Hora de desayunar!!!! Nos paramos en un sitio tranquilo a tomar un café y calentar el cuerpo y el corazón y comer algo para llenar también el estómago y los recuerdos.
Si, la percepción. Otra vez la percepción. En cada etapa de nuestra vida es muy diferente la visión de cuanto vemos y tocamos.
Henos aquí y ahora. Teniendo que ir a una ciudad lejana, pero manejando otro. Un amigo, un chofer, un colaborador, un asistente. Cuándo en los años jóvenes podría haberlo imaginado? Que tocara ir a algún lado manejando otro? Nunca!!!! Nunca eso llegaría. Pero aquí estamos. Una nueva percepción de la vida. En vez de ver las rayas blancas de la carretera, los vehículos, las distancias y los carteles, puedo ver los postes, los conductores de otros vehículos y ver también en la memoria, las cosas ya pasadas y que ahora, son una diferente realidad.
Hace apenas cinco años atrás, las energías, las ganas y el poder hacer, me desbordaban. El cansancio nunca llegaba. El trabajo diario a veces no tenía pausa y se hacía con ganas, fortaleza y sin detenerme.
Pero el pasar de cada año, que cada vez se hace más duro, deja sus huellas. El deterioro viene en proporción geométrica y el uso del tiempo en proporción aritmética.
-?A qué edad crees que uno puede o debe retirarse? - le pregunté un día a mi madre hace algunos años.
- A los 65!!!! - me dijo tajante y campante como solía responder en forma concisa y directa. Y así lo hice. La vida me empujó, las circunstancias se unieron y se asociaron para que la economía, el crecimiento, los negocios llegaran a un estado tal que, justo a los 65 años, ese retiro fuera impostergable. Y ella lo vió!!! No lo captó mucho, no se percató de la situación, pero estuvo allí presente. Lo vió.