su mano o tenerlo cerca fue suficiente para excitarme más de lo que nunca he estado al experimentar con un hombre totalmente desnuda. Lo que es una locura, no pude alejarme de él. -¿Te gusta?- Preguntó Ale riendo a carcajadas -eres una atrevida Lena Reyes, ¿quieres matar a tu abuelo? -Tuve mucho tiempo para pensar en eso en la cena de hoy- musitó ella seria. -Daniel estuvo encima de ti todo el tiempo cuando tu abuelo hacía las presentaciones- dijo Ale con una sonrisa conocedora -ahora entiendo la razón. -Y no fue divertido- comentó ella -sobre todo luego de dos semanas de evitarme como la peste. Todavía necesitamos hablar e incluso ahora sigo sin recibir siquiera un mensaje. -Lo siento, Lena- se lamentó Ale abrazándola -estoy segura de que recapacitará, una de las ventajas de Daniel es que es capaz. Al menos eso creo. Ellas dejaron sus platos vacíos en la mesita de café frente al mueble antes de acomodarse para seguir hablando. -¿Qué harás con Navarro? -No tengo la menor idea- se lamentó ella -me lo encontré antes de ir al baño en la cena y él me aseguró que nos veríamos de nuevo incluso luego de haber conocido a Daniel. Y quise que eso fuera verdad. ¡Por favor, soy una persona horrible! -Claro que no, ni siquiera lo digas. Pareciera como si te tuviera en la mira- comentó Ale -pero ten cuidado, no lo conocemos y no sabemos lo que quiere realmente, a lo mejor quiere hacer un escándalo contigo que ayude en la publicidad de su compañía. No lo sé, pero no creo que se pueda confiar rápidamente. -¿Cuándo lo he hecho?- Preguntó ella con sorna y una sonrisa. -Eso es muy cierto. -Ahora es tu turno de hablar, cariño- dijo ella haciendo énfasis en el apelativo solo para burlarse de Ale. -Bien- aceptó su amiga riendo -el socio de tu Navarro, es el hombre que nos conseguimos en el restaurante al que fuimos a comer hace unos días. -¿El raro que nos hizo preguntas personales?- Preguntó ella recordando. -El mismo- dijo Ale -lo recuerdo bastante bien porque me parecía guapo. -¿Te gusta?- Lanzó ella con una sonrisa. -Te dije que me lo llevaría a la cama sin problemas- admitió Ale riendo -pero ahora que sé quién es, no estoy segura de que aquello fuera una coincidencia. -¿Crees que nos estaba siguiendo? -A lo mejor, no lo sé- dijo Ale con una mueca -pero lo mínimo que puedo hacer es sospechar. -No creo que ese hombre te estuviera viendo como lo hizo, solo por conveniencia- comentó ella segura. -Esta noche me miraba como si quisiera devorarme y ponerme a sus pies- explicó su amiga viendo al vacío -fue extraño y excitante al mismo tiempo, su mirada fue incluso más intensa que la vez anterior, pero tú y yo sabemos que los mentirosos pueden hacer que creas lo que ellos quieran. -Tal vez solo se siente atraído por ti- dijo ella mirando a su amiga -puede ser tan simple como eso. -¿Quién no lo haría?- Dijo Ale riendo con ella -soy una bomba. De todas formas, creo que primero haré investigaciones, solo para estar seguras. -Claro que lo eres y te apoyo. Ellas rieron un rato largo burlándose de las experiencias de esa noche hasta que parecía que no había mucho que decir. -¿Te imaginas la cara de tu abuelo si llegara a enterarse de que Navarro te busca? Y lo peor, que tú le sigues el juego. -Creo que sería capaz de usarlo a su favor- dijo ella molesta por esa verdad -mi abuelo solo considera lo que es bueno para su amada compañía, incluso nosotros que somos su familia estamos por debajo. -Será mejor que no se entere- concluyó Ale con una sonrisa conocedora. -Concuerdo. -¿Y qué harás con Daniel?- Preguntó Ale luciendo cansada. -Creo que después de esta noche él será quien vaya a hablarme- dijo ella -a ningún hombre le gusta que amenacen su territorio, por muy machista que eso suene. Lo noté esta noche y no me importa mientras eso sirva a mis propósitos, al menos no me molesta mucho. -Yo estaría muy molesta- se quejó Ale. -Y yo lo estoy- admitió ella -una cosa que te puedo asegurar es que no le será fácil, no después de evitarme durante tanto tiempo. -Así se habla, cariño- apoyó Ale riendo. -Ahora es momento de que nos acostemos, cariño- dijo ella levantándose. Se dirigieron juntas a la habitación. A pesar de que el departamento de Ale tenía una habitación de invitados ella nuca se quedaba allí, siempre compartían la habitación porque al estar acompañadas preferían dormir de esa forma. Se tumbaron en la cama y ambas precedieron a dormir. Los pensamientos de Lena se acumulaban en su mente como una montaña repasando todas las situaciones de aquella noche, no quería admitir que esperaba que las últimas palabras de Alonso Navarro se hicieran realidad, realmente lo quería. Comenzaba a preguntarse lo que sucedería con ella y Daniel y que tan desastroso sería para su familia. ***************************************************************************** Aceptar las malas decisiones y sobrellevarlas también era un logro. Alonso estaba seguro de que perseguir a Lena Reyes sería uno de los errores más grandes que llegaría a cometer en mucho tiempo, pero no por eso podía dejar de pensar en ella. La mujer había capturado su atención desde antes de conocer su nombre y no estaba seguro de que incluso después de saberlo la reacción hubiera sido distinta. Era incapaz de dejar de pensar en ella, se había acostado pensando en ella y se había despertado de la misma forma. Su sonrisa, su piel, sus ojos, se sobreponían en su mente sin dejarlo descansar. Le había dicho que se volverían a encontrar y pretendía cumplir esas palabras. Su familia era un problema, pero no uno demasiado grande. El obstáculo más inmediato parecía ser el prometido. Se había sorprendido al saber que ella tenía un prometido, su forma coqueta y su rubor le habían hecho pensar que estaba soltera, pero le importaba poco que ella tuviera una relación. Se negaba al engaño, jamás haría lo que su padre había hecho, pero podía quitar al prometido del medio con facilidad. Luego de eso, su camino estaría totalmente libre a ella y esa idea lo tenía extasiado. -Navarro, mi nuevo socio anunciado al mundo- dijo Benjamin entrando a su oficina como siempre lo hacía -¿ya viste las noticias sobre nosotros? -Todavía no he tenido tiempo de hacerlo- se excusó él. -¿Y en qué has estado ocupando tu preciado tiempo?- Preguntó Benjamin con una media sonrisa. -En Lena Reyes- admitió él con simplicidad. -Lo sabía- dijo Benjamin riendo -¿para qué me llamaste a tu oficina con tanta premura este día? Esto es extraño, aunque empiezo a captar el sentido. -Necesito tu ayuda- pidió él serio. -¿Qué quieres que haga? -Necesito que el prometido desaparezca- explicó él sentándose frente a Benjamin. -Déjame revisar mis conexiones con la mafia- se burló su amigo -¿muerto o solo un pequeño susto? -Lo digo en serio Benjamin- se quejó él. -Y lo entiendo, pero a menos que tengas un plan no creo que pueda hacer demasiado- dijo su socio con detalle. -Oh, pero es que sí lo tengo- explicó él. -Bien, vamos mejorando- comentó Benjamin -¿qué es lo que tengo que hacer? -Lo primero es conseguir acceso a las cámaras de seguridad de la oficina del hombre- explicó él -lo estuve investigando y resulta que él es el jefe del departamento legal de Tecnologías Reyes, de eso puedes encargarte con facilidad. Lo segundo es un poco más complicado. -¿Qué quieres hacer? -Necesito saber si la secretaria aceptaría un soborno- continuó él -ya sabes, algunos toques suaves que lo hagan ver comprometedor. -Y así tendrías el video y bastaría publicarlo para hacerlo desaparecer del plano, ¿no?- Concluyó Benjamin. -Y adiós prometido- aceptó él. -No creo que sea tan sencillo, Alonso- dijo su amigo -el viejo Doménico hablaba de él con mucho orgullo, este Daniel debe haberse ganado la confianza hombre. No creo que ese video borre todo lo que logró. -Pero manchar la reputación de la compañía por un comportamiento idiota sí lo hará- dijo él -si algo sabemos del viejo es que lo más importante es su empresa y en este momento delicado necesita de la imagen. Es por esa razón que toda la familia estaba con él en la cena de anoche. Si el video se hace viral no podrá apoyar al hombre que engañó a su nieta. -Estamos hablando de arriesgar el trabajo de un hombre por una mujer- dijo Benjamin dudoso -¿estás seguro de que eso está bien? -¿Lo harás o no? Benjamin asintió y luego se levantó para irse de la oficina. Unas horas más tarde, sentado en la cocina de su casa recibió la llamada que tenía todo el día esperando. “-Tengo buenas y malas noticias- anunció Benjamin en la llamada -lo de las cámaras será fácil aunque te costará, lo de la secretaria será más difícil de lo que pensé”. “-¿Por qué?- Fue todo lo que él preguntó”. “-Ella quiere una suma bastante alta, para comenzar- explicó Benjamin -además, también exigió un nuevo trabajo con una muy buena paga y un horario flexible. No quiere seguir trabajando para el hombre luego de hacer lo que se necesita, no sería extraño”. “-Dile que tendrá lo que quiera- terminó él”. “-Bien- aceptó Benjamin -mañana en la noche tienes que ver las cámaras de seguridad, tendrás acceso a ellas, graba lo que necesites. Ella se presentará en tu oficina mañana en la tarde por el dinero y el nuevo trabajo”. “-Estaré esperando- terminó él -gracias”. “-Espero que valga la pena”. Y con esas palabras su amigo colgó la llamada. Él terminó su copa antes de irse a dormir. La mañana siguiente se levantó algo ansioso, se vistió y se dirigió a la oficina. Se ocupó en su trabajo como siempre lo hacía hasta que la llamada de su secretaria le anunció que la señorita Sofía Fernández se encontraba esperando por su entrevista en la sala de afuera. Él la hizo pasar. -Un placer señorita Fernández- ofreció él antes de invitarla a sentarse -¿quiere algo de beber o prefiere que vayamos al grano? -Vayamos al grano- convino ella mirándolo atentamente -quiero el dinero por adelantado, y haré lo que me pide. Quiero un contrato que me asegure que trabajaré aquí después de este día, también. -Aquí tengo su dinero- dijo él sacando el sobre de uno de los cajones de su escritorio -y el contrato será redactado si quiere esperar antes de firmarlo. La mujer lucía nerviosa aunque decidida mientras tomaba el dinero. -Muy bien- dijo ella cuando ya había guardado el sobre. Unos minutos más tarde llegaba el documento a su oficina. -Puede leerlo antes de firmar si lo desea- ofreció él -considero que fui considerado con el sueldo y su horario tal y como pidió. Ella asintió antes de leer el papel en sus manos. Luego de leer al menos tres veces él observó como la mujer tomaba el lapicero que él le ofrecía y firmaba. Ella se retiró entonces con una copia. Las horas que siguieron a eso fueron algo estresantes, él no pudo concentrarse en su trabajo por lo que buscó una botella que tenía oculta en su escritorio, unas noches antes la había usado con Benjamin en esa misma oficina para celebrar, se sirvió un vaso y se dedicó a observar las imágenes de la pantalla de seguridad en su monitor. Lena apareció en varias ocasiones y él se fijó en ella con deseo. A medida que las horas transcurrían la ansiedad fue creciendo en su pecho, esperando por que todo sucediera. A las siete cuando ya la oficina había quedado vacía fue cuando vio a Sofía acercarse a Daniel, este la invitó a pasar con una sonrisa. Ellos comenzaron a hablar mientras él los observaba atentamente, unos minutos de conversación pasaron hasta que ella tocó la mano de su jefe sin soltarla, él grababa todo lo que estaba pasando. Se acercó a él de forma comprometedora tal y como estaba pactado, era perfecto. Él sabía que ella se retiraría en cualquier momento, el video estaba listo, sin audio y sin la mejor calidad debido a las cámaras, pero sería suficiente. Ella hizo el amago de retirarse entonces, pero justo antes de que detuviera la grabación Daniel la tomó del brazo y comenzó a besarla, él miraba asombrado lo que sucedía. Besos fueron dados, la ropa salió de escena, sin creerlo de pronto miraba a dos personas en medio del sexo. Él sostenía a Sofía contra su escritorio mientras la penetraba con fuerza, ella echaba su cabeza hacia atrás con placer. La grabación siguió hasta que ellos terminaron y él se retiró rápidamente. Ella se quedó allí unos momentos más, la vio enviar un mensaje que le llegó unos segundos después. Le pedía que censurara su rostro antes de hacer algo con el video. Él se tomó la molestia de hacerlo aunque lo había pensado incluso antes de que ella se lo pidiera. Con el video listo, dejó el vaso en su escritorio y se dirigió a su auto. Condujo hasta un cibercafé lo suficientemente lejano de su oficina, desde una cuenta falsa subió el video listo para enviarlo. Dudó unos segundos antes de enviar aquel video a Twitter aunque finalmente lo hizo. Se dirigió entonces a su departamento con el celular apagado, no deseaba tener ningún tipo de información sobre lo que ocurría en internet hasta el día siguiente. Con un extraño malestar en el pecho se duchó, comió y luego se quedó en su sala para disfrutar de un nuevo trago. Estuvo pensando entonces en los encuentros que pronto tendría con Lena. Su mente vagó en esos pensamientos durante largo rato hasta que el cansancio hizo mella en su cuerpo por lo que se acostó. Aquella noche no pudo dormir, las horas pasaron lentamente mientras su mente estaba demasiado activa para poder relajarse un segundo y descansar. Con un suspiro tomó el celular que había dejado en su mesita de noche y lo encendió, las notificaciones le llegaban incansablemente. Pero él solo se fijó en un mensaje privado que le había enviado Benjamin a su cuenta de Twitter personal. Allí estaba el video de Daniel, millones de personas lo habían visto, compartido y retuiteado, eso adjunto con un mensaje de Benjamin. “Espero que haya valido la pena, porque lo lograste”. Esperaba que así fuera.
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