CAPITULO 2

771 Palabras
Luego de que terminara mi primera clase, estaba en mi cuarto tratando de idear un plan para conseguir información sobre mi hermano, cuando un golpeteo incesante llamo mi atención. ¿¡QUE MIERDA ES ÉSE RUIDO!? Al salir de la habitación me encontré con una chica rubia, de cabello corto ,sentada en unos de los sillones de cuero de la pequeña sala, Está llevaba un vestido n***o de tirantes ceñido que dejaba ver su esbelta y bien proporcionada figura, unas botas de tacón a juego y un pequeño collar dorado con la inicial L colgada en el. Al parecer está estaba muy concentrada peleando, ¿Con un libro? Como para percatarse de mi preciosa. -¿Eres Laila?-Fue lo primero que se me vino a la mente para llamar su atención. La chica que tenía su atención puesta en el pequeño libro de tapa roja, alzó la vista y sus impresionantes ojos morados ,viajaron por todo mi cuerpo ,observando me minuciosamente. -Si, soy yo-Contestó con cierta arrogancia.-¿Y tu quien eres?.-Preguntó Haciendo el libro a un lado. Claramente la persona más cuerda de la sala. -Astéri, tu compañera de habitación.-Fue lo que me limité a decir. -¿Astéri....?-Laila hizo un ademán con la mano para indicarme que siguiera hablando. -Edevane-Finalice. -¡Ah!-Laila exclamó con sorpresa.-¿Tu no eres la hermana del chico que se volvió loco y escapó al séptimo reino? Espero que no estés tan loca como el...-Interrogó la rubia con todo el descaro del mundo. ¡Por el dios obscuro! ¿Y esta quien rayos se cree que es? -Mi hermano no se volvió loco.-Escupo con odio. -Laila enmarcó una ceja y sonrió.-¿Entonces porque todos en la academia apuestan que en menos de 3 meses terminas igual que tu hermano? De apoco la ira se iba a apoderando de mí, sentía como mi mandíbula, brazos y piernas se tensaban, mis ojos negros emanaban un brillo peligroso. Yo sabía que todo el mundo comentaba cosas a mis espaldas, pero nadie nunca fue tan descarado de decirlas en mi propia cara. -Pues adivina que-Di un paso al frente para quedar a la misma altura que Laila-a mi me vale la misma cantidad de neuronas que tu tienes en la cabeza , las cosas que comentan los demás acerca de mi o de mi hermano. -¿Las misma cantidad de neuronas que tengo?-Preguntó con cierta incredulidad. -Cero, osea que me vale nada. -¿Oye y tu quien demonios te crees que eres para decirme esas cosas?. -Puedo ser tu peor pesadilla así que no me provoques.-Amenace, para luego marcharme a paso firme de la habitación. Bajé por las enormes escaleras directo al primer piso de la academia, salí por la puerta principal casi corriendo en dirección hacia el gran bosque de árboles fríos y sin vida, en el trayecto Creo que chocó con más de un estudiante, Al perderme en la profunda penumbra del bosque, solté una gran bocanada de aire que no sabía que estaba conteniendo. El tema de mi hermano me afectaba más de lo que me gustaría admitir. -¡Mierda! ¡Mierda! ¡Mierda!-empecé a gritar cuando de mis manos emanó una luz rosada, que salió disparada sin previo aviso, contra unos árboles haciéndolos convertirse en cenizas. -Tendrías que aprender a controlar tus impulsos o algún día vas a matar a alguien.-Escuché decir a lo lejos. Todos mis sentidos se pusieron en alerta, empece a observar a mi alrededor ,solo lograba divisar árboles y una débil neblina, por un momento creí que realmente me estaba volviendo loca, cuando de repente un chico alto, de cabello n***o y unos intimidantes ojos rojos se hizo visible a los míos. -¿Quien eres?-Pregunté tratando de verme intimidante. -El chico formó una media sonrisa; pasándose una mano por su revoltoso cabello obscuro, empezó a negar con la cabeza-Sigues siendo la misma, no as cambiado en nada Astéri. -¿De donde sabes mi nombre?-Pregunté extrañada alejándose lentamente de el. -Se muchas más cosas de ti ,de lo que tu te puedes imaginar.-Afirmo acercándose peligrosamente hacía mi dándo me una media sonrisa. Examine detenidamente al chico que me observaba, con un brillo de diversión en sus ojos, llevaba puesta una camisa de manga larga negra y unos jeans oscuros entallados, dejaban ver perfectamente su cuerpo musculoso, en sus largos dedos llevaba puesto un anillo que reconocí de inmediato, era el logo de la familia real. -Abrí los ojos lo más que pudo de la impresión, al chico darse cuenta de este acto soltó con diversión.-¿Ya me recuerdas Ash? -¿¡BALDERICK!?
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