—Juntos sois fuertes, eso es lo que es ese vínculo. Si lo sigues matando de hambre, chica, se marchitará junto con vosotros dos. Déjalo ser el hombre que se supone que es y déjate ser la mujer que se supone que eres. ¿Entiendes lo que digo?
Asentí con la cabeza. Asentí y levanté la vista hacia él para ver cómo unos firmes ojos plateados empezaban a ablandarse. —¿Es esta la parte en la que me pateas el culo?
Levi se rió entre dientes. —No. El otro día, cuando Ethan y tú os peleasteis, ¿qué pasó?
—Seguía intentando protegerme, saltando delante de mí —repliqué.
Levi asintió. —¿Por qué crees que sintió la necesidad de hacer eso?
—Porque no quería que me hicieran daño —exhalé.
—¿Por qué, además del hecho de que ambos sabemos que te tiene manía?
Me mordí el labio y suspiré al sentirme más
