No sé por qué lo hice aparte de que me sentí obligada a hacerlo, como si tuviera que protegerla; Protege mi manada. Podía escuchar a Ethan ladrar detrás de mí entre los búfalos frenéticos que corrían como un enjambre enojado de abejas, pero lo desconecté. Estaba tan concentrada en este maldito gato que era lo único que consumía mi mente; eso y el sonido de la estampida de fondo parecieron acallarlo todo. —¡Ámber no!— Grité por el enlace del paquete pero ella me ignoró. Me acerqué más fuerte hacia ella. Mi bestia empezó a preocuparse un poco más; Las garras de ese gato eran afiladas y podían destrozar a Amber. —¡Amber, por favor! ¡Cuidado!— Ella no se detuvo. Dejé escapar un fuerte gruñido mientras me acercaba a ella, pero no hizo nada. La vi saltar para embestir al búfalo que perseguía,

