Capítulo 23. Herman.

2257 Palabras

Cuando me arrastraron a la celda, le dije al que hablaba mi idioma: - Escucha, tendrás que desatar mis brazos y piernas, si no quieres que muera aquí de gangrena. - ¿De qué estás hablando? No existe tal orden para desatarte, - respondió. - Mira mis manos, están azules, no las siento para nada, lo que significa que la sangre no pasa, - le expliqué. - ¿Cuánto tiempo llevo atado? El guardia no dijo nada y se fue, dejándome como estaba. "¡Maldita sea! No funcionó." - Pensé con rabia. Pero después de un tiempo regresó con pastillas y un vaso de agua. Apreté los dientes con fuerza, pero este sádico me dio una patada en la ingle y abrí la boca. Rápidamente puso las pastillas en mi boca mientras yo me retorcía de dolor y vertía agua. Tuve que tragarlas. Recordé perfectamente cómo el efecto d

Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR