Capítulo 11. Todavía no es el momento... ¡aun no! El eco de los pasos de Sol resonaba en el amplio pasillo de mármol n***o. A pesar del sonido de su tacón al impactar con el suelo, su andar era elegante, preciso, calculado. La acompañaban dos de sus hombres discretos pero atentos, como siempre. Si algo había aprendido en la casa de los Valetta era que nunca debía bajar la guardia, mucho menos después de una noche exitosa. Ahora debía rendir cuentas, es lo que correspondía, después de su incursión. Pero ese día la reunión parecía diferente. Su padre había solicitado su presencia en una mesa muy particular. No era habitual que ella asistiera a estas reuniones de “amistad” entre familias mafiosas, pero entendió el mensaje cuando su padre se lo dio. Luego de anoche su presencia ya no era so

