Me miré por milésima vez en el espejo y me crucé de brazos. "Mi pene no se ve"
Gemma rodó los ojos "¿Tal vez porque usas pantalones muy apretados?"
"Pero a Lou si se le ve," me quejé "¿Por qué a mí no? Si la tengo grande"
"Jesús, cállate. No quiero saber el tamaño de tu pilín"
Solté una carcajada y la miré con una ceja alzada. ¿En serio había dicho eso?
El vuelo salía a las seis de la tarde y apenas eran las once de la mañana. Me había levantado un poco decaído por la cruda moral de haber dejado que el novio de mi hermana me hiciera un oral, pero creo que ya estaba mucho mejor y eso había quedado en el pasado. No podía volver a repetirse y sólo pedía a cualquier fuerza sobrenatural que me ayudara a mantener la compostura y no mirar a Lou.
"No puedo creer que hayas utilizado esa palab
